La presidenta
navarra, Yolanda Barcina, asegura que no va a dimitir, aunque la idea se le ha
pasado por la cabeza muchas veces. En el caso de que el Tribunal Supremo le
impute por su papel en la desaparición de Caja Navarra y las dietas, Barcina no
dimitiría de forma inmediata, porque sería el inicio de «una fase de
investigación». Aun así, UPN ya ha filtrado nombres de eventuales sustitutos a
la presidenta si se viera obligada a dejar su cargo por su extrema debilidad.
En una entrevista concedida a «Diario de
Navarra», se habla ya de varios posibles relevos a Barcina (eso sí, de entre el
sector que le ha apoyado frente al aspirante Alberto Catalán). En concreto, el
nombre que con más fuerza suena es el exrector de la Universidad Pública de
Navarra Antonio Pérez Prados.
La falta de sintonía entre la presidenta
navarra y el PSN es evidente. Ayer, el portavoz del PSN, Juan José Lizarbe,
volvía a exigir la marcha de Barcina, al tiempo que desmentía los rumores de
una nueva moción de censura, pero esta vez impulsada por el propio PSN, que se
abstuvo la semana pasada truncando las esperanzas de Bildu.
Aunque Barcina sigue firme, su soledad le ha
dejado en una posición muy débil. En esa entrevista publicada ayer, prometió
renovar esfuerzos de cara a un acuerdo con el PSN. Más en concreto, confió en
activar una vía de diálogo directamente con Ferraz, puesto que Roberto Jiménez
se niega a reunirse con ella de forma bilateral.
La posición de Jiménez de cara a Ferraz
también es complicada. Desde su expulsión del Gobierno, el PSN no ha logrado
remontar en los sondeos electorales y, por ello, Madrid se decanta ahora por
María Chivite, al menos como candidata.
Aritz Intxusta, en GARA
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