Este año ha sido el tercero que la Asociación de Estudios del Cannabis Ribera Activa ha celebrado sus ya conocidas en la zona y esperadas Jornadas sobre el cannabis. En esta ocasión han sido dos días de encuentro, intercambio y experimentación del conocimiento sobre la marihuana. Como en años anteriores, nos hemos acercado de nuevo a la planta desde el respeto, sabiendo qué tenemos entre manos. Hemos aprendido sobre la química de la resina, para transformarla, y prepararnos en nuestra propia casa derivados de más calidad; hemos hablado sobre las propiedades terapéuticas de la planta; hemos hablado de dosificación; hemos facilitado el prospecto sobre el uso medicinal del cannabis del Colegio de Farmacéuticos de Catalunya; hemos cocinado con cannabis, a partir de preparados de mantequilla o leche; también hemos hablado de cultivo y hemos intercambiado experiencias de todo tipo sobre la gran aventura de cultivar en exterior. Hablamos de los problemas y las dificultades, de enfermedades y plagas, de la policía y los ladrones. Hablamos del acoso que sufrimos cultivadores y cultivadoras y consumidores y consumidoras, y de la necesidad de seguir reuniéndonos y organizándonos en torno a asociaciones; hablamos de la Guardia Civil y de la Policía foral, y el exagerado registro al que nos sometió el mismo viernes de las jornadas en medio del pueblo de Arguedas. Tan exagerado fue el despliegue policial que al día siguiente se rumoreaba, que nos habían detenido. Al salir de la peña donde se celebraban las jornadas, se presentaron tres coches de la Policía foral y nos registraron, colocándonos a los tres que estábamos, cada uno en una esquina, evitando que nos viéramos entre nosotros. Registraron todas nuestras pertenencias, y en varias ocasiones nos impidieron mirar el registro del vehículo. Pese a nuestras protestas, y ante el comentario del foral chungo de «usted no tiene ningún derecho», permanecimos allí alrededor de una hora, en mitad de Arguedas, en un control de seguridad ciudadana. Antes de marcharnos, nos recomendaron enterarnos mejor de nuestros derechos, y adjuntaron la multa por aparcar gravemente mal.
La actitud de la Policía foral fue desmesurada e intimidatoria. El acoso que sufrimos aquella noche no será ninguna sorpresa para muchas personas, habituadas por desgracia al estilo ranger de los forales, todo un ejemplo de policía integral. Lo mismo te hacen un control antiterrorista que un control de seguridad ciudadana, lo mismo te desmontan el coche en pleno barrio, bajo la atenta mirada de tus vecinos y vecinas, que te ponen una multa de tráfico o te registran mientras paseas por tu pueblo, o pasan con el helicóptero a la caza de los cannábicos y cannábicas... no se les escapa nada.
Sospechamos que el grupo de forales que nos intentó humillar la otra noche en Arguedas estaba de prácticas, porque sólo nos dieron el número de placa del agente al mando y un testigo, y casi ninguno había cumplido los treinta, aunque todos habían interiorizado ya el poder que da llevar pistola.
Con lo expuesto hasta ahora, sólo nos queda decir que estamos contentas y contentos con el trabajo que hemos decidido llevar adelante a través de nuestra asociación. Queremos agradecer el apoyo, el interés y la confianza que muchas personas han mostrado con nosotros. A las que acudisteis en algún momento a las jornadas, las que habéis colaborado para que se celebraran y a los músicos, que pusieron el broche gracioso y bailongo del fin de semana.
Las III Jornadas del Cannabis de la Ribera, no serán las últimas. Vamos a seguir informando a todas aquellas personas que tengan interés en el cannabis por motivos lúdicos, terapéuticos, gastronómicos, hortícolas, históricos o culturales; en sus riesgos y sus bondades, sus utilidades y aplicaciones. Y seguiremos trabajando en las estrategias a seguir como colectivo ante las agresiones y las dificultades puestas por las instituciones y la Policía.
A las instituciones, decirles que tanto sumar y restar para presentar presupuestos públicos que enfrenten la crisis, y aún no se han planteado la cantidad de dinero público perdido en perseguir algo tan peligroso y dañino como las jornadas de las que hablamos, o a consumidores que no quieren alimentar el mercado negro, o a personas que deciden paliar sus dolores con las flores que cultivan... Y a la policía, sugerirle que se cuestione su existencia. ¿De verdad no encontráis un trabajo más digno al que dedicaros? ¿Tanto hay que rebajarse para trabajar de bombero? Después de aprender las técnicas de la humillación, la intimidación y sospechamos que también de la tortura, ¿podréis mantenerle la mirada y el saludo a vuestros vecinos del pueblo?
Menos policía y más cordura es nuestra propuesta. ¡Despenalización ya!
Noemi Solanas (Asociación de Estudios del Cannabis Ribera Activa) (en GARA)
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