Nada parece encajar en los argumentos del FBI y la CIA sobre el extraño y luctuoso atentado de Boston. Una vez más nos enfrentamos a unos hechos sin lógica, donde dos jóvenes de origen checheno parecen ser las cabezas de turco, sin que hasta ahora se haya demostrado que fueran los culpables de este nuevo ataque al estado norteamericano.
Las televisiones nos mostraron una espectacular persecución de película americana, con miles de policías y militares, una ciudad entera en estado de excepción, en la cual uno de los chicos fue abatido acribillado a balazos y el otro, el más joven, de solo 19 años y estudiante de 2º de medicina, fue capturado gravemente herido, “curiosamente” desarmado y con mucho miedo en el momento de su entrega y supuesta rendición.
Sus padres abrumados afirmaron que eran buenos chicos, que no estaban vinculados con ninguna organización terrorista y que no eran capaces de matar ni a una mosca.
Estos datos contrastan con las imágenes en vídeo de varios medios internacionales, donde se observa, momentos antes del atentado, a varios gorilas de una empresa de seguridad vinculada al Pentágono y a su servicio secreto, con mochilas y pinganillos al oído, ubicados en varios puntos estratégicos de este evento deportivo con una pinta muy sospechosa.
¿Qué hacían en ese maratón estos agentes de seguridad de una de las empresas que protegen el patrimonio gringo en Irak y Afganistán? ¿Por qué no han sido investigados y sus mochilas analizadas? ¿Cómo es posible que unos jóvenes sin preparación militar fueran capaces de provocar esta brutal acción criminal?
Son muchas las preguntas sin respuesta de este y otros atentados provocados en los Estados Unidos, Reino Unido, España, etc., donde quedaron enormes lagunas de oscuridad, que quizá algún día se aclaren y nos llevemos grandes y siniestras sorpresas.
El fomento del miedo y la mentira suele ser la estrategia fundamental y perfecta del imperio, siempre con el fin de amedrentar y justificar sus invasiones y guerras genocidas, para apropiarse de los recursos naturales y geoestratégicos de otros países, asesinando a sus pueblos con brutales bombardeos, acciones militares por tierra y otras acciones criminales en compañía de sus aliados para el genocidio, el saqueo y el robo.
Los medios de comunicación al servicio del sistema nos lanzan sucesivas mentiras, campañas de criminalización de supuestos dictadores, que en algunos casos, hace unos años eran fieles amigos de la potencia invasora.
Si miramos a Libia, Irak, Afganistán, comprobamos como después de las sucesivas guerras imperiales promovidas por los Estados Unidos, la corrupta Unión Europea y la Alianza Terrorista OTAN, sus pueblos están mucho peor que antes, sometidos a delincuentes gobiernos títeres, desarraigo social, terrorismo, muertes, abusos y torturas cometidas por la milicia aliada, extrema pobreza y países devastados, saqueados por las grandes corporaciones y mafias del petróleo y el narcotráfico, que arrasan por sus recursos naturales, esclavizando y matando de hambre a su gente.
Como en la supuesta muerte de Bin Laden, los atentados de Boston tienen toda la pinta de ser una nueva falacia-montaje y su autoría está cada hora que pasa mucho más cuestionada. Solo hay que ver los informativos de Rusia, China, Venezuela, Cuba, Bolivia, Brasil, etc., para encontrar otras versiones y cuestionamientos razonables y racionales.
Incluso y para aumentar las sospechas, el único detenido, Dzhokhar Tsarnaev, según anuncian fuentes de la CIA, tiene una grave lesión en la garganta y parece ser que nunca podrá hablar, lo que entorpecerá los interrogatorios ¿Casualidades?
Nada parece encajar y el argumento para acusar a estos dos desgraciados hermanos se va diluyendo, derritiendo entre falsedades, mentiras y manipulación político-mediática.
Francisco González Tejera (Viajando entre la Tormenta)
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