Cuando digo que soy maestra de 1º de primaria, la gente en general responde con un “¡ah!” tan soso, que me gustaría expresar:
¿Dónde más podría atar lazos al pelo, ajustar cinturones, y ver un desfile de modas a diario?
¿Dónde, aunque siempre me vista de la misma manera, me dirán que mi vestido es bonito?
¿Dónde sino es aquí, me abrazaría un apuesto jovencito y me diría que me quiere?
¿Dónde eres tan importante que hasta a la estrella del desfile le has de limpiar los mocos?
¿En qué otra parte podría olvidar mis penas porque tengo que atender tantos arañazos, tristezas y enfados?
¿Quién recibe más flores que yo?
¿Dónde más podría guiar en la escritura de las primeras letras, una manita que quizás algún día escriba un libro?
¿En qué otro lugar recibiría el regalo de miles de sonrisas cada día?
¿En qué otro sitio me harían un retrato gratis?
¿En qué otro lugar mis palabras causan tanto asombro?
¿En qué otro trabajo cuando faltas dos días te reciben con los abrazos abiertos?
¿Dónde puedes ver en primera fila la ejecución de grandes obras de arte?
¿Dónde conservaría el alma joven, sino en medio de un grupo cuya atención es tan efímera, que siempre debo tener a mano una caja de sorpresas?
¿En qué otro sitio derramaría lágrimas porque hay que dar por terminado un año de relaciones felices?
¡Me siento grande trabajando con pequeños!
14 de abril
1 comentario:
¡Hermoso!
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