Estos días he tenido el gran placer de acompañar a la Plataforma de Mujeres Artistas contra la violencia de género en su viaje de apoyo a las mujeres egipcias con el lema ‘Por una Constitución egipcia escrita en Femenino’, producto de la reflexión conjunta hecha con ellas, en unas jornadas en Madrid en diciembre el 2011.
Lo que he visto ha sido el coraje de las mujeres y la fuerza de sus reivindicaciones como protagonistas de la Revolución del 2011.
También una profunda preocupación e incertidumbre ante lo que puede ser un grave retroceso de las libertades y derechos de las mujeres egipcias, para las que hemos sido como un escudo humano en el que ampararse y unirse para defender sus derechos allí y dar a conocer a nivel internacional su realidad y preocupaciones. Mujeres del Nilo, en procesos de empoderamiento, no dispuestas a que una vez más se les arrincone y prive de su dignidad y derechos de ciudadanía.
Mujeres musulmanas, cristianas y laicas, diciendo lo mismo: Ni un paso atrás y todos para adelante ante el nuevo mapa político e institucional que ha dado la mayoría absoluta del Congreso a Hermanos Musulmanes y grupos salafistas, cuyo programa de gobierno está marcado por la doctrina del Islam.
Juntas arrancamos el compromiso de algunos candidatos a presidencia y de los salafistas ( esto si que era difícil!!) de crear una Comisión de Igualdad en el nuevo Congreso de Egipto junto a organizaciones civiles para preservar estos derechos, por qué, como dijo Cristina del valle “la Revolución que se ha iniciado solo se puede consolidar y ganar cuando hombres y mujeres tengan los mismos derechos”.
También se ha hablado de priorizar en todas las acciones políticas e institucionales la lucha contra la violencia de género, ayudando e impulsando a las mujeres de cada país para que sean ellas mismas la propia voz de las mujeres que sufren discriminaciones y violencia.
Las mujeres el Nilo al igual que todas las de las primaveras árabes, nos muestran unos países con cambios en la demografía y la organización de la familia, parejos con la instrucción de las mujeres y su salida de la esfera doméstica. Y que la magnitud de estas transformaciones no tiene precedentes y debería ir acentuándose en los próximos años —aunque con ritmos diferentes— en todo el mundo árabe. Los cambios son patentes en las áreas de la salud, de la escolarización, en el desarrollo del asalariado femenino y en los procesos de urbanización. Las nuevas modalidades de matrimonio se manifiestan en el descenso de la fecundidad, del divorcio y en el paulatino paso de la familia patriarcal a la nuclear.
Es cierto que existe una diversidad regional y una asimetría en dichas evoluciones, pero ya son irreversibles.
Gracias a Fátima, una buena amiga que hice en Egipto estos días he vuelto a sentir el concepto de” hermana”, más allá de la sangre. Hermana, esa que te enseña, protege y se une a ti en los ideales de un mundo mejor para todas y todos.
Concepto que también aparece muy claro en la magnifica película “la fuente de las mujeres”
Tere Sáez. Técnica igualdad
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