Dentro de unas horas, con nocturnidad, premeditación y alevosía, la Unión Europea va a perpetrar un crimen indecente contra un país que hasta hace poco era soberano.
En unas horas, se producirá la desaparición del estado griego. Esta noche se examinarán las condiciones del “rescate” que supondrá la absoluta pérdida de soberanía del pueblo de ese país sobre su destino.
No hace aún ni 48 horas que, una de esas maravillosas organizaciones que escapan a todo control, las llamadas agencias de riesgo, ha asestado la puntilla definitiva al estado heleno, al calificar su deuda por debajo de países como Zambia.
Los mercados de nuevo pueden saltar impunemente por encima de las voluntades populares y destrozar sin más toda la economía de un país, al que ellos mismos han llevado a la ruina, con sus operaciones mafiosas.
Fueron los bancos de EE.UU, sobre todo, los que ayudaron a eludir a Grecia, con datos falseados, el cumplimiento del déficit publico. Ahora son los ciudadanos quienes pagarán las consecuencias.
Presurosos, sus socios de la UE, encabezados por esa especie teutona de codillo con patas, ha decidido evitar la bancarrota de Grecia pero, eso sí, a un precio tan terrible que va a costar mucho a los ciudadanos de ese país olvidarlo.
Grecia va a quedar, en lo que se refiere a la capitalización del estado, reducida a la mínima expresión, porque se van a vender la mayor parte de las empresas públicas, a precios de saldo y con la máxima celeridad para que los buitres compradores se puedan hacer con ellas lo antes posible. Es una de las exigencias.
Ciertamente muchas de ellas son empresas rentables, con lo que es el estado griego dejará de ingresar en sus arcas los beneficios que generan estas sociedades.
Además, Grecia, ha tenido que renunciar al derecho de inmunidad, por lo que los acreedores pueden expropiar sus activos.
También los salarios y las pensiones en el sector público serán congeladas durante tres años, se subirán los impuestos del alcohol y de los combustibles y también el IVA. Habrá despidos en muchas empresas.
Y todo ello con un gobierno socialista en la poltrona de Atenas.
noeraaixo
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