En 2004, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Arturo Campión, la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza convocó una beca de investigación en torno a la trayectoria de este destacado pensador y figura de la cultura navarra. Dicha beca recayó en Emilio Majuelo, profesor titular de Historia Contemporánea en la UPNA, que durante estos años ha realizado un exhaustivo análisis de la obra del autor de El genio de Navarra, confeccionando finalmente una "biografía intelectual" en torno al concepto de historia que manejaba Campión, en consonancia con otros autores de su tiempo.
La idea de historia en Arturo Campión ya está disponible para su descarga gratuita en la web de la sociedad (www.eusko-ikaskuntza.org). El proceso de gestación del estudio ha sido largo, más de lo que al investigador le hubiese gustado, pero sumergirse en "el océano de Campión" es encontrarse con "decenas y decenas de archivadores" del legado que se conserva en el Archivo General de Navarra, al que el autor agradece su colaboración, lo mismo que a Euskaltzaindia por haberle permitido consultar el correo que Campión mantuvo con otros intelectuales. Con la información obtenida en las distintas fuentes, Majuelo ha apostado por trazar una "biografía intelectual", un género nada habitual en la historiografía, en la que, en su opinión, todavía faltan estudios en torno a pensadores coetáneos de Campión como Iturralde y Suit o Julio Altadill. Y es que, para el profesor, la labor de Campión se entiende como parte de un contexto, de una generación que surgió hacia 1876, tras la última guerra carlista, "que trajo como consecuencia la remodelación de los fueros en Vascongadas y la renegociación de los de Navarra". Unos acontecimientos que, pese a no ser ni carlista ni tradicionalista, provocaron en Campión un "sentimiento de derrota en la victoria". En concreto, en el caso del autor de El bardo de Itzaltzu, esa sensación presidió su lucha por recuperar el ser de Euskal Herria y lo que consideraba que era la nación navarra.
Un empeño que llevó a cabo a través de dos vías. Una de ellas fue la defensa acérrima del fuerismo a nivel competencial, es decir, federal. La otra, un profundo catolicismo que, si bien "no era imcompatible con su condición de republicano y liberal", a partir de 1883 ocupó un lugar principal por encima de todo lo demás. Estas "dos guías de conducta", la política y la moral, presidieron su quehacer y, aunque hay muchos que llamaron chaquetero a Campión por cambiar varias veces de partido, para Majuelo no lo era en absoluto; simplemente "usó en cada momento el traje que le parecía más adecuado para defender sus ideas". Eso sí, pese a haber sido senador, diputado y concejal, el intelectual navarro nunca quiso hacer carrera política, sino que el suyo era el terreno de las ideas, siempre presentes en sus textos, ya fueran literarios o no, en los que se aprecia "una visión histórica y política clara". Es más, para Majuelo, "desde el punto de vista político, Campión fue nacionalista antes que Sabino Arana", aunque el del pamplonés era un nacionalismo "diferente", apoyado en el concepto de la historia como elemento integrador de cada cultura que manejaron pensadores alemanes como Von Humboldt o Herder, que el navarro conoció de mano de autores franceses como Taine, Quinet o Michelet.
Uno de los principales intereses de Majuelo ha sido plasmar lo que aquellos intelectuales -y por tanto Campión- pensaban de la historia. No en vano, el siglo XIX fue el siglo en el que los pensadores utilizaron la historia para fortalecer proyectos políticos, culturales y también científicos. En todo caso, el autor no cree que haya que leer este estudio pensando en que Campión vaya a proporcionar alguna solución para el presente, aunque "la lectura de sus textos da que pensar y aporta muchas reflexiones", lo que le convierte en "un clásico".
Diario de Noticias
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