Llegan otra vez los sanfermines y con ellos la pesadilla anual de tomar uno de los autobuses para subir a Pamplona y, lo que es peor, para volver.
Seguro que sabéis de qué hablo. La Tafallesa oferta estos días unos autobuses nocturnos para volver a Tafalla en determinados horarios. El problema es que se saltan esos horarios cuando les da la gana y no les importa dejar a decenas de personas tiradas en la estación de autobuses. Esto se agrava los fines de semana pero te puede pasar cualquier día porque la política de La Tafallesa es que el autobús sale cuando se llena, aunque falte media hora para la hora de salida oficial. Además, si ya ven que hay más gente esperando que plazas tiene el autobús, tampoco les importa. Saben que se organiza un tumulto entre la gente para conseguir plaza y que quienes no lo consigan, sencillamente se quedarán en tierra. En el tumulto las personas mayores o quienes van con niños tienen las de perder. Si eres una persona educada que no estás dispuesta a dar codazos y empujones lo más probable es que te quedes sin plaza.
No extraña que esta empresa se comporte de este modo ya que quienes usamos el autobús durante todo el año sabemos cómo se las gastan en esta empresa y en su empresa hermana, Conda: autobuses que no salen a su hora (a veces antes de tiempo y otras más tarde), autobuses que no aparecen aunque tengan adjudicada parada, gente viajando de pie o sentada en el suelo (algo que está prohibido), viajeros que se quedan sin viajar porque no hay plazas, etc. Pero lo peor de todo es que no tienes ningún sitio donde reclamar o pedir explicaciones. Parece una empresa pirata.
¿Y el ayuntamiento? ¿Le preocupa algo de todo esto al ayuntamiento? Creo que no, o por lo menos no parece. Pero tendría que importarle porque estas compañías están ofreciendo un servicio público por medio de una concesión pública y están obligadas a ofrecer un buen servicio a la ciudadanía. Si no lo hacen alguien deberá tomar medidas y rescindir la concesión.
Iker Valencia, en La Voz de la Merindad
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