viernes, 11 de junio de 2010

CARTA DE ALCALDES Y EDILES DE NaBai DE IRUÑERRIA

Con una rapidez e intensidad inusitadas hemos consumido ya tres cuartas partes del actual cuatrienio municipal. Aprovechando este tercer aniversario y a partir de nuestra experiencia en los ayuntamientos, alcaldes y cargos electos de NaBai en la Cuenca de Pamplona queremos hacer pública una breve reflexión común.

Cuando nuestra coalición, recién estrenada, asomó la nariz por los consistorios allá por junio de 2007, los pueblos más importantes de la Cuenca llevaban más de veinte años de monopolio municipal por parte de UPN y PSN. Las políticas desarrolladas durante ese período por ambos partidos seguían una lógica cada vez más similar y cada vez más de derecha, entre otras cosas debido a tendencias como: la reducción del espacio público por medio de la entrega a empresas privadas de muchos servicios importantes; el distanciamiento progresivo entre el ciudadano y el Ayuntamiento debido al acoso y ahogamiento de los colectivos sociales y a la restricción de la participación ciudadana; un urbanismo megalómano orientado a conseguir ingresos cortoplacistas, que beneficia sobremanera (porque las leyes forales lo permiten) a las empresas inmobiliarias; la eliminación progresiva de la promoción del euskera a instancias de un Gobierno de Navarra declaradamente contrario a la cultura vasca... Todo ello aderezado con algún caso de corrupción como el de Gallipienzo en Egüés. Todas estas líneas de actuación política responden a un marco global marcado por el neoliberalismo, el mismo que ha generado la crisis y el paro actuales, y ante el que muchos dirigentes municipales asisten impasibles sin asomo de crítica o línea alternativa de trabajo.

También nos ha sorprendido tristemente la devaluación del ayuntamiento como institución a la que estamos asistiendo en Navarra. Somos una de las autonomías del Estado en las que peor se financia a los municipios, en la Cuenca de Pamplona algunos entes locales tienen problemas muy serios para subsistir, y el Gobierno de Navarra no hace nada sino aumentar el problema. Observamos con sonrojo cómo alcaldes que reconocen esto en privado, callan sumisamente ante sus jefes de partido, renuncian a su papel de líderes institucionales y se convierten en meros gestores de una situación económica cada vez más lánguida y depauperada. Este centralismo foral soterrado quiere acabar con la autonomía municipal, tan arraigada en nuestra tierra, privarla de competencias y convertir los ayuntamientos en meros cauces para la ejecución de decisiones que se toman en Pamplona o Madrid. Las últimas medidas anticrisis son un botón de muestra.

La preocupante situación que generan estos hechos y otros muchos que por falta de espacio no citamos, ponen de relieve lo significativo que fue que NaBai empezara a asumir alcaldías o a entrar en gobiernos municipales de coalición. Un breve recorrido por nuestras actuaciones basta para constatar que en los ayuntamientos donde gobernamos, nuestros esfuerzos se han encaminado a invertir esa tendencia derechizante y se ha ido gestando un cambio político cuya magnitud empieza a aflorar, aunque aún no se perciba del todo, pero que en todo caso debe continuar para recuperar no sólo la política de izquierda en Navarra, sino también la democracia municipal en su sentido más amplio. Como UPN y PSN son muy conscientes de nuestro trabajo desde el principio de la legislatura (en algún ayuntamiento desde la misma noche electoral), comenzaron un acoso político contra NaBai que no ha reparado en medios. Como justificación de esa actitud han utilizado una argumentación que se resume en una idea: NaBai son los amigos de los amigos de los violentos. Con este pensamiento de pez, que evidencia el bajo nivel político de ambas formaciones, han pretendido distorsionar la auténtica realidad de NaBai; nos han llamado filoterroristas, nos han arrebatado la alcaldía de Barañáin (donde el poso dejado por nuestros compañeros es cada vez más valorado en comparación con la deriva de sus sucesores), incumplieron el pacto progresista en Burlada que apoyaba la mayoría de la ciudadanía y echaron a NaBai del equipo de gobierno (conservando, eso sí, la alcaldía alcanzada con nuestros votos), han convertido los txupinazos de nuestras fiestas en circos mediáticos (patético e hilarante Roberto Jiménez en el cohete de Atarrabia), en un vergonzoso todo vale contra NaBai. Frente a esa estrategia de provocación, NaBai ha sabido anteponer el trabajo municipal al conflicto, ha demostrado saber estar a la altura de las circunstancias, y ha hecho del servicio a la ciudadanía su principal activo.

La labor desarrollada por nuestros cargos electos y militantes de base en los ayuntamientos, horadando laboriosamente este territorio comanche para la izquierda en el que han convertido Navarra, pone de manifiesto que NaBai sigue siendo hoy más necesaria que nunca. Una NaBai con principios ideológicos firmes y claros, para poder seguir haciendo frente al stablishment foral y unir a todos los navarros y navarras hastiados de la decadencia política actual. Queremos seguir siendo una fuerza alternativa, de izquierda, defensora incansable de la no violencia, de todos los Derechos Humanos y también de todos los derechos civiles y políticos, y con la que la alterpolítica pueda hacerse real. Queremos cambiar contenidos y formas en lo económico, en lo social, en lo participativo, en lo institucional..., y devolver a los ayuntamientos la importancia que siempre han tenido en Navarra y que hoy día algunos quieren devaluar.

Alcalde de Zizur Mayor, alcalde de Atarrabia-Villava, alcalde de Berriozar, alcalde de Huarte, concejal de Barañáin y concejal de Burlada, respectivamente, por Pedro Huarte, Pello Gurbindo, Xabier Lasa, Javier Basterra, J. Ignacio López Zubicarai, José Manuel Urroz.

En Diario de Noticias

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