miércoles, 17 de marzo de 2010

QUINTETO PARA CUERDA Y PERCUSIÓN DE NaBai

¿Alguien en el seno de la coalición de partidos que configuran NaBai se ha preguntado, de verdad y con honestidad, qué siente el electorado que la respaldó ante la actual situación que padece NaBai? ¿Alguien, más allá de la retórica, el verbo fácil, la corrección política, la maldita corrección o la oportunidad del momento se ha esforzado en analizar qué pueden sentir esos 80.000 votos ante los últimos acontecimientos y declaraciones nabaizales? ¿Alguien puede hablar alto y claro, sin echar mano del manual político, para conectar con esos votantes que confiaron en un proyecto de cambio político en Navarra?

Creo que esto es necesario. Que este ejercicio de honestidad con la realidad hay que hacerlo. Por el bien de la coalición y porque la ciudadanía lo agradecerá. Porque sería una buena práctica democrática. Pero esto no se ha hecho. No me pregunten cómo se hace. A veces basta con ciertos detalles, individuales o grupales, para estar a la altura del sentido común. Esos que nos empoderan incluso ante la mayor adversidad. Servidor entiende que el momento requiere de afinados y sesudos órdagos políticos pero, ¿y la gente, dónde situamos a la gente que votó a NaBai, qué valor le otorgamos, cómo resuena en el seno de la coalición el sentir de los votantes, quién recoge esa irritante reverberación, ese desconcierto que emite cada vez que cualquier líder de la coalición abre la boca? Creo que en este momento alguien debería ponerse a trabajar en serio para tratar de no perder la conexión con la realidad. Pero sobre todo para no alejarse de la encomienda que los 80.000 votantes le otorgaron a NaBai.

Este ejercicio interno no está reñido con el análisis y abordaje de la situación actual. Y ello es de obligado cumplimiento para identificar los frenos y resistencias del proyecto.

Y es que en este momento no son pocos los frentes externos que afectan al ritmo, dinámica y estrategias de la coalición. A unos más que a otros, me refiero a los partidos que la integran. Y esto ocurre queriendo o sin querer ser receptivo o permeable a esos influjos. Están ahí, inevitables, porque se juega en el terreno político. Porque el momento actual produce tsunamis políticos cargados de movimientos estratégicos forzados por la coyuntura actual -especialmente la relacionada con el futuro y presente de la izquierda abertzale- o la cercanía de las próximas elecciones. Ante ello se activan posicionamientos partidistas que afectan al conjunto de la coalición. Se activan estrategias de dependencia y subordinación ante el ritmo de los acontecimientos, tanto de los previsibles como de los consolidados. En todo caso se trata de colocaciones y posicionamientos ante la realidad que olvidan, según mi parecer, el encargo inicial que la mayoría de los votantes le hiciera en su día a NaBai. Veamos algunos contextos externos influyentes que están presionando en la agenda oculta de la coalición.

La posible, y digo posible porque no hay datos oficiales, negociación actual -una vez más, encubierta- con ETA y las intermediaciones políticas que ha podido buscar el gobierno de Zapatero. La deseable, insisto, deseable legalización de una parte de la izquierda abertzale y su posible participación en las próximas elecciones. Ello conlleva una necesaria reubicación del soporte legal de la marca con la que ésta se presente. O se legaliza tal y como está, aspecto que debe, según el actual Gobierno español, contemplar la condena del terrorismo, o se busca aliados que se ofrezcan como paraguas políticos, o bien se reformatea en una nueva marca. Sea como sea, se pueda presentar o no esta parte de la izquierda abertzale, ello afectará a la coalición, no sólo en la representación política, sino en la misma estrategia de actuación e intervención. Por otro lado, según dijo Eguiguren, el presidente de los socialistas vascos en el diario El País, (14/03/2010) "la izquierda abertzale ha visto también la debilidad de ETA, la contundencia policial y la competencia política que les ha salido con Aralar". Con esta declaración, Eguiguren no está presentando a Aralar como recambio político a la izquierda abertzale, pero indirectamente lo está implicando en un proceso, subliminalmente lo está tensionando, lo está haciendo partícipe de una solución, lo está evidenciando como referencia estratégica en el proceso de distensión política de Euskalerria. En definitiva, lo está triangulando. Y eso es muy peligroso. Porque creo que no es difícil entrar al trapo de tamaña y loable empresa. Estas dinámicas están influyendo en la práctica más íntima de la coalición. Y también en la más visible. Por eso creo urgente afinar cinco cuerdas, cinco movimientos que le permitirán afrontar el próximo concierto electoral, si no con más éxito, sí con más claridad.

1.- Propósito común: los cuatro partidos no tienen en la actualidad un propósito común. Puede que lo asuman de manera teórica, pero es evidente y notorio que si hoy pusieran sobre la mesa sus prioridades ideológicas y políticas, se evidenciaría un notable distanciamiento. Es urgente articular ese propósito común incluso más allá del ansiado cambio político.

2.- Hay que coincidir en un conjunto de metas comunes. Los cuatro partidos deben definirlas, organizarlas, identificarlas, expresarlas y asumirlas de manera responsable. Y organizarlas en el tiempo político que nos toca vivir.

3.- Los cuatro partidos deben asumir unos roles, ser aceptados, respetados y gestionados en función de ese propósito y metas comunes. Ejercitar roles ajenos a los pactados o asumir otros no definidos o negociados genera serios conflictos de organización y de responsabilidad que impiden una buena gestión del proyecto político.

4.- Hay que definir un enfoque, una estrategia política, unos objetivos con los cuales todos se sientan solidariamente responsables. Es urgente que todos se impliquen en esa consecución y asuman su responsabilidad en la gestión y consecución de los mismos.

5.- Es imprescindible un enfoque estratégico y político interno marcado por la confianza y la colaboración mutua. Y ello más allá de la declaración de intenciones o la actuación políticamente correcta de cara a la galería.

No digo que ésta sea la receta ideal para ganar en competencias de organización, no digo tampoco que esto sea la panacea para ser la primera fuerza electoral. Porque no sólo depende de ello, pero sin estas claves, la confusión está servida. Y todos sabemos quién está al acecho de los desequilibrios políticos.

Paco Roda, en Diario de Noticias

No hay comentarios: