Nació en Barásoain en 1492 y murió en Roma en 1586. De familia agramontesa oriunda del Baztan, del mismo linaje que la madre de san Francisco Javier. Se le llamó el doctor Navarrus y fue célebre en Europa. Huyó con su familia a Toulouse tras la usurpación de la Alta Navarra por los españoles, y continuó sus estudios de Derecho. Volvió tras el indulto de 1523. Se ordenó sacerdote y fue canónigo en Roncesvalles.
Difícil resumir toda su vida de jurista, teólogo e incluso economista. Profesor en Salamanca y Coimbra (allí se carteó con su pariente Francisco de Javier que estaba en Lisboa). Escribió 28 obras. Los humanistas de aquella época, verdaderos heterodoxos navarros, entre ellos Martín de Azpilicueta, no tuvieron una vida fácil desde la invasión, y muchos se vieron obligados a emigrar fuera de Navarra, padecieron la condición de extranjeros, franchutes, estuvieron sujetos a permanente investigación de la justicia española por ser defensores de nuestras instituciones milenarias y por representar el humanismo y modernismo navarro al que se oponían España y el Papado.
Fue valiente en la defensa de Navarra y destacó el robo que supuso la conquista por parte de los españoles en 1512. Sostuvo que los reinos no son de los reyes ni del Papa, sino del pueblo. Estas ideas intranquilizaban a las autoridades civiles y religiosas del XVI. En Salamanca, ante el Rey, disertó sobre El origen democrático del poder. Discrepó en muchos puntos con Felipe II, que se opuso a que el papa Pío V lo nombrase cardenal. En 1570 en una carta al virrey de Navarra, duque de Albuquerque, le dice abiertamente que el rey de España, entonces Felipe II, ostentaba antijurídicamente el título de Rey de Navarra que correspondía a la reina legítima Juana de Albert. Al plantearse la restitución del Reino, sostiene en el manual de confesores que lo robado debe ser restituido, pero que en el caso de Navarra quizá los perjuicios serían muy graves con una restitución. Defendió al navarro de Miranda de Arga Bartolomé de Carranza, que había sido acusado de herejía por la Inquisición. Incluso se le considera a Martín de Azpilicueta como precursor de la economía moderna. Define, por ejemplo, la teoría del valor escasez: "Toda mercancía se hace más cara cuando su demanda es más fuerte y su oferta escasa".
Martín de Azpilicueta perteneció a una pléyade de intelectuales navarros de la época. Nunca sabremos cómo hubiera evolucionado aquel modernismo y humanismo que despuntaban en Navarra sin la invasión de los españoles. Puede que hoy diésemos más importancia a nuestra cultura. Cuando domina la fuerza, decae la cultura de los pueblos.
Antonio Urra Maeztu, en Diario de Noticias
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