martes, 16 de marzo de 2010

LA OFERTA DE DULCA TIENE UN GRAN COSTO SOCIAL PARA LA PLANTILLA DE PASTAS GARRO

La empresa Ángel Garro, SL, la mayor pastelería industrial de Navarra, tiene los días contados. El concurso de acreedores en el que entramos hace casi tres años y las medidas anunciadas para su relanzamiento no han dado sus frutos y sólo la incorporación de un nuevo socio industrial puede permitir la continuidad de la actividad y, con ella, del empleo, en gran parte de mujeres de la zona.

Como ya han recogido los medios de comunicación, unos empresarios salmantinos del sector (los hermanos Serna de la firma Dulca) parecen dispuestos a apostar por ello con una reducción de personal entre la mano de obra indirecta. Después de meses de incertidumbre, es una buena noticia de la que toda la plantilla nos hemos felicitado.

Una vez salvados en las últimas fechas algunos problemas jurídicos, está pendiente de negociar con la parte social la transición de la vieja empresa a la que se vaya a crear. Ahora bien, al límite en los plazos procesales ante el Juzgado de lo Mercantil, hoy es el día en que no ha habido una auténtica negociación con la representación social sobre las condiciones laborales que nos van a regir a partir de ahora.

Lo que hasta ahora se nos ha trasladado es que la actual empresa, propiedad de la familia Garro, fundadora hace algo más de tres décadas, y Sodena (Gobierno de Navarra), propone que sea el Fogasa quien, en su día, se haga cargo de los más de tres meses de salario que se nos deben y de las indemnizaciones correspondientes por la extinción de los contratos (20 días por año con el tope de una anualidad). La nueva, por su parte, quiere partir de 0 y que se aplique el Convenio Provincial. Unos y otros nos dicen que, antes de formalizar la entrada, tiene que haber un acuerdo cerrado con la plantilla.

Estos planteamientos iniciales tienen un coste social evidente. Por un lado, de la plantilla fija muchas obreras (16) tenemos más de 30 años de antigüedad y otras 8 más de 18 años. Con los topes legales puros y duros, la indemnización que nos proponen a las más veteranas es de 12 días por año. No parece que sea justo. Por otro, remitirnos a que el pago quede en manos del Fogasa implica que, de asumirlo, se demorará unos cuantos meses. Es verdad que la entrada de Sodena en el capital y la gestión ha supuesto un cierto gran balón de oxígeno. No obstante, dicho lo anterior, creemos que en la recta final de la crisis deberían asumir unos últimos costes que la hicieran menos traumática.

La posición de quienes serían los nuevos dueños, por comprensible que a ellos les parezca, no podemos compartirla. Muchas tenemos la antigüedad máxima según convenio (10 trienios). Empezar de 0 significa una reducción salarial cercana al 25%. Teniendo en cuenta nuestra edad, cualquier indemnización que recibamos no cubrirá la merma en los casi 15 años que nos faltan por trabajar, si no son más si cambia la ley. Además, cuando nos contraten de nuevo podrán acceder también a sustanciosas ayudas en las cotizaciones a la Seguridad Social, ya que muchas somos mujeres mayores de 45 años, con el consiguiente ahorro para la nueva empresa. Pero es que cuando nos jubilemos nos encontraremos también con que nuestras pensiones sufrirán una reducción similar, ya que son los últimos 15 años los que, al menos hasta ahora, se tienen en cuenta para su cálculo.

Además hay otros asuntos importantes por concretar: los prejubilados y los contratos de relevo; las modalidades de contrato (que debería ser indefinido desde el primer momento); el sistema de concreción de los excedentes; la creación de una bolsa de empleo en la que tuvieran prioridad para ser llamados a trabajar quienes tengan que salir (algo que parece asumido por todas las partes); los derechos reconocidos en pactos de empresa (cirugía mayor ambulatoria, permisos...) y otros.

En resumidas cuentas, que un acuerdo social tiene que contemplar todos estos asuntos y de forma global. Es preocupante que después de las urgencias de la semana pasada, no hayamos recibido (13/03) una propuesta escrita de los planes detallados de los hermanos Serna y que se nos convoque para el lunes y el martes a sendas reuniones con los Serna y Sodena con la idea de que en ellas se alcance ese acuerdo. ¡Ojalá la negociación lo permita! A fin de cuentas, a todos nos interesa que la actividad industrial continúe pero también nos debería interesar que los derechos sociales de la plantilla se mantuvieran y no fueran cercenados. El precio de este proyecto no debe recaer sólo sobre las espaldas de la plantilla, que por cierto ya ha hecho muchos esfuerzos.

Conchi Sesma Litago, delegado por la Candidatura Independiente, en Diario de Noticias 15/3/2010


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