EL pasado 27 de marzo se nos pedía desde Caja Navarra que dejásemos la entidad fuera del debate político previo a las elecciones. Desde mi punto de vista, sin embargo, que se nos pida dejar de hablar de Caja Navarra es tanto como decirle al propietario de un negocio o al socio de una empresa que no se preocupe y no hable de ello. Caja Navarra es el activo empresarial más importante de los navarros y se encuentra en una situación difícil con distintos caminos para orientar su futuro. A todos nos preocupa. He aquí mis principales reflexiones:
1. De acuerdo con los datos recogidos en dicho artículo, en 2009 los beneficios después de impuestos fueron de 121,5 millones de euros, la plantilla a final de 2009 era de 1.892 personas y la dotación realizada a la obra social en 2009 para gastarla en 2010 fue de 36,5 millones de euros. Añadamos dos datos oficiales más a 31 de diciembre de 2009: el core capital era del 9,03% y el patrimonio de la entidad (su valor según la contabilidad) era de 1.178 millones de euros (1.300 si incluimos todas las sociedades participadas).
2. Estamos a 31 de marzo de 2011 y no conocemos todavía los datos de 2010. Y no me refiero a los datos de Banca Cívica, sino a los de Caja Navarra. Esos datos son muy importantes, porque 2010 no es cualquier año, sino un año muy especial para el sector financiero. ¿Por qué no se han publicado todavía?
3. Los indicios disponibles son los siguientes: a) La plantilla actual, tras las prejubilaciones, puede rondar los 1.700 empleados. Según la información facilitada por Banca Cívica a los inversores, todavía puede faltar una cierta reducción de plantilla, que no sabemos cómo afecta a Caja Navarra. No conocemos qué parte de la plantilla se queda en Navarra y qué parte se va a desplazar de forma permanente fuera de Navarra, pero parece claro que éstos últimos van a ir en aumento; b) los datos publicados a junio de 2010 mostraban un empeoramiento del patrimonio neto de 50 millones (de 1.178 a 1.128); c) se nos dice que se han hecho dotaciones extraordinarias en 2010. ¿Cómo ha impactado ese saneamiento en el patrimonio? ¿Cuál es el valor contable de Caja Navarra a 31 de diciembre de 2010?; d) obra social para 2011: hasta ahora se seguía el criterio del 30% de los resultados del ejercicio anterior. En 2010 el patrimonio de la entidad ha disminuido. ¿Qué dotación se va a hacer para 2011?; e) core capital de Caja Navarra a final de 2010 por separado. ¿Hubiéramos cumplido solos con las exigencias legales?
4. El Consejo General de la Caja (UPN con el apoyo del PSN y de los agentes económicos y sociales cercanos) ha decidido embarcar a Caja Navarra en Banca Cívica, al principio con Caja Burgos y Caja Canarias y después con Cajasol. El equipo directivo nos presenta Banca Cívica como un proyecto atractivo, sobre la base de un modelo diferencial de relación con los clientes y de unas previsiones de beneficios a su juicio magníficas de 798 millones en 2015 frente a los 226 millones de 2010. Sin embargo, esos 798 millones, en términos porcentuales (ROE) suponen un 12,95% (los 226 millones un 5,64%), muy parecido al 12,50% que Caja Navarra sola ya obtuvo en 2009. ¿Para qué entonces nos hemos embarcado en todo esto? Nos tranquilizan diciendo que la salida a Bolsa se va a hacer a un precio adecuado. ¿Qué precio es ese?
5. Por otro lado, el proceso iniciado, mucho más si se culmina la salida a Bolsa, nos lleva claramente a un banco gestionado estrictamente sobre la base de criterios de rentabilidad económica. Es decir, nos lleva a una Banca Cívica con sede en Madrid-Sevilla que va a considerar Navarra cada vez más como un mercado en el que tiene una cuota importante que defender y no como una comunidad en la que el progreso de los ciudadanos está por encima de todo.
6. A la vez, el modelo de obra social no queda nada claro. ¿La va a gestionar Banca Cívica o cada una de las cajas socias? De acuerdo con el modelo Tú eliges, tú decides parece claro que son los clientes los que deciden. En la medida que los clientes serán de Banca Cívica, parece que será Banca Cívica la que gestione ese aspecto. En el fondo, la obra social podría pasar a ser algo así como un gasto comercial o de marketing para mejorar la fidelidad de los clientes, alejada de los intereses que pudieran tener los propietarios de la entidad, en el 29,1% que nos afecta, la propia sociedad navarra.
7. Y todo ello, con unos compañeros de viaje no reflexionados suficientemente (el caso de Cajasol es palmario, y no quiero pensar que todavía se incorpore alguien más) y con un plan de negocio poco claro en cuanto a en qué mercados nacionales e internacionales queremos estar, más allá de los mercados regionales actuales de los socios.
Como cliente de Banca Cívica, me siento seguro con mis ahorros allí, como en cualquier otra entidad. No se trata de eso. Pero, como navarro, no me gusta que nuestra antigua Caja Navarra se haya convertido en una participación minoritaria de un banco junto con socios que desde la perspectiva del progreso de Navarra no son en absoluto estratégicos. Si de mí dependiera, me sumaría a la fusión fría de las cajas vascas, un grupo integrado por socios de solvencia impecable (por lo tanto no habría necesidad de buscar socios financieros) implantados en territorios vecinos con los que nos unen muchísimos y diversos intereses, y donde en la toma de decisiones se considerarían, no sólo la rentabilidad económica, sino también el progreso de nuestros respectivos territorios. Si no me quedase más remedio de momento que seguir en Banca Cívica, me plantearía todas las opciones, porque, en el fondo, ¿por qué es mejor tener el 29,1% de Banca Cívica que venderlas en el momento adecuado y emplear esos fondos en el progreso de Navarra? ¿Acaso cambiaría la implicación de Banca Cívica con Navarra? No lo creo, Navarra seguiría siendo, como ahora, un mercado muy interesante, pero sólo eso. La duda jurídica que me queda es, ¿cuándo podremos salirnos de Banca Cívica? ¿Hasta cuándo tenemos que quedarnos con esta versión de Caja Navarra?
Manu Ayerdi, candidato a parlamentario foral por Nafarroa Bai
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