jueves, 18 de febrero de 2010

INTERROGANTES EN TORNO AL TERCER ESPACIO ELECTORAL DE IZQUIERDAS

Durante más de treinta años de democracia el mapa electoral de Navarra se caracteriza por tres grandes bloques electorales: derecha, socialista y un tercer espacio electoral. Y nada apunta que vaya a sufrir variaciones importantes en un plazo inmediato. La realidad del tercer bloque reside en la existencia de un conglomerado social muy mayoritariamente de izquierdas (el navarrómetro en una escala de 1 (izquierda) a 10 (derecha) aportaba estos datos: PSN-3,9, NaBai-3,4, IUN-3,); muy plural en cuanto a su identidad: nacionalista vasco o abertzale en unos casos, pro vasquista en otros, navarrista en otros; situado fuera del PSN por distintos motivos; representado a través de muy diversas siglas o plataformas electorales a lo largo del periodo democrático y en la actualidad por NaBai e IUN, además de por otros colectivos escindidos del PSN, candidaturas independientes de izquierda… Aquí se ubicaría una Batasuna desligada políticamente de ETA; sin dicha desvinculación sería imposible cualquier colaboración institucional o electoral de cierto fuste.

Un rasgo central de este tercer bloque lo constituye la heterogeneidad, que, a su vez, es fruto de la pluralidad de identidades existente en Navarra. Esta diversidad le lleva muy a menudo a la fragmentación electoral que debilita su fuerza de conjunto. Lo cual es un problema.

El tercer bloque electoral vive un momento de readecuación, ante el cansancio ocasionado por la interferencia de ETA, cada vez más impelido a alejarse de ETA, que ha perdido su referencialidad de antaño en este bloque… Al margen de cuál sea el desenlace final del reordenamiento entre las diferentes fuerzas, estos hechos son ya una realidad en la nueva configuración del tercer espacio electoral de izquierdas.

Otro problema común a todas las fuerzas del tercer bloque, y muy importante, reside en las dificultades para el cambio de gobierno, cambio que es clave para que las principales instituciones de Navarra sigan un rumbo alternativo. Este bloque, que en las elecciones de 2007 obtuvo un respaldo electoral de más del 28% (NaBai e IUN), ve cerradas sus expectativas, si el PSN no accede a la formación de un gobierno de izquierdas. Y una consecuencia de estos dos problemas -la fragmentación y las serias dificultades para el cambio de rumbo- es la falta de credibilidad de sus fuerzas más significativas (NaBai e IUN) para promoverlo en solitario. Este problema no se daba en el año 2007, puesto que todo el mundo daba por hecho que el PSN propiciaría el desalojo de la derecha. La pregunta que surge es si cabe hacer algo para atajar ambas cuestiones: la fragmentación y los obstáculos para el cambio.

Una posibilidad sería la formación de una plataforma electoral del conjunto del tercer espacio de izquierdas . Una propuesta en serio de estas características (no estoy pensando en filigranas coyunturales para salir en la prensa o para hacerle una jugada a fulanito) chocaría de entrada con la opinión predominante en las direcciones de las dos fuerzas más significativas del bloque. Y dicha oposición tiene cierta lógica, puesto que cada corriente vela por sus intereses propios y bastantes dificultades entraña la simple agrupación de los más próximos. Aun admitiendo esta objeción razonable, merece la pena que nos formulemos un par de interrogantes. Vayamos con ello.

La primera es si sería viable dicha plataforma electoral conjunta. ¿Sería posible alcanzar un denominador común, un programa común entre las diferentes fuerzas del tercer bloque electoral? ¿Ese acuerdo no podría condensar los ejes programáticos viables para un gobierno de izquierdas durante este periodo bajo las banderas de la izquierda, de la cuestión social, del progresismo, de la pluralidad abierta a un proyecto justo y equilibrado de convivencia entre las diferentes identidades navarras? ¿No sería posible, igualmente, lograr una representatividad ajustada para todas las sensibilidades, que reflejara de forma muy visible la pluralidad imperante? Pienso que sí, aunque este hipotético acuerdo debería salvaguardar lo específico y lo diferente de cada corriente sin la menor duda para que pudiera resultar satisfactorio para todas las partes. La segunda, si la constitución de una plataforma electoral conjunta del tercer espacio ejercería una presión favorable sobre el PSN. Creo también que sí. Una oferta electoral conjunta seriamente planteada por parte de estas izquierdas (NaBai, IUN, colectivos escindidos del PSN, candidaturas independientes de izquierdas) y avalada por figuras de la cultura, de la intelectualidad, del mundo sindical, del progresismo, que son firmes partidarias de un cambio en Navarra, pienso que sería un elemento de presión muy fuerte ante el PSN y frente a sus devaneos de alianza y de apoyo exterior a un gobierno de la derecha. Además renovaría la credibilidad del proyecto de cambio ante la sociedad navarra. Algo que ninguna de las fuerzas puede ofrecer en solitario.

Ésta sería, a mi juicio, una visión innovadora, ambiciosa, pero a la vez realista, conforme a nuestra sociedad. Permitiría al conjunto de fuerzas del citado tercer bloque ganar credibilidad y centralidad en la sociedad navarra para la perspectiva de un cambio de rumbo en el gobierno navarro, ayudaría a superar la fragmentación electoral y anticiparía las posibilidades que podría abrir un escenario futuro sin ETA. Y, además, frenaría una potencial abstención de izquierdas, que podría producirse entre algunos sectores, si no existe un estímulo potente.

Soy consciente de que es muy difícil que salga adelante un proyecto de estas características. Pero en todo caso juega a su favor el hecho evidente de que los atajos asimilacionistas sobre el tercer bloque electoral (por parte de quien pretenda marcarlo con un sello o con una identidad de parte) han chocado hasta ahora con la terca realidad plural de Navarra: no hay más que ver la diferente influencia política de unos y de otros en las distintas zonas de Navarra. Por todas estas razones me parece pertinente debatirlo. Por otro lado, pienso que también podrían jugar a su favor las ventajas que reportaría a NaBai. A mí me parece que le permitiría normalizar la situación del abertzalismo y vasquismo en nuestra comunidad, salir del aislamiento político, romper el desprestigio cosechado en las últimas décadas entre la sociedad no nacionalista… No es poca cosa si se consideran racionalmente.

Añado, por último, que este proyecto de plataforma electoral del tercer espacio no cuestiona la experiencia de NaBai, sino todo lo contrario. NaBai representa un modelo interesante y supone un avance importante en la agrupación y colaboración electoral e institucional entre fuerzas diferentes. Pero, evidentemente, la agrupación del tercer espacio en NaBai es incompleta con la ausencia de IUN e, igualmente, la expresión pública del pluralismo identitario en NaBai ha sido claramente deficiente. No obstante, aun con todo, en esta Navarra tan plural es preferible -hasta donde sea posible- una confluencia, aunque sea problemática, a la fragmentación exagerada.
Jesús Urra (Diario de Noticias )

No hay comentarios: