viernes, 17 de febrero de 2012

CARTA DE PEDRO JOSÉ FRANCÉS AL ALCALDE DE BUÑUEL

Pedro José Francés Sayas

Calle Navas de Tolosa Nº 5

31540 Buñuel (Navarra) 16 de Febrero de 2012.

A la atención de: Joaquín Pórtoles Beltrán.

Alcalde del Muy Ilustre Ayuntamiento de Buñuel.

Calle Don Vicente Oliver 31540 BUÑUEL (Navarra).


Muy señor alcalde:

En este escrito de ruego, nada más, le contaré la vida y milagros del Capitán General Luís Oliver Rubio para solicitar que la corporación que usted precise le retire el Título de Hijo Predilecto de nuestro pueblo, y en el callejero, cambien la nominación de la calle que lleva su nombre. Un militar que se alzó en armas contra el gobierno legítimo constituido democráticamente, y que, todos su ascensos en el escalafón los consiguió derramando sangre.

En su expediente constan como méritos de guerra.

Nació en Buñuel el 20 de Junio de 1894. El hijo de la Eufrasia. Así lo recuerdan los más viejos del pueblo. Después de estudiar en la Academia Valenzuela en la promoción de 1914 se graduó de segundo teniente en Toledo. Fue destinado Marruecos y allí prestó sus servicios en el Regimiento de Regulares en Tetuán donde fue ascendido a Comandante por méritos de guerra.




En aquellos años y por aquellos lugares, el escritor Arturo Barea andaba por allí y en su autobiografía: La forja de un rebelde, recuerda: “cuando atacaban los regulares y los legionarios no reconocía límites a su venganza. Cuando abandonaba un pueblo, no quedaba más que incendios y los cadáveres de hombres, mujeres y niños. Así, fui testigo ocular de la destrucción total de los pueblos del Beni Arós en la primavera de 1921. Cuando se asesinaba a un soldado en una marcha solitaria por el campo, se degollaban a todos los hombres de los pueblos vecinos, a no ser que se presentase el asesino.


Ser Comandante pudiera ser su mayor satisfacción vital y la que llenó de gloria y honores su juventud. Como Comandante, tomó parte activa en la preparación del Movimiento Nacional. En el mes de julio de 1936 estaba destacado en Bab-Tazza con los regulares y allí fue informado oficialmente el 17 de Julio a las veintidós horas, de que se había iniciado el alzamiento en armas contra el gobierno republicano. De inmediato se trasladó con su unidad a Ceuta y allí embarcó con su tabor de regulares y un escuadrón de caballería en el destructor Churruca con dirección a Cádiz. Llegaron al puerto de Cádiz cuya ciudad dominó con sus hombres el día 19 de Julio en las primeras horas.

Allí los alzados ya pusieron en prácticas las instrucciones recibidas.




Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado.


Instrucción Nº 3 del General Mola


Se puede tener detalles de su paso por Cádiz y de lo que sucedió en tan solo dos días, en algunas de las obras que en los últimos años han sido publicadas.

De Cádiz con los Regulares y el escuadrón de caballería, más de mil hombres, se trasladó a Sevilla ciudad en la que el General Queipo de Llano quien también promotor del alzamiento en armas, ya había tomado el poder. Calles de un ciudad en la que el Comandante Oliver participó en establecer el nuevo orden.

La toma consolidada de Sevilla en los días siguientes por los alzados en la capital andaluza reforzados por los Regulares y la Caballería llegados de Cádiz, se produce por el empleo indiscriminado de la artillería y del salvaje terror africanista en los barrios que se resistían.




Algunos estudios de este trágico episodio lo describen de la siguiente manera: “Para reducir los costes de la rebelión ante posibles represalias y como respuesta a la resistencia de los adversarios, los golpistas habían acordado emplear en territorio español las mismas medidas represivas y de escarmiento de Marruecos; una combinación brutal de detenciones, violaciones, fusilamientos, emasculaciones y otras sevicias. Los crímenes, sin ningún tipo de juicio, declaración o defensa se sucedieron generalmente junto a los cementerios o en las cunetas de las carreteras.


Después de prestar sus servicios en Sevilla a las órdenes del general Queipo de Llano el Comandante Oliver todavía ese mismo mes de julio hubo de salir con sus tropas a reprimir la resistencia en Córdoba. No había frentes, ni guerras, solamente un alzamiento militar y los civiles indefensos tratando de defenderse.




Francisco Moreno Gómez, en su obra el genocidio franquista en Córdoba refiere la llegada del Comandante Oliver en estos términos; “el día 25 de Julio por la noche, llegó una Compañía del II Tabor de Regulares de Ceuta con 75 fusileros junto con el II Escuadrón del mismo grupo y un convoy de armamento y munición. El día 28 llegó otra Compañía de Regulares y otra del Regimiento Lepanto. El 30 de Julio llegó el resto del Tabor de Regulares y la Plana Mayor al mando del Comandante Oliver además de dos compañías de fusileros del Regimiento Granada. Esta fue la gran desgracia en el verano de 1936, la utilización de las fonas de hacer africanistas por parte de los golpistas. Frente a las tropas africanas era casi inútil cualquier derroche de valentía por parte de los pobres jornaleros andaluces.


Aplacada la resistencia en Córdoba con sus tropas afianzadas bajo su mando, recorre la parte sur de Andalucía hasta llegar al Puente de Alcolea. En este periodo en el que el Comandante está al servicio del Queipo de Llano asiste a los frentes ya constituidos Despeñaperros abajo y en la Batalla de Lopera.

Pero sus méritos se recogen en la carretera de Málaga a Motril, famosa aquel invierno porque a los civiles que huían de Málaga hasta Almería: mujeres niños y viejos, andando por la carretera que bordea la costa hasta llegar a Motril, eran bombardeados desde el mar y tiroteados desde el aire, mientras que la infantería y la caballería iba haciendo la escarda en los pueblos. Reseñar que limpiando aquellas zonas, se tuvo que enfrentar contra el batallón de Motril compuesto por más de mil campesinos desarmados que trataban de defenderse.



] Algunos historiados han constatado en estos años que: “en los libros registros civiles de juzgados y en los de cementerios puede leerse: «Desconocido o bien Fulano fallecido el día XX de julio de 1936 a las XX horas, a consecuencia de aplicación del bando de guerra». En otros casos el médico certificaba lo evidente «por herida de bala, hemorragia, anemia aguda, etc.». La acusación era verbal, sobre la base de delaciones, listas negras o informes oficiosos, en todo caso, consentidos o inducidos por la autoridad militar, los sublevados se los llevaban y eran fusilados en el acto. En los escasos registros o sumarios encontrados, las víctimas civiles fueron acusadas de «delitos» como ser votante de izquierda, ser familia de republicanos destacados, haber discutido con alguien de política o haber mirado mal al cura… cualquier cosa, por insignificante que fuera, podía ser motivo para el escarmiento”


Poco antes de la primavera de 1937 ya investido de Coronel por méritos de guerra, con las tropas a su mando empieza el camino hacia el norte hasta enlazar con el ejército de Centro con el participará en el asedio y la toma de Madrid.

Terminada la campaña en la que se batió todo la parte sur de la Meseta, Luis Oliver Rubio fue ascendido a General.

En Buñuel se le hizo un homenaje el 24 de Octubre de 1942 a propósito de que hubiera ascendido a general de Brigada y de ese día proviene la calle Comandante Oliver, porque antes de ser general, Luis Oliver Rubio, había sido comandante y como comandante pudiera ser que ganara sus mejores méritos.

Comandante africano y jefe del alzamiento.

Se le dedicó la calle que pasa por ser una de las pioneras de nuestro pueblo. Con su nombre en la esquina pretendió sustituir al verdadero nombre de la calle, el nombre que se sumerge en la historia de nuestro pueblo. Pero la nueva denominación nunca pudo borrar en el subconsciente popular que siempre se le llamó a la calle como se le llamaba desde siempre Calle del Castillo.

Las malas lenguas también refieren, no sé si con desprecio o como excusa, que le pusieron la calle en agradecimiento a que había pagado un día de vacas.

Unos años después, al albur de tanta fama y heroicidad legendaria, se constituyó una centuria del Frente de Juventudes de Falange a la que se le llamó Comandante Oliver y de la que era jefe Rafael Francés.

El 15 de agosto de 1956 fue cuando lo hicieron hijo predilecto.

Era entonces Comandante General de Ceuta y fue unos días antes de ser nombrado Capitán General de la VI Región militar con sede en Burgos.

Ya estaba cerca de su tierra para siempre. Poco estuvo. Un acceso de tos.

Mire usted que tengo yo una foto de un día de febrero de 1958 en el que celebró con sus quintos que hubieran cumplido los sesenta y cinco años y en la que aparece rodeado de por ellos bien abrigadicos en el corral de su casa. Abrigos negros y bufandas, Todos los civiles con esa boinica pequeña que denuncia pobreza y el anfitrión con la gorra de plato que refleja la autoridad de quien es Capitán General. Y mire usted estos días le he enseñado la foto a algunas personas mayores y todas me dice que todos los que aparecen en ella son republicanos. Yo le recuerdo ahora que dos quintos suyos habían sido asesinados en aquel verano de 1936 que él propició alzándose en armas y legitimando los actos criminales que se ordenaban en las instrucciones y en el bando de su jefe el General Emilio Mola.

Pareciera como si hubiera gastado tiempo en confeccionar su currículo en su honor, no es así, toda esta relación de hechos ascensos son los que sin duda le denuncian. Hasta ahora no se ha podido contar todas estas circunstancias, y con su conocimiento, se puede constatar la salvajada que hicieron. Sin embargo no solo no se quiere restañar a las víctimas ni siquiera con su reconocimiento, sino que hay quien todavía pretende que sigan ostentando esos honores los verdugos.

Sepa usted que por ejemplo que Luis Oliver Rubio, cosas de aquellos tiempos, siendo Teniente General también por el Caudillo, fue obsequiado con la Gran cruz de la Orden de Cisneros, también al abandonar la ciudad le había entregado la medalla de oro de Ceuta de la que el Alcalde de Buñuel de entonces requirió noticias y certificación, pero con su muerte, esa cruz y esa medalla pierden su valor en el pecho del cadáver, y sin embargo, este título de hijo predilecto le seguirá en este pueblo al infinito y nos obliga a otorgarle tal honor nosotros y nuestros descendientes.

Como hijo de este nuestro pueblo que soy, creo que mantener entre los hijos predilectos a Luis Oliver Rubio, es, desde cualquier punto de vista que se observe, una apuesta por defender a aquellos que se levantaron en armas y que en su felonía propiciaron un genocidio en nuestro pueblo antes incluso de que se iniciara la guerra; a aquellos que estallaron una guerra civil en la que murieron en el frente 45 hombres jóvenes de nuestro pueblo y luego procuraron a la población más de veinte años de hambre y miseria: a aquellos que a la sociedad la sumió en décadas de silencio y postración, y que en general, la indujo a un retraso secular que todavía lo estamos pagado, y cuya prueba más fehaciente es que no sea usted capaz de contestar a ninguna de las cartas que a usted le remito, y que el secretario municipal no sea capaz de hacer valer los derechos ciudadanos.

Por lo tanto, solicito a esa corporación que usted preside que como mejor proceda revoquen el titulo de hijo predilecto de Buñuel a Luis Oliver Rubio.

Así mismo y esperando del mismo proceder solicito que la llamada Calle Comandante Oliver que en la actualidad une las Calles Ramírez de Figueras y Mayor sea cambiada su denominación.

Como mejor proceda y quedando a su disposición. Muy atentamente.

Pedro José Francés Sayas.


16.004.742.P

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