Las tres partes mencionadas se necesitan para justificar sus políticas, y a las tres les sobra Nafarroa Bai, la fuerza que puede articular con otros sectores progresistas un cambio pluralista, que dispone de las mejores expectativas según lo acreditan todas las encuestas, pero que presenta incertidumbres sobre su presentación en 2011. Para una reedición del espíritu que entusiasmó en 2007, NaBai deberá despejar alguna amenaza y superar alguna asignatura pendiente.
El pasado 20 de junio EA escenificó un acuerdo de acumulación de fuerzas de carácter frentista con la Izquierda Abertzale (IA) ilegalizada. Un acuerdo nacional entre un socio de NaBai (EA) con aquéllos que han combatido a NaBai desde el mismo momento en que nació. Un acuerdo que inevitablemente tendrá consecuencias en Navarra, y que, en versión de EA, precisa aplicarse aquí con ritmos distintos porque habría que compatibilizarlo con la apuesta de EA por NaBai, y porque la Asamblea navarra de dicho partido se opone a pactar y a unirse electoralmente con aquéllos que ha tenido siempre enfrente.
Por otra parte EA Nafarroa ha suscrito un acuerdo con Aralar que se ofrece como base de la NaBai de 2011, acuerdo que ha sido rechazado por PNV y Batzarre y que excluye a los independientes. "Es un acuerdo legítimo, pero no tiene mucho que ver con el espíritu que animó los acuerdos de 2007", en expresión de J.L. Mendoza.
Cabe reconocer a ambos partidos que pretendieran tranquilizar al electorado acelerando el acuerdo. Cabe reconocer a Aralar el esfuerzo de presentar tres documentos que recogían gran parte de la NaBai de 2007 en sus apartados político-programáticos, no así en lo referente a lo organizativo. Pero pretender a día de hoy que el acuerdo Aralar-EA sea el marco de referencia para la NaBai 2011 más parece una entelequia voluntarista que una opción real. Entre otros motivos, porque el pacto EA-Batasuna del 20-J convierte en papel mojado el acuerdo Aralar-EA, a no ser que se quiera utilizar éste como síntesis de ambos pactos para Navarra con un gran acuerdo Batasuna-Aralar-EA. En cualquiera de los dos escenarios se acaba con el proyecto fundacional de NaBai, y se deja a Aralar a los pies de los caballos.
¿O es que hay algún iluso que cree que la IA ilegalizada va a aceptar que quede sin aplicarse en Navarra el Acuerdo nacional con EA, o que Batasuna va a avenirse al marco que ofrece Aralar? Por de pronto, a las 24 horas de firmarse el Pacto, y en respuesta a los plazos que pide EA, la propia IA aclaraba que "Navarra no iba a ser furgón de cola (en la aplicación del acuerdo con EA), sino locomotora". Ya se ha visto que la mentada locomotora combina el palo y la zanahoria; por un lado hostiga a Aralar o a los concejales nabaizales de Olazti, por otro apuesta por la aplicación en Navarra del frente firmado con EA, incluyendo a Aralar y disolviendo NaBai. ¿Es o no una amenaza para NaBai?
Se impulsa un proceso que liquida el carácter pluralista y de "cauce central" de la política navarra implícito en el ADN de NaBai. Un proceso que situaría al nacionalismo y a la izquierda vasquista en el lugar que desean los dirigentes del actual Régimen sectario de UPN-PSOE. Un viaje de vuelta a las tinieblas a evitar, que decenas de miles de votantes nabaizales no perdonarían. En NaBai -como no puede ser de otra forma- se reconoce el derecho y la legitimidad del intento de reconstrucción de la IA ilegalizada. Pero deben hacer solos su camino, y ojalá puedan estar presentes en las próximas elecciones.
En el juego descrito subyace una cuestión de calado y ante la que cada partido debería pronunciarse: ¿Es Nafarroa Bai una apuesta estratégica, o se trata de una unión táctica cuya virtualidad queda a rebufo de otras apuestas? La IA ilegalizada ya nos ha aclarado que su "apuesta estratégica" es la de un "frente soberanista" al que le sobra y le molesta NaBai; y esa definición "estratégica" supone una ventaja a la hora de discutir o debatir con partidos que ven a NaBai como unión táctica. Sin embargo, creo sinceramente que la mayoría de los y las nabaizales, entre los que incluyo a independientes y afiliados a los partidos, consideramos a Nafarroa Bai como una apuesta estratégica, como la mejor herramienta política que ha tenido el nacionalismo y la izquierda vasquista en su historia. ¿Están dispuestos los aparatos de los mismos partidos a refrendar a NaBai como apuesta estratégica y de futuro; a no utilizar a NaBai para otros intereses?
Por otra parte, en las últimas semanas hemos conocido que los nabaizales independientes se están organizando para abrir cauces de participación en NaBai ¿No sería más inteligente y coherente con lo que se ha comunicado tantas veces a los electores, que Nafarroa Bai integre a los independientes en sus órganos de decisión como grupo organizado con sus propios representantes? Por otra parte, estos nabaizales independientes y nabaizales afiliados están proponiendo la celebración de una Asamblea General para después del verano. ¿No son acaso los nabaigunes y los espacios transversales entre independientes y afiliados de todos los partidos nabaizales, los mejores escenarios para desarrollar la pluralidad interna, y asentar una cultura política propia de Nafarroa Bai?
El cauce abierto a la participación de independientes, y el desarrollo de los nabaigunes donde nos mezclamos y debatimos todos los nabaizales de todas las culturas políticas -independientes o afiliados, sin distinción- son dos asignaturas pendientes de Nafarroa Bai, cuya superación, casi con toda probabilidad, se está encauzando por la propia actividad vigorosa de su gente. Se hace realidad de manera espontánea la nueva forma de hacer política con la que nos presentamos en 2007. Pero no hay duda de que ayudaría mucho que algunos partidos no pusieran trabas, y con generosidad, tuvieran altura de miras, y, a la postre, inteligencia política.
Si tenemos claro cuál es nuestro espacio político, y cuál no es, y tomamos NaBai como apuesta estratégica de futuro, podremos resolver la amenaza descrita y superar estas asignaturas pendientes como auténticas oportunidades. No podemos esperar mucho más; los que aspiran a nuestra desaparición no descansan y la paciencia de nuestros electores no es eterna.
Joxe Mari Aierdi, nabaizale y alcalde de Lekunberri
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