Ya hace varias semanas que escribía en este mismo blog un artículo que tenía como título “Y después del día 22… ¿qué?” en el que se hacían unas cuantas consideraciones sobre lo que podría pasar en Nafarroa en las elecciones municipales y forales y lo que a posteriori podrían suponer en el panorama político navarro.
No sabía si enfocar este artículo desde una perspectiva global, confieso que era mi primera idea, o centrarme exclusivamente en los que más de cerca nos atañe; Nafarroa Bai, y me he decidido por lo segundo. Dejaremos para más adelante resultados de otros y el cambio sociológico que está empezando a asomar en Nafarroa porque presumo que vamos a tener unos próximos días agitados y dada la afición de algunos políticos navarros por el teatro y las artes escénicas, tiempo habrá para hablar de todo ello.
La primera conclusión que podemos sacar de los resultados electorales navarros es que a pesar de los agoreros varios y las predicciones apocalípticas, Nafarroa Bai ha aguantado el tirón Bildu con toda normalidad. Nafarroa Bai sigue siendo la fuerza mayoritaria del abertzalismo en Navarra. Es algo que los nabaizales deberíamos aclarar porque, a veces, el ruido que es capaz de organizar la IA en torno a sus 7 escaños nos hace olvidar que tenemos 8 o que en Iruña Nafarroa Bai ha más que doblado a Bildu.
El segundo aspecto a tener en cuenta es que en Nafarroa se ha consolidado el espacio nacionalista 15 Parlamentarios (10 Concejales en Iruña) más grande que jamás había pisado las instituciones navarras. Al final, el efecto Bildu en Nafarroa se ha visto limitado a recuperar sus propias posiciones de antes de la ilegalización mientras que lo que se ha desarrollado en el vasquismo navarro hasta entonces “abducido” por la IA ha sido una opción política enraizada en Navarra, posibilista, transversal y pragmática que ha tomado el relevo en el liderazgo del nacionalismo en Navarra. El caso de la capital es probablemente el mejor ejemplo para verlo.
A partir de ahí, y sin ningún ánimo de flagelación pero si de autocrítica, podemos pensar en que ha pasado en Sakana, en Baztan o Atarrabia por poner tres ejemplos de malos resultados con distintos motivos aparentes y el mismo fondo… y obrar en consecuencia.
No es posible que el recelo mutuo entre los partidos que forman la coalición haya llevado a coartar las organizaciones municipales nabaizales, los famosos nabaigunes, cercenando cualquier posibilidad de entendimiento entre diferentes que no fuese “tutelada” y matando la posibilidad de que se articulasen movimientos nabaizales capaces de generar el mismo trabajo, la misma posición política y la misma ilusión pero con una óptica local. No olvidemos que Bildu lo ha conseguido en tres meses escasos, nosotros tuvimos cuatro años y la diferencia achacable a ese trabajo esta ahí. No hay más que leer los resultados municipales y los forales. ¿De que resultado estaríamos hablando si hubiéramos sido capaces de articular listas cohesionadas, implicadas en su pueblo, con programa y bien lideradas como en Iruña o Lodosa por poner dos ejemplos de buenos resultados con distintos motivos aparentes y el mismo fondo?.
Pero ya no es hora de echar la vista atrás, ahora toca la acción política externa, mucho me temo que otros cuatro años de oposición y Cortijo Floral, y la interna. De la externa hablaremos en otro artículo cuando sepamos el papel que nos han designado para la próxima legislatura y ocuparse de la interna es una de las tareas más urgentes con que nos vamos a encontrar los nabaizales hasta 2015.
Creo que el “siniestro total” protagonizado por todas las fuerzas nacionalistas distintas a Bildu y PNV en la CAPV ha marcado el campo de juego del nacionalismo vasco para los próximos años en esa Comunidad Autónoma pero no olvidemos que en el país hay otra con otros actores y otro enfoque de autogobierno. Que los partidos vencedores o vencidos en la CAPV tomen decisiones en Navarra en función de esa “victoria” o “derrota” en la CAPV no será más que la enésima muestra de ceguera política.
En Nafarroa no ha ganado el PNV ni Bildu, ni siquiera han perdido Aralar o H1, en el mundo abertzale de Nafarroa ha ganado Na Bai, y Na Bai es un poco de todos incluso de aquellos que votaron Bildu pensando que las ideas de EA habían sido excluidas de Na Bai o aquellos otros que desde IE todavía tuvieron la tentación, en el último momento, de votar a Uxue.
Los que creímos en Na Bai 2004, 2007, 2008 o 2011 creemos que el día 23 es cuando de verdad podemos empezar a construir la Na Bai que desaloje a UPN del poder. Es fácil que en las actuales circunstancias unos tengan la “tentación” de abandonar el barco y otros de capitalizar el proyecto, ha llegado la hora de definir definitivamente si esto era una coalición táctica, disolverla y cobrar los réditos o era un proyecto estratégico para el futuro de Navarra, es la hora de la generosidad…
Y si decidimos que si, que nos gusta Na Bai, que nos quedamos en Na Bai, es hora de olvidar cuotas, parcelas y chiringuitos variados, es hora de dar voz a los nabaizales; arlalarkides, jeltzales, h1, independientes, la gente de Atarrabia… y con una fórmula sencillísima; un nabaizale, un voto, es hora de desarrollar nuestra potencia local implantando nabaigunes en todos los pueblos de Navarra, desde su perspectiva y en su entorno… y es hora de clarificar las posiciones de consenso, en una palabra, es hora de articular Na Bai.
No olvidemos que seguimos siendo la única fuerza capaz de cambiar Nafarroa.
Ander Muruzabal, en Aberriberri
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