No debe existir ningún caso de peregrinaje, sea de intención religiosa o turístico-cultural, que contribuya tanto a anular al país receptor como la celebración xacobea. No tenemos duda, de que, con otra orientación en el poder político gobernante, sería una oportunidad especial para proyectar cara a nosotros mismos y a los de fuera una realidad histórica, patrimonial, cultural y socio-política adrede escondida. Pero la oportunidad profiláctica se convierte en narcótico, hipnotización y anulación de nuestro colectivo, Galiza. Una palada más, y no menor, que el enterrador oficial echa en la cueva profunda de nuestra desmemoria y de nuestra negación histórica.
Cuando dentro, en Galiza, la aportación de la Xunta, de la iglesia católica y de todas las instituciones es tan entusiasta para avaporarnos, no cabe esperar fuera, donde originariamente se gestó el proceso anulador, mas que colaboración natural.
El sábado, dia 2 de enero de este año 2010, TVE emitió en Informe Semanal un programa dedicado al Pórtico de la Gloria del Xacobeo. No pronunciaron ni una sola vez la palabra “Galiza” o “gallego”. Podría darse la impresión de que se trataba de un fenomeno y de una original realidad artística extra-terrestres. Fueron aludidos los nombres propios de Mateo y Fernando II, director artístico del Pórtico de la Gloria y monarca impulsor, respectivamente, pero sin gentilicio alguno. Sin embargo, para colmo, este rey, gallego por lengua, consciente de la identidad de su reino de Galiza, vinculado a su nobleza laica y eclesiástica y por ella educado, enterrado en la Catedral de Santiago por voluntad explícita, fué designado como rey de León, exclusivamente. Los entrevistados, deán archivero de la Catedral, miembros del equipo de rehabilitación- italianos y españoles-, experto en arte románica, no hicieron la mas mínima alusión al contexto histórico y social, a la realidad política del Reino de Galiza de entonces, donde se gestó y construyó el pórtico romanico mas esplendoroso de Europa, obra de galegos.
El sábado, dia 2 de enero de este año 2010, TVE emitió en Informe Semanal un programa dedicado al Pórtico de la Gloria del Xacobeo. No pronunciaron ni una sola vez la palabra “Galiza” o “gallego”. Podría darse la impresión de que se trataba de un fenomeno y de una original realidad artística extra-terrestres. Fueron aludidos los nombres propios de Mateo y Fernando II, director artístico del Pórtico de la Gloria y monarca impulsor, respectivamente, pero sin gentilicio alguno. Sin embargo, para colmo, este rey, gallego por lengua, consciente de la identidad de su reino de Galiza, vinculado a su nobleza laica y eclesiástica y por ella educado, enterrado en la Catedral de Santiago por voluntad explícita, fué designado como rey de León, exclusivamente. Los entrevistados, deán archivero de la Catedral, miembros del equipo de rehabilitación- italianos y españoles-, experto en arte románica, no hicieron la mas mínima alusión al contexto histórico y social, a la realidad política del Reino de Galiza de entonces, donde se gestó y construyó el pórtico romanico mas esplendoroso de Europa, obra de galegos.
El responsable de la política cultural de la Xunta, el Conselleiro Roberto Varela, delante de la imponente fachada do Obradoiro, incluso bautizado en lengua galega en el siglo XVIII-, nos tranquilizó con la buena noticia de que los peregrinos tendrian asegurado un espacio donde dejar las mochilas para no entrar en el recinto catedralicio con tanto bulto perturbador. Una vez mas las imágenes impresionaban por la grandiosidad y hermosura; así todo, el verbo acompañante era abstracto, retóricamente tecnicista, vulgarmente turístico y topicamente religioso. No habia ni carne ni materia, ni historia ni pueblo.
La verdad es que con estos sarilllos, es dificil que, por mucho que declaren patrimonio de la Humanidad algunas evidencias artísticas de nuestro país, la humanidad se entere de que Galiza existe. De esta manera, no se entera de que Santiago fue producto de una dinámica histórica específica, la de Galiza, no un apéndice mas de la españolidad, o una simple manifestación de europeismo cristiano, como ahora se pretende desde el Vaticano y de sus acolitos en la UE.
Créanme, sería impensable un programa televisivo sobre la Alhambra de Granada o La Mezquita de Córdoba sin aludir a Al-andulus, como lo sería sobre el románico catalán, sin enmarcarlo en su contexto histórico concreto nacional, el de Cataluña. Con nosotros no solo es posible, es lo natural. Naturalmente inexistentes, aunque la realidad empírica sea contundente. Esta realidad empírica contundente hay que explicarla, iluminarla, con el verbo consecuente, necesario, revelador. Justamente todo lo que esconden y que tanto nos cuesta destapar y sacar a la superficie?
Francisco Rodríguez http://www.gznacion.com/web/opinion_articulo.php?id_artic=1002 (traducido del galego por Mar Alonso)
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