El cardenal Ennio Antonnelli, presidente del Pontificio Consejo para la Vida y la Familia en el Vaticano, ha señalado este miércoles en Bilbao que el ejercicio de la sexualidad fuera del matrimonio “es ya un gran desorden desde el punto de vista ético” y por lo tanto, el uso del preservativo “no lo convierte en algo aceptable, ni tampoco lo hace peor”.
Antonelli ofrecerá el próximo sábado en el Palacio Euskalduna de Bilbao la conferencia La persona, el amor y la familia dentro de las VI Jornadas Católicos y Vida Pública, organizadas por la Asociación Católica de Propagandistas del País Vasco (ACdP).
Según ha explicado, durante su intervención abordará el tema de la familia desde la perspectiva antropológica. A su juicio, la familia fundada en el matrimonio entre hombres y mujeres merece un especial sostén jurídico, económico, social y cultural “a diferencia de otras formas de convivencia que más bien deben considerarse privadas”.
El cardenal ha explicado además que la iglesia “exalta sumamente el sexo” porque lo considera un lenguaje o una comunicación interpersonal en la que se debe expresar el don recíproco entre un hombre y una mujer.
“Banalizar y reducir el ejercicio de la sexualidad a la sola satisfacción de las pulsiones instintivas significa instrumentalizar la otra persona en función del propio placer y reducirlo a la coincidencia de dos egoísmos. Cuando la sexualidad se integra en el amor verdadero se tiene el gozo completo”, ha indicado.
En este punto, Antonelli ha explicado que el Papa ha hablado recientemente del preservativo en una entrevista en la que afirmaba que su uso en el matrimonio “no es un signo de una completa donación”.
Asimismo, ha añadido que si el uso del preservativo es para evitar ciertas enfermedades fuera del matrimonio “puede ser una prueba inicial de responsabilidad y una atención de la persona hacia el otro, y eso no quiere decir que la relación sea positiva”.
Para el cardenal, las relaciones sexuales solo tienen significado como entrega de reciprocidad dentro del matrimonio. “Así como la sonrisa es un signo de simpatía a y estrecharse la mano es un símbolo de amistad, aunque no sea sincero, un abrazo es un signo de cariño y la relación sexual es un símbolo de un don total de un sexo hacia el otro. Es por eso que conlleva una belleza cuando se vive dentro de un compromiso de por vida”, ha terminado.
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