Confundir el todo por la parte descubre a quien no pisar tierra. A lo más, si se hace de forma consciente, revela un interés exagerado por manipular la realidad, que es preocupante si no hay una reacción de ajuste en sentido contrario. Un equilibrio necesario que resitúe en ponderados términos el envite inicial.
Que NaBai ha sido algo más que una coalición de partidos políticos lo ha dicho una y otra vez el electorado, pese a la resistencia de las formaciones que se han enrocado en fundir al rojo el terco mensaje contrario y cuya expresión máxima es el pacto alcanzado, primero, entre Aralar-EA y al que, luego, se ha sumado el PNV.
Que NaBai es mucho más lo sabe bien la derecha y el sumiso PSN, que temen que, por primera vez, el navarrismo foral, carca y casposo, tenga enfrente un bloque político y social capaz de mirarles de frente, de tratarles de tú a tú, después de casi 35 años de marginar a la población vasquista y progresista no claudicante.
Quien dentro de NaBai se mire el ombligo y no trabaje por renovar su pluralidad apuesta a corto plazo, transita miope y, posiblemente, lo pagará caro en las urnas y en la historia de esta Navarra coja que silencia a un tercio de sus ciudadanos.
Llamar “españolista” a Batzarre es tan inapropiado como decir que Aralar es de derechas por dejar que el PNV ocupe uno de sus puestos en el Parlamento foral. Tampoco a nada conduce ese reduccionismo que minusvalora a los nabaizales no adscritos a los partidos, a los que se les reserva poco menos que el papel de florero.
De ahí que sea tan importante la convocatoria hecha por un grupo de personas del mundo de los ayuntamientos, del parlamento o la cultura, algunos significativos afiliados a partidos y otros no, que han hecho un llamamiento para que el 1 de octubre en Artika NaBai vuelva a repensarse en plural.
Allí me gustaría que se reflexionara de reforzar un discurso de izquierdas en tiempos de crisis, de no imponer ideas a los demás socios, del legítimo derecho al voto de los independientes o de reclamar unas primarias para los principales cabezas de listas. ¿Por qué no?.
Esa es la NaBai amplía y generosa que nos merecemos y a la que temen los importantes adversarios políticos que la quieren reducida, enquistada y caduca. Todavía queda mucha NaBai por explorar y, creo, puede renacer el día 1 de octubre más clara y pura de los manantiales que broten de Artika.
Beltrán Gárriz
Que NaBai ha sido algo más que una coalición de partidos políticos lo ha dicho una y otra vez el electorado, pese a la resistencia de las formaciones que se han enrocado en fundir al rojo el terco mensaje contrario y cuya expresión máxima es el pacto alcanzado, primero, entre Aralar-EA y al que, luego, se ha sumado el PNV.
Que NaBai es mucho más lo sabe bien la derecha y el sumiso PSN, que temen que, por primera vez, el navarrismo foral, carca y casposo, tenga enfrente un bloque político y social capaz de mirarles de frente, de tratarles de tú a tú, después de casi 35 años de marginar a la población vasquista y progresista no claudicante.
Quien dentro de NaBai se mire el ombligo y no trabaje por renovar su pluralidad apuesta a corto plazo, transita miope y, posiblemente, lo pagará caro en las urnas y en la historia de esta Navarra coja que silencia a un tercio de sus ciudadanos.
Llamar “españolista” a Batzarre es tan inapropiado como decir que Aralar es de derechas por dejar que el PNV ocupe uno de sus puestos en el Parlamento foral. Tampoco a nada conduce ese reduccionismo que minusvalora a los nabaizales no adscritos a los partidos, a los que se les reserva poco menos que el papel de florero.
De ahí que sea tan importante la convocatoria hecha por un grupo de personas del mundo de los ayuntamientos, del parlamento o la cultura, algunos significativos afiliados a partidos y otros no, que han hecho un llamamiento para que el 1 de octubre en Artika NaBai vuelva a repensarse en plural.
Allí me gustaría que se reflexionara de reforzar un discurso de izquierdas en tiempos de crisis, de no imponer ideas a los demás socios, del legítimo derecho al voto de los independientes o de reclamar unas primarias para los principales cabezas de listas. ¿Por qué no?.
Esa es la NaBai amplía y generosa que nos merecemos y a la que temen los importantes adversarios políticos que la quieren reducida, enquistada y caduca. Todavía queda mucha NaBai por explorar y, creo, puede renacer el día 1 de octubre más clara y pura de los manantiales que broten de Artika.
Beltrán Gárriz
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