En la actualidad, es patente que el número de personas LGTB con discapacidad se ha hecho más visible, fruto de la aceptación de la persona y su desarrollo en el entramado social. Jesús González, es una de las voces más versadas en el tema, quien en el año 2005 se aventuró a elaborar un ensayo sobre las personas LGTB con discapacidad; el resultado fue: Reinventarse. La doble exclusión: vivir siendo homosexual y discapacitado, un libro disponible en la red y que arroja información sobre los diversos aspectos que comprenden la vida de una persona que como el es gay y discapacitado. Para situarnos en la realidad española, González argumenta: “Casi 4 millones de personas son discapacitadas en nuestro país, es decir, un 10% de la población española. En cuanto al colectivo LGTB, entre un 8% y un 12% son los datos que se estiman de personas que son gay, lesbiana o transexual en España.”
A tenor de estos datos, González se plantea: “¿Por qué la sociedad sana y heterosexual nos trata de manera diferente?” A lo que responde que sin lugar a dudas ese trato desigual proviene de la visión distorsionada que esos colectivos mayoritarios y supuestamente normales, tienen de nosotros. En este sentido, González afirma: “Ser gay, lesbiana o transexual en nuestro país, aún genera una serie de problemas de aceptación social. La discriminación en el mundo laboral, los problemas de “Bullying” en centros escolares, la consumación de los derechos plenos como ciudadanos de primer orden, se enfrentan en determinados territorios y mentalidades con una arcaica concepción de la homosexualidad que, aún todavía, algunos tildan de enfermedad, de aberración o de malformación genética. Se ha construido mucho, pero aún quedan escollos que derribar.”
En el caso de los discapacitados LGTB no sólo tienen que franquear la barrera que les supone su orientación sexual sino la propia discapacidad, por este motivo, González añade: “La discapacidad, en su parcela de exclusión, ha sido considerada, en determinados círculos sociales, como una tara insalvable, como un error de la naturaleza. Al igual que los homosexuales, a los que se llegó a denominar de “tarados”, “subnormales”, “anormales” o “lisiados”, han sido perseguidos o diezmados por los nazis, o incluso encerrados en manicomios, en centros psiquiátricos, o en hospitales.”
Para luchar contra estas discriminaciones y motivar al cambio social, González propone como solución la aceptación, que consistiría en encontrar un lugar en la sociedad. La normalización de las personas con discapacidad tiene que estar ligada a todos los ámbitos del desarrollo de la persona en sociedad, por ello, González puntualiza: “el acceso a la cultura y al ocio resultan fundamentales, el fomento de estas actividades, en una sociedad avanzada como pretende ser la nuestra, cada vez cobran más importancia y, por ello, la plena normalización pasa necesariamente por su accesibilidad para hacerlas asequibles a todos los ciudadanos. La cultura, tanto desde la perspectiva de la creación artística, como desde la del disfrute de las obras realizadas por otros, debería resultar accesible a todas aquellas personas con discapacidad que pretendan desarrollar sus capacidades y sus aficiones. El turismo, el deporte de base, el ocio en su globalidad, han de ser alternativas al alcance de las personas con discapacidad.”
¿SON ASEXUADAS LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD?
La sexualidad de las personas con discapacidad es el tema más desconocido, de esta forma, Jesús González afirma: “A menudo se considera a las personas con discapacidad física o intelectual, personas como no sexuales. El sexo está muy asociado a la juventud y el atractivo físico, y cuando uno no lo es, se ve a menudo como “impropio”. Si se discute sobre sexo y discapacidad, normalmente se refiere a la capacidad, a las técnicas y la fertilidad, dejando atrás el concepto de los sentimientos sexuales y, por tanto, olvidándonos de la parte afectiva. Estos aspectos, pues, ignoran el afecto, las emociones, el tocar…” Además, González añade en su estudio las palabras cargadas de significado del Director Ejecutivo del CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad): “No dispongo de información, ni de datos, como mucho de impresiones, y no sé si con esto escaso acervo sería legítimo pronunciarse. Podría hablar, pero a la ligera. Hay un hecho indiscutible, no obstante, y es que son personas apenas visibles, y sus manifestaciones y prácticas menos. Desde el mundo de la discapacidad, la cuestión de la llamada “homosexualidad”, ha sido ignorada olímpicamente. Supongo, pero no es más que una suposición, que no se ha querido ligar “la desgracia” de la discapacidad, con el “vicio” de la homosexualidad. Pero, insisto, no me puedo pronunciar por desconocimiento”.
En el desarrollo sexual de las personas con discapacidad cobra mucha relevancia su entorno, en este sentido, Marta del Pino asegura: “Las vidas de las personas con discapacidad intelectual se desarrollan en entornos donde las principales interrelaciones son con la familia y profesionales. Por ello, el abordaje del tema de la afectividad y sexualidad de las personas con discapacidad intelectual resulta un tanto delicado.” Asimismo, incide en las pautas para normalizar la afectividad en estas personas aconsejando a sus familias y a los profesionales: “En una sociedad donde el sexo está omnipresente a nuestro alrededor, es un error ignorar y creer que las personas con discapacidad intelectual no tienen esas necesidades o no son como los demás en este aspecto; por lo que tenemos que considerar la sexualidad como un elemento más dentro de nuestra atención a estas personas, e imprescindible para poder trabajar con los principios básicos de esta atención: integración y normalización.”
LA SITUACIÓN DE CHICAS LESBIANAS CON DISCAPACIDAD
En referencia a este tema, Beatriz Gimeno declara: “ Ser una lesbiana funcionalmente diversa me ha dado casi todo lo que soy, una vida intensa y muy distinta a las vidas normales, abierta a unas posibilidades que poca gente tiene, con experiencias enormemente enriquecedoras. Creo que, en determinadas condiciones, no hay nada mejor que poder ver el mundo desde donde muy poca gente puede verlo: desde los márgenes. No estoy siendo voluntarista y he dicho “en determinadas condiciones” pero lo cierto es que siento que donde yo estoy poca gente ha estado, la vista que yo tengo no la tiene todo el mundo, y creo que eso ha hecho mi vida mejor. Me gusta mi vida y mi cuerpo, que es fuente de satisfacción, de amor y de placer.” Asimismo, con respecto a la invisibilidad del colectivo lésbico con discapacidad, Gimeno puntualiza: Siempre estamos hablando de invisibilidad, pero pocas veces hablamos que no hay mayor invisibilidad que ser invisible para los demás en cuanto a la posibilidad de suscitar deseo.
Cristina Santacruz es el testimonio más reseñable de la situación de las lesbianas con discapacidad, Cristina asegura que nadie nos informa de los cambios que se van produciendo en nuestro cuerpo y de repente nos dicen “Tu no puedes salir con chicos porque te quedas embarazada” “Mejor te quedas con nosotros en casa que somos los que más te queremos”. A partir de ahí ya sabemos lo que es la sexualidad, la sexualidad es igual a embarazo.
Asimismo, Santacruz puntualiza: “Tanto miedo a nuestro alrededor, tanto decirnos que nosotras no podemos hacer lo que hacen las demás mujeres de nuestra edad, porque tenemos un certificado de minusvalía, nos hace sentir como bichos raros. Las pocas veces que estamos a solas con un chico y que surge afecto entre nosotros se nos enciende al momento la luz del embarazo.”
Finalmente, para expresar como es vista por la sociedad, Santacruz declara: “Hay mujeres de muchos tipos altas, bajas, guapas, feas, responsables, irresponsable, pero las mujeres con discapacidad somos todas iguales, vamos, que no somos mujeres somos discapacitadas.”
EL SEXO DE LOS ÁNGELES
El sexo de los ángeles es un documental dirigido por Jesús González y Frank Toro. Está dividido en diez secciones o capítulos, en el que a través de siete testimonios explican en primera personas sus experiencias como personas homosexuales con discapacidad, o bien, exponen sus opiniones como representantes de importantes instituciones.
Los personajes de este documental están atrapados en un laberinto de barreras físicas y mentales, son ignorados socialmente, y tratan de superar cualquiera de los retos que plantea la vida cotidiana que resulta mucho más difícil desde una silla de ruedas, desde el silencio de la sordera o desde cualquier otra dificultad física. Considerados durante mucho tiempo seres asexuados, la aceptación y desarrollo de la sexualidad, en especial de la homosexualidad, resulta mucho más compleja para las personas con discapacidades.
GARVA, D., "Discapacidad y homosexualidad: ¿Doble discriminación?" en revista Moxow, nº 28, diciembre, 2009, p. 24. Disponible:http://flipflashpages.uniflip.com/2/4985/44912/pub/
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