El eurodiputado corso Alfonsi François afirmó ayer que hay razones profundas para pedir que Euskal Herria tenga el estatuto específico de colectividad territorial. Según remarcó, "razones de identidad, lengua, cultura y también, la voluntad de los vascos. Mostrando que esto existe, no hay razones válidas para oponerse al estatuto especial, porque la misma constitución francesa reconoce esta posibilidad". Sin embargo, hace 20 o 30 años que los alcaldes de Iparralde luchan por el reconocimiento del territorio histórico y de la voluntad política de los vascos, y el hecho mismo de que se reúnan los fines de semana para conspirar contra el jacobinismo, demuestra que no están satisfechos con la estructura de país Pays Basque que hasta ahora es todo lo que han conseguido del interlocutor estatal y de aquellas ya viejas promesas del presidente Mitterrand.
Muchos alcaldes se preguntaban por qué Córcega obtuvo el estatuto y Euskal Herria no, si fue porque es una isla alejada o por la violencia clandestina. A este respecto, Fabienne Giovannini, electa de la colectividad territorial corsa, recomendó que trataran de lograr primero un acuerdo sólido entre ellos para hablar a París con una sola voz. Frantxoi Maitia, del partido socialista, abrazó la propuesta añadiendo que "si no nos ponemos de acuerdo entre nosotros, los otros no nos dirán lo que necesitamos. Tenemos que acordarlo antes de presentarlo a los otros" dijo.
No todos los electos son partidarios de la colectividad territorial, creada la cual, desaparecerían las actuales estructuras regionales, departamentales y las propias del país Pays Basque, en las que trabajan la mayoría de ellos. Frente a la reforma territorial legalmente establecida, el "consejo de electos" estudia cuál sería la mejor fórmula jurídica y la más coherente con la voluntad de Iparralde. Hay previstas 3 posibilidades: continuar siendo un país, un polo metropolitano, al estilo de las grandes ciudades, u organizarse como colectividad territorial, siguiendo el modelo de Córcega.
Tanto plataformas de la sociedad civil de Iparralde como los electos en las elecciones locales se muestran partidarios de la posibilidad de una colectividad territorial. Según Saveur Bacho, vicepresidente de Biltzar y alcalde de Arberats, el estatuto "aportaría el reconocimiento de Euskal Herria".
En opinión de Alfonsi François el estatuto ha permitido a Córcega una evolución organizativa "lenta pero irreversible", creando un hábito en la vida pública donde la sociedad local cobra mayor fuerza. Ahora quieren "dar un nuevo paso hacia la autonomía para mejorar la organización". Esto pasa por aumentar la presión política, único modo de dialogar con París en los asuntos corsos según Alfonsi. "El estado francés está construido como un modelo más que centralista. En Europa habría que remontarse al franquismo para encontrar algo parecido" dijo.
En Córcega, entre autonomistas e independentistas suman un 40% de los votos. Desde 1991 crearon una asamblea territorial, elegida por sufragio directo, con competencias para negociar con París la modalidad de aplicación de las leyes y de gestionar diversas agencias y en materias como urbanismo o relativas a la lengua corsa que se encuentra, como el euskera, en vías de desaparición según la Unesco.
DEIA
Muchos alcaldes se preguntaban por qué Córcega obtuvo el estatuto y Euskal Herria no, si fue porque es una isla alejada o por la violencia clandestina. A este respecto, Fabienne Giovannini, electa de la colectividad territorial corsa, recomendó que trataran de lograr primero un acuerdo sólido entre ellos para hablar a París con una sola voz. Frantxoi Maitia, del partido socialista, abrazó la propuesta añadiendo que "si no nos ponemos de acuerdo entre nosotros, los otros no nos dirán lo que necesitamos. Tenemos que acordarlo antes de presentarlo a los otros" dijo.
No todos los electos son partidarios de la colectividad territorial, creada la cual, desaparecerían las actuales estructuras regionales, departamentales y las propias del país Pays Basque, en las que trabajan la mayoría de ellos. Frente a la reforma territorial legalmente establecida, el "consejo de electos" estudia cuál sería la mejor fórmula jurídica y la más coherente con la voluntad de Iparralde. Hay previstas 3 posibilidades: continuar siendo un país, un polo metropolitano, al estilo de las grandes ciudades, u organizarse como colectividad territorial, siguiendo el modelo de Córcega.
Tanto plataformas de la sociedad civil de Iparralde como los electos en las elecciones locales se muestran partidarios de la posibilidad de una colectividad territorial. Según Saveur Bacho, vicepresidente de Biltzar y alcalde de Arberats, el estatuto "aportaría el reconocimiento de Euskal Herria".
En opinión de Alfonsi François el estatuto ha permitido a Córcega una evolución organizativa "lenta pero irreversible", creando un hábito en la vida pública donde la sociedad local cobra mayor fuerza. Ahora quieren "dar un nuevo paso hacia la autonomía para mejorar la organización". Esto pasa por aumentar la presión política, único modo de dialogar con París en los asuntos corsos según Alfonsi. "El estado francés está construido como un modelo más que centralista. En Europa habría que remontarse al franquismo para encontrar algo parecido" dijo.
En Córcega, entre autonomistas e independentistas suman un 40% de los votos. Desde 1991 crearon una asamblea territorial, elegida por sufragio directo, con competencias para negociar con París la modalidad de aplicación de las leyes y de gestionar diversas agencias y en materias como urbanismo o relativas a la lengua corsa que se encuentra, como el euskera, en vías de desaparición según la Unesco.
DEIA
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