Las instituciones financieras están gozando de unas ayudas y ventajas públicas enormes, cuando nos está azotando una crisis profunda que provocaron ellos mismos y que sufrimos los demás.
Este Estado liberal que se llena la boca de hablar de la libertad y de mercado, de la libre competencia, de la libertad de empresa, no hace otra cosa que echarle de comer a las palomas, perdón, a los buitres.
Primero fueron los bancos, la broma costó, que sepamos, unos 50.000 millones de euros, ahora acaban de aprobar la reforma de las pensiones que es otro regalito para los bancos, que van a hincharse a vender planes de pensiones privados, vista la merma que ha supuesto para las pensiones públicas. Y, nos llega el último grito de guerra, hasta ahora: La privatización de las Cajas de Ahorros.
La insaciabilidad de los mercados exige ahora que las Cajas se conviertan en Bancos. Se ve que las Cajas eran los hermanos pobres de la banca y tenían mayores problemas financieros. Eso al menos proclaman Los Mercados. Y aquí no hay que equivocarse. La operación no es lo que parece. El mismo periódico El País, proclamó que las Cajas se iban a nacionalizar, ¡y una leche!. Y es que Prisa también sirve a traidores.
Las cajas de ahorro no se nacionalizan ni por asomo. Lo que ocurre es que el gobierno les suelta 20.000 millones de euros (que se sepa) para que se saneen y luego se privaticen, bien convirtiéndose en bancos o bien para ser compradas por bancos.
Es verdad que las cajas de ahorro, por lo general, no funcionaban bien. Eran en muchos casos, al igual que las televisiones autonómicas, punto de apoyo de los gobiernos respectivos y un sitio donde obtener poder y colocar a su gente en sitios de relieve, utilizándose de forma partidista y en algunos casos, para uso personal. Por eso, era el momento de corregir el reglamento que las rige y nacionalizarlas de verdad para que fueran el motor de desarrollo que, regulando el crédito, nos pudiera ayudar a salir de la crisis. Podrían haber sido esa banca pública que necesitamos. Una banca al servicio de los ciudadanos.
Pero claro, los Mercados mandan y Zapatero obedece. Y mientras que se están legislando constantes recortes para los trabajadores y ciudadanos, los miles de euros que se ahorran con esos recortes están sirviendo para consolidar una banca privada que, a pesar de su espíritu liberal, recibe y bendice las ayudas como agua de mayo. A nadie le amarga un dulce, y es que nuestro querido presidente se ha vuelto un pastelero financiero de mucho cuidado.
Total, que dentro de poco, no habra Cajas, sino bancos. Bancos privados, naturalmente, que servirán a Los Mercados y que nos volverán a tener en sus manos.
Lo que perdemos con las Cajas, a mi modo de ver son tres cosas. Una: Dinero; porque se están saneando con dinero del contribuyente. Dos: La posibilidad de tener una banca pública de primera magnitud; tan necesaria para regular las transacciones financieras y el crédito. Tres: El fondo social. Ese fondo que ha permitido a las Cajas poder contribuir en el patrocinio de importantes acontecimientos y actividades culturales, deportivas, sanitarias o de otra índole. En definitiva en obras sociales de interés público.
De esta forma lo que se ha conseguido es un nuevo expolio. Mientras, los grandes bancos españoles y extranjeros, y grandes fortunas chinas y rusas junto a otras multinacionales están esperando que se saneen las Cajas para luego, poder comprarlas por cuatro perras. Porque de eso se trata, no se está inyectando dinero público para que revierta en beneficios públicos. No, se está haciendo para facilitar su compra a entes privados. Ese es el objetivo.
Veremos qué es lo próximo. Mientras permanezcamos sentados ante tanta ignominia y no movamos el culo para defender los bienes públicos, este gobierno seguirá haciendo de las suyas y quién sabe que será lo próximo.
Visto la ola de ayudas a las entidades privadas y las privatizaciones, no me extrañaría que intentaran privatizarnos, también a los ciudadanos. Yo voy a intentar no dejarme, pero la verdad es que no sé si podré evitarlo. Como lo exijan Los Mercados voy listo.
Salud y República
Kabila
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