NaBaI no va a desaparecer -tampoco en las próximas elecciones del 20-N- mientras los casi 50.000 votantes del pasado mayo o los más de 60.000 de las últimas generales de 2008 (y esperemos que vayan a más) sigan creyendo en el proyecto que ha representado y representa, dentro de la política navarra, desde hace 8 años. NaBai ha sido y es, sobre todo, un gran movimiento social y ciudadano más allá de la mera suma coyuntural de partidos y ciertos independientes.
El gran reto y el empeño que tenemos algunos/as es que se siga viendo -aunque pueda cambiar la sigla por imperativo legal- que merece la pena confiar en las ideas, las propuestas y el trabajo de las personas que lo han hecho posible hasta hoy, tanto en el Parlamento foral, en buen número de municipios y, desde luego, en Madrid; y que continúan más vigentes que nunca. Muchos son los adversarios e intereses en contra desde todos los lados, y también se han sufrido fuertes rasgones internos en los últimos tiempos, pero el proyecto ha resistido y encontrado su espacio propio, social y electoral gracias a la fuerza imparable de lo que defiende, se empeñe quien se empeñe en desacreditarlo o ignorarlo.
Y no es otra cosa que la lucha con convicción por otra forma de hacer política, por apostar con todas las consecuencias, desde el abertzalismo incluyente y el vasquismo, por solo Navarra y por la Navarra real y plural donde quepamos todos y todas, donde se reconozca y no se olvide nunca a todas las víctimas sin excepción de todas las violencias -las del 36 y las del terrorismo de ETA-, por huir de frentismos trasnochados y estériles, por buscar convivir y construir sociedad y país desde valores y principios transversales, progresistas y de izquierdas, por no querer vencer sino convencer. Por convivir y por respetar siempre las reglas democráticas.
No somos ni malos navarros ni menos vascos, pues hay muchos modos de ser navarro, vasco o español. Solo amamos apasionadamente esta Navarra de identidades varias donde nos gustaría que llegara un cambio profundo en lo político, social, económico y cultural, y que lo creemos no sólo posible sino urgente. Y más en esta época de crisis sintiendo con quienes peor lo están pasando.
Que quede claro que no nos hemos cerrado a nadie, y ojalá llegue ese día en que estemos más y más unidos quienes creemos que otra Navarra es posible. Pero si para algunos no es momento de condenar, ni menos de pedir perdón y empezar la ansiada reconciliación, para muchos de nosotros tampoco es momento de uniones en falso si no se acuerdan unos mínimos, las líneas rojas infranqueables, entre las que sobresale el respeto escrupuloso de todos los Derechos Humanos y la concepción de Navarra como sujeto.
Es la hora de ir sumando extendiendo-zabaltzen estas ideas a cuanta más gente mejor, y para todo ello hace falta, ahora en Madrid, dar continuidad a la voz estable de quien ha representado de verdad no a la Navarra de NaBai, sino a la Navarra de todos y todas sin exclusiones, ésa que soñamos muchos navarros y navarras y por la que vamos a volver a votar con ilusión en noviembre. ¡NaBai, hoy más que nunca!
Mikel Aramburu Zudaire, miembro de NaBai-Zabaltzen
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