El Ayuntamiento de Cáseda acordó el martes en un pleno extraordinario y por unanimidad reconocer públicamente la memoria de los casedanos José Oneca Benedit, Blas Dolorea Baztán, Gregorio Oroz Buey y Segundo Dolorea Martínez, fusilados en Aibar en 1936, y reivindicar al mismo tiempo su dignidad como personas. Los restos de estos republicanos fueron exhumados en Aibar en 2010 por miembros de la sociedad Aranzadi y próximamente serán entregados a sus familiares.
Del mismo modo, el Pleno acordó condenar la vulneración de los derechos humanos de la que fueron objeto, y reivindicar la Declaración Universal de Derechos Humanos como norma básica de convivencia, así como manifestar su solidaridad con los familiares , "que han vivido tantos años de dolor y sufrimiento en silencio". Finalmente, los asistentes acordaron agradecer su colaboración al Ayuntamiento de Aibar-Oibar y a todas aquellas personas que han colaborado en el esclarecimiento de los hechos y en la búsqueda de la verdad.
Hace aproximadamente un mes que la Sociedad de Ciencias Aranzadi emitió su informe de identificación de los restos de los cuatro fusilados casedanos, previo encargo del Ayuntamiento de Aibar-Oibar, localidad vecina donde se exhumaron hace dos años. El alcalde aibarés, Pedro Lanas, consideró oportuno que al ser vecinos de Cáseda, el informe fuera entregado en su ayuntamiento. En esa entrega, a la que acudieron el alcalde de Aibar y los concejales casedanos, se acordó convocar una sesión extraordinaria para suscribir redactar la declaración.
De los nueve corporativos de Cáseda, tres concejales de UPN, dos del PSN y dos de Izquierda de Cáseda/Kasedako Langileak (IC/KL) acudieron al pleno. Este comenzó con una intervención de la concejala de PSN Magdalena Alústiza, quien remarcó que la declaración debía realizarse sobre personas "asesinadas "y no "muertas" según rezaba en la convocatoria de la moción presentada al pleno por el alcalde, Jesús Esparza (UPN), y que él mismo leyó previamente.
Por su parte, el concejal Miguel Ángel Ayape, de IC/KL, aportó una larga argumentación por medio de varios escritos y poesías sobre estos asesinatos; recordó la declaración del Parlamento de Navarra de 2003, así como la historia personal de cada uno de los asesinados. Ante la falta de reconocimiento de los hechos acaecidos en el enunciado de la declaración propuesta por el alcalde, este grupo propuso al pleno una nueva declaración que fue la aprobada finalmente por unanimidad.
Con el informe se confirma lo que ya se sabía por testimonios orales: que los restos aparecidos en el paraje Fuente del Garrero son de los cuatro vecinos de Cáseda desaparecidos en septiembre de 1936.
Queda por concretar, a falta de que coincidan las agendas, la fecha en la que los miembros de la Sociedad Aranzadi entregarán los restos al Ayuntamiento de Aibar, y fijar, junto a los familiares, el lugar y tipo de reconocimiento que desean para los suyos que fueron sacados de Cáseda una noche y regresan casi 80 años después.
Marian Zozaya, en Diario de Noticias
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