sábado, 14 de septiembre de 2013

TRADICIONES

Solemne acto académico de inicio de curso en la Universidad Pública de Navarra. Desfile de docentes y autoridades. Mucha pompa y mucho boato. Togas, mucetas y birretes. Profusión de colores. El marrón es para las ingenierías. El rojo, para Derecho y Policía Foral. El azul, para Ciencias y Policía Nacional. A juzgar por la naturalidad con la que se ha integrado la presencia de agentes de ambos cuerpos policiales en el acto de inauguración del curso académico, parecería que en la UPNA se ofrece un grado en Relaciones Policiales, y un posgrado en Administración de Porrazos y Dirección de Pelotas de Goma. En el salón de actos de El Sario, el catedrático de Álgebra Luis Miguel Ezquerro Marín imparte la lección inaugural bajo el título "Cómo encontrar una aguja en un pajar". Se antoja más fácil que encontrar un alumno, o una alumna, en el acto de comienzo de curso. Dos miembros del Consejo de Estudiantes interrumpen la ceremonia para denunciar que el alumnado no ha podido participar en ella. No se le ha permitido entrar. A no ser que tomemos por alumno al coronel jefe de la Comandancia de Navarra de la Guardia Civil, Juan Luis Pérez Martín -presente en la sala-, por aquello de que es miembro de un instituto armado. Al alumnado de verdad no solo se le niega el acceso al salón de actos, sino que ni siquiera se le permite concentrarse frente al edificio que lo alberga. Empujan fuera del recinto universitario a quienes quieren protestar contra los recortes. Una representación sindical consigue llegar frente a El Sario. Pero la Policía no permite que participen en la concentración más de 20 personas, en aplicación de la celebérrima y arbitraria norma según la cual 19 son compañía; y 20, multitud susceptible de ser dispersada. El número de policías presentes en el campus supera con mucho la veintena. Eso sí que debería ser ilegal. Rompe la tradición de no dejar acceder a la Policía a los campus universitarios, por ser espacios de saber y libertad. Una tradición bastante más molona que la de los gorros y las cintas de colores.

Juan Kruz Lakasta, en Diario de Noticias

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