domingo, 22 de mayo de 2011

ESTA NO ES LA NAVARRA DE LA QUE NOS HABLAN

Asumiendo en beneficio de la inmediatez el riesgo que conlleva manifestar por escrito unas primeras impresiones sobre lo que hemos conocido en esta larga noche electoral, empezaré por constatar la moderada pero significativa modificación en la correlación de fuerzas entre los tres grandes espacios políticos de nuestra comunidad. La derecha, en la que además de UPN y PP incluyo, a costa de una inevitable fuga de rigor, a CDN, UPyD y Derecha Española, ha perdido tras cuatro años unos 11.000 votos. El PSN, a pesar de recuperar el segundo puesto en el Parlamento, pierde el doble, 22.000. Y el llamado tercer espacio, mayoritaria pero no exclusivamente abertzale, gana unos 5.000, a pesar del incremento de la abstención, superando de largo un tercio del electorado. En este último cálculo tengo en cuenta 14.000 de los 18.000 nulos de 2.007, justamente el diferencial respecto a los registrados hoy. Aún cuando muy bien podrían también considerarse como parte de ese tercer espacio, no incluyo en él a Ecologistas ni a los defensores de la legalización del cannabis, que en conjunto representan más de un 2%.

Si nos referimos al voto explícitamente vasquista, hoy ha sido también una gran noche. Los 93.000 votos recibidos entre NaBai y Bildu, con el 30% de la cámara, constituyen un registro histórico. Oiremos ahora a quienes jamás tuvieron el pudor de referirse para nada a los votos nulos de las anteriores elecciones que el voto nacionalista no crece, que simplemente recicla aquellos votos no válidos. La realidad es que todo ese voto global avanza después de perder a Batzarre y con una menor participación electoral. Y que además se puede considerar vasquista cuando menos a un sector de la actual Izquierda-Ezkerra y a toda ella en su conjunto partidaria de subvertir el actual status de appartheid identitario.

De nuevo se constata contundentemente, por si fuera preciso, que Navarra no es lo que nos cuentan, y mucho menos lo que se cuenta por ahí. La derecha no es mayoritaria en esta comunidad, tiene unos límites sociológicos evidentes, no es de ninguna manera imbatible, a pesar de su soberbia estructuración social, y en ningún sitio está escrito que es inevitable que gobierne. Las cuentas vuelven a salir para que las fuerzas progresistas gobiernen las principales instituciones. El PSN -en definitiva el PSOE que es quien tomará en realidad la decisión- debería plantearse si entre las alternativas arriesgadas que puede tomar hay alguna que le resulte más dañina que seguir apuntalando el poder de la derecha.

El éxito vasquista confirma el acierto de configurar todo su espacio en dos expresiones electorales, como corresponde a proyectos políticos diferenciados hoy por hoy. De haber ido en un solo bloque, estaríamos hablando ahora de otra cosa, lejos de esos 93.000 votos.

Para mí no ha supuesto ninguna sorpresa el reequilibrio entre esas dos expresiones. Cuando se adelantaron los datos de las primeras encuestas dadas a conocer, ya le pronostiqué a un buen amigo que ha resultado elegido parlamentario de NaBai un 7-7 como mucho más probable que el 11-2 o 11-3 del que se hablaba entonces. Me alegro mucho de haberme equivocado en uno. Imagino que él más todavía. Si miramos lo que ha sucedido en el resto de Euskal Herria, se entiende claramente que ha sido precisamente la existencia de NaBai como espacio de encuentro, su vitola de elemento superador de la marginalidad histórica del abertzalismo navarro en lo electoral, lo que ha posibilitado que el vuelco no haya alcanzado la resonancia de otros territorios.
Yo estimo que los resultados de NaBai han sido excelentes considerando el peso de cuatro años de inacción en su configuración como sujeto político, de degradación en su estimación hasta el nivel de "instrumento táctico" y del impacto que en su credibilidad de proyecto transversal tuvo la salida de Batzarre. Bildu ha recuperado buena parte del espacio tradicional de la izquierda abertzale y probablemente ha sido secundado por una buena porción del electorado de EA que en contra de lo que se podría prever le ha votado de buen grado, ha aumentado de forma espectacular su poder municipal y ojalá sea un instrumento de racionalización de las vías políticas del soberanismo. Pero las esperanzas de progresión del vasquismo en Navarra necesitan de un espíritu de diálogo y de transacción entre diferentes, de la vocación fundacional de NaBai. Después de las elecciones se hace más evidente lo que decía hace unos días Abarria: "NaBai es más necesario que nunca".

Lo que ha sucedido en los otros territorios de Hegoalde merece un análisis más profundo, pero hay evidencias que no se pueden obviar. No es siquiera que volvamos al mapa del 98, nos situamos en algo inédito. Aralar, Ezker Batua y Hamaika Bat se minimizan, no porque lo hayan hecho mal, sino porque el electorado ha optado por la simplificación. Veremos si es o no irreversible. El PNV consolida su feudo de Bizkaia, donde Bildu irrumpe como segunda fuerza. Álava será el escenario en el que se vivirán con más densidad e incertidumbre negociaciones a varias bandas que pueden poner patas arriba todo el entramado institucional de la CAV. Y en Gipuzkoa PNV y PSE pierden en beneficio de Bildu casi todo su poder municipal. El PSE sólo retendrá Irún, Eibar y Zumárraga, porque probablemente los pactos le arrebatarán Lasarte, se lo han ganado. Y el PNV conservará tan sólo Elgoibar y Hondarribia entre las poblaciones de cierta importancia. Bildu, primera fuerza municipal en casi toda la provincia, incluída la capital. Algo que nunca había ocurrido y que nadie, que a mí me conste, se había atrevido ni siquiera a insinuar que pudiera suceder.

Praxku








1 comentario:

P dijo...

Oso ikerketa ona Praxku¡¡(beti bezala)