Muchas localidades disfrutan estas fechas de sus fiestas. Llegan para muchas y muchos los días de la diversión, de reunirse con amigas y amigos, de disfrutar de la fiesta. Son días en los que se desatan muchos sentimientos que la rutina ha contenido durante el año, son días de explosión de alegría y emociones. Pero también son días en los que se llevan al extremo y quedan más visibles que nunca algunas actitudes que quisiéramos desterrar de nuestra sociedad.
Las fiestas están relacionadas con el mundo de los valores, las fiestas reproducen el orden social, las relaciones de poder, y, por tanto, las discriminaciones que se dan en la vida también se dan en fiestas, en ocasiones, de una manera más visible. La lucha por una sociedad igualitaria, en la que se respeten los derechos de todas las personas, tiene que tener su reflejo también en las fiestas. Ni el alcohol ni la fiesta en sí mismas son excusa para que las relaciones entre mujeres y hombres no sean igualitarias, para que las mujeres sean tratadas como meros objetos sexuales, o se sientan inseguras o intimidadas en ciertos lugares y a partir de ciertas horas.
Esta semana, muchas mujeres, y creo que también muchos hombres, hemos sentido una punzada en el estómago al ver algunas fotos de sanfermines en las que hombres se abalanzan hacia cuerpos de mujeres semidesnudos para tocarles los pechos, bajarles los pantalones..., trasladando el mensaje de que en fiestas se tiene licencia para hacer lo que se quiera con el cuerpo de una mujer, y que las mujeres no somos más que eso, cuerpos que están para agradar, para ser tocados, para ser utilizados. No podemos olvidar el contexto en el que se producen estos actos. No podemos olvidar que las fiestas se han convertido en muchos casos en lugares propicios para las agresiones sexuales, y las imágenes que hemos visto estos días en nada nos ayudan en el trabajo que se realiza desde instituciones y movimientos sociales por unas fiestas y una sociedad libres de agresiones y de actitudes machistas.
Queremos unas fiestas libres de agresiones, pero también de actitudes que las inciten. No queremos que nadie se pase, pero tampoco que nadie pase, que nadie mire hacia otro lado. Reclamamos, por tanto, una actitud activa contra cualquier expresión física o verbal que no respete a las mujeres. Queremos unas fiestas en las que las relaciones sean igualitarias y consentidas por ambas partes, en las que las mujeres tengan el mismo derecho que los hombres a compartir la fiesta y sus espacios sin que su seguridad ni sus derechos sean violados. Animo, por tanto, a todas las personas, hombres y mujeres, a que muestren en fiestas una actitud proactiva contra actitudes machistas que ataquen los derechos de las mujeres y aprovecho para animar y felicitar a las instituciones locales y a los movimientos feministas que ponen en marcha distintas campañas e iniciativas para evitar las agresiones en fiestas. Emakunde, desde su creación, trabaja en el necesario cambio de valores y en la prevención de todo tipo de violencia contra las mujeres, consciente de que acabar con las distintas manifestaciones de la violencia contra las mujeres pasa por promover en esta sociedad actitudes que nos afectan en lo personal. Y, en este sentido, hoy recojo un viejo lema utilizado por Emakunde hace más de diez años: «Por unas fiestas en igualdad, ni te pases, ni pases».
Izaskun Landaida, directora de Emakunde, Instituto Vasco de la Mujer
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