Vámonos de cábalas, independientemente de lo que decida el Constitucional. Demandábamos reflexión ante el actual contexto de atentado a la democracia. I. Iriondo realiza la suya. En primer lugar apuesta por superar la época del defensivo urrezko boto nuloa, y pasar al ofensivo urrezko boto aktiboa. El salto es cualitativo, porque supone que, aunque ilegalizados, votarían ¿A quién?
1.- A un “gran partido” (el uso de gran o grande altera el significado), que garantizara “presencia independentista” en diputaciones y “gestoras” en los ayuntamientos.
2.- A un partido pequeño pero con listas por todo el territorio, de quien “los excluidos” reclamarían un acuerdo mínimo.
3.- Voto al PP, y a ver qué hacen con ellos.
Como creo que es un tema serio, excluyo –de partida- la tercera opción. Sobre las otras dos:
1.- El PNV es un “gran” partido y partido “grande” como para que entre a ese tipo de acuerdos. Sí que por su cuenta podría y debiera, en caso de consumarse el golpe antidemocrático, posicionarse en una posición de total defensa de la democracia, como lo ha hecho. Es evidente, sin embargo, que las tensiones –en un improbable acuerdo- aflorarían desde el primer momento.
La pretensión –absolutamente legítima- de la IA es erigirse –en una situación democrática- en el partido-guía del abertzalismo. Desde ese punto de la firmeza democrática (el contenido que los abertzales damos a esa firmeza no se corresponde con el de los unionistas) sí debiera compartir una unidad de acción básica. De ahí en adelante la lucha por el espacio y el control del abertzalismo continuará, tanto en los excepcionales parámetros actuales como en los normales que debiera deparar una aceptable situación democrática.
2.- Cuando Iriondo nombra a “un partido pequeño” tiendo a pensar en Aralar. Quiza EB, pero no. Para quienes consideramos que en el abertzalismo sólo hay espacio para dos opciones, un momento tan dramático como el actual podría muy bien convertirse en una ocasión para la refundación de la IA TODA. Queda la duda de cómo actuar en Navarra, por eso de la participación del PNV e Independientes; pero podría tratarse.
Quizá este es el momento del encuentro definitivo de la IA, una vez que EA y Alternatiba están ya en la misma onda. Un acuerdo con Aralar podría otorgarles un porcentaje de voto cercano al 25%, que les situaría como partido de referencia –por detrás del PNV- en toda Euskal Herria. Como jeltzale no debiera apoyar esta opción, pues supondría de facto pérdida de control y de poder para el PNV. Creo, sin embargo, que las contrapartidas para Euskal Herria, para el abertzalismo y para el propio PNV serían sustanciales.
La primera de ellas es que obtendríamos un mapa claro de cuál es el poder que detentan los abertzales, y cuál los unionistas. Por otra, López, Ares y demás usurpadores verían con total claridad su desnudez y su minoría que vergonzosamente les ha aupado al poder en la CAV.
Además, una concurrencia del abertzalismo en dos opciones que no serían sino el fiel reflejo de las tendencias sociales actualmente imperantes en Hegoalde sumaría más que yendo unidas. Así lo predijimos para Navarra, y así lo constatan –para ese territorio- las encuestas realizadas.
Biturie, en Arabatik
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