domingo, 7 de junio de 2009

POCO MENOS QUE UNAS ELECCIONES GENERALES

Salvedad hecha del índice de participación, las elecciones europeas se parecen a las generales más que a ninguna otra, si analizamos el comportamiento social. Un sector mayoritario del electorado parece percibir que lo que prevalece es quién ocupa el primer puesto, por cuanto puede suponer el anticipo de lo que sucederá después en las legislativas. Cada vez es más complicado sustraerse a esa corriente, incluso en las nacionalidades.

La participación ha bajado 2’41 puntos en Navarra. Si tenemos en cuenta que lo ha hecho un 0’20 en Aragón, 2’37 en la Rioja y un 2’63 en la CAV por referirnos a las comunidades vecinas, no parece que la ausencia de UPN en la contienda electoral haya tenido efectos significativos. El grueso de su electorado tradicional ha ido a votar , desde luego en mayor medida que el vasquista o el de la izquierda de voluntad transformadora. Algunos lo habrán hecho por el UPyD pero la gran mayoría por el PP. Si hay que leerlo en la clave interna que se comentaba, no hay duda de que Yolanda Barcina ha salido triunfadora en su reto. La bajada porcentual es, como para los demás, inevitable por la reconversión del voto nulo del 2004 en voto válido para una opción política. No hay indicadores válidos para adivinar ahora cómo se distribuirá el voto de la derecha si persiste su situación de escisión.

El PSN ha salido bien parado de estas elecciones. Habrá que esperar hasta las forales para comprobar si como sus portavoces seguirán sin duda manteniendo se trata de un reconocimiento de su pretendida política institucional responsable, o nos hallamos en un bis de las elecciones generales, con su carga bipartidista distorsionadora.

UPyD entra en el Parlamento Europeo y habrá que ver qué consecuencias puede tener la presencia de esta expresión del ultranacionalismo español. Su éxito sorprende por cuanto sus posiciones están bien representadas en la política de los dos partidos mayoritarios.

Iniciativa Internacionalista no estará en la cámara europea, con lo que no ven cubierto el objetivo de presionar desde allí junto con los europarlamentarios del Friendship al ejecutivo español para una negociación política. Pero como era de prever, su presencia se ha dejado notar. Tercera fuerza en Navarra y posiblemente también en la CAV una vez resueltas sospechosas irregularidades evidentes en algunas actas en las que sus votos se han adjudicado a extraños partidos residuales. Muchos sucumbirán a la tentación de atribuir esa recuperación a una involución en el proceso que parecía haberse iniciado de maduración paulatina del electorado de la izquierda abertzale. Ese voto siempre ha estado ahí y es fácil de activar en cuanto a se dan condiciones mínimamente propicias, como en esta ocasión, en que en la candidatura figuraba gente más o menos cercana, pero éticamente irreprochable.

El PNV ha sido el primer partido en la CAV pero de ninguna manera ha visto cubierto el objetivo de utilizar estas elecciones para castigar a Patxi López, que de forma precipitada y desde luego innecesaria, se habían marcado sus dirigentes. Coalición Europa, lo que queda de la vieja Galeusca, mantiene sus porcentajes por la recuperación por parte de CIU de una buena porción del voto que se le había escapado a Ezquerra Republicana. Porque los resultados jeltzales son discretos. Y en Navarra, marginales, como era de esperar.

Entre Aralar y EA pierden más de 5.000 votos en Navarra. Considerando que pierden 2.000 en Alava, más de 7.500 en Bizkaia y 13.000 en Gipuzkoa, se puede hablar si no de descalabro, sí de un buen tropezón electoral, teniendo en cuenta que el listón del 2004 no era demasiado alto, y que el acabado de la coalición de la que formaban parte parecía de mejor calidad en esta ocasión. Todo parece indicar que es del voto de EA de donde más se pierde y apostaría que una parte considerable se ha ido a la abstención. No me ha sorprendido, se confirma la esperada desorientación del electorado vasquista, sin una idea clara de lo que estaba en juego. Obsérvese cómo son las comunidades del bipartidismo –La Mancha, Extremadura, Andalucía….- las que más han votado.

Izquierda Unida continúa en un declive que parece imposible de detener. De forma más acusada en Navarra, y mucho más en la CAV que en el conjunto del Estado, donde al menos lo ha ralentizado un tanto.

Nafarroa Bai no se presentaba a estas elecciones, luego las conclusiones que de estas elecciones se puedan extraer para su futuro tienen que ser forzosamente relativas. Cada convocatoria es para lo que es y ésta no motiva a su electorado. Pero haríamos mal en no tomar nota de lo acaecido. Duele ver cómo el PP puede ser el primer partido en Berriozar, en Irurtzun, en Baztan, o en Doneztebe, o el PSN en Altsasu o en Villava con Uriz. La gran fuerza de NaBai, su valor multiplicador, es su diversidad y su unidad. Los partidos que lo forman, por supuesto, son imprescindibles, pero también lo es trabajar por su cohesión, por el desarrollo de políticas para hoy, viables, graduales y no excluyentes, y por su urgente estructuración organizativa a todos los niveles.
Praxku

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