Los tambores del adelanto electoral vuelven a resonar en la política vasca.
Cuando comenzaba a cundir la idea de que el lehendakari López podría agotar la
legislatura para rentabilizar su oposición a los recortes de Rajoy, la decisión
del Tribunal Constitucional de obligar a la CAV a aplicar cautelarmente el
copago farmacéutico, así como el recorte de la paga extra navideña de los
funcionarios tramitado como ley básica de obligado cumplimiento en todo el
Estado, han puesto contra las cuerdas al Gobierno del PSE. Todo un contratiempo
para los socialistas, abocados a diseñar unos presupuestos muy restrictivos que
podrían arrojar por la borda el mensaje social en el que se han volcado en las
últimas semanas. Después de que Lakua haya ralentizado la elaboración de sus
cuentas, buena parte de la oposición ha entendido que no las presentará, y que
se decantará por adelantar los comicios. Y baraja una fecha concreta: el 25 de
octubre.
El día de la aprobación del Estatuto de Gernika fue convertido en festivo por
el Gobierno de López, por lo que celebrar los comicios en una jornada tan
simbólica, impulsada por el propio socialista, podría ser
del agrado del lehendakari. Que este año caiga en jueves y no en domingo -fecha
habitual para los comicios- no supondría ningún contratiempo. Pasqual Maragall
ya abogó en 2006 por celebrar las elecciones catalanas un miércoles 1 de
noviembre.
Según la Ley de Gobierno, Lakua debería publicar su anuncio en el Boletín
Oficial del País Vasco 54 días antes
de la fecha prevista para la celebración de las elecciones. Así, y siempre y
cuando se decantara por el 25 de octubre, debería anunciarlo como muy tarde el
31 de agosto, para que fuera recogido en el boletín al día siguiente -el 1 de
septiembre-. Esas fechas coinciden con la celebración del primer Consejo de
Gobierno tras el verano, donde López podría comunicar su intención de adelantar
los comicios.
En concreto, en los círculos parlamentarios se da por sentado que el
lehendakari, además de celebrar ese Consejo ordinario del día 28 de agosto,
convocará otro extraordinario una semana antes para conocer los datos económicos
consolidados hasta el mes de julio, es decir, las cifras sobre
la recaudación con los números correspondientes a las declaraciones de la renta
de los vascos. El PSE tendría que elaborar los presupuestos basándose en esa
información, que previsiblemente será negativa y podría conducir a López a
convocar un adelanto una semana después y en el marco del Consejo ordinario del
día 28. Según las fuentes consultadas por este diario, la oposición tampoco
descarta que la fecha elegida sea el 21 de octubre.
todos preparados Una eventual decisión
en ese sentido no tomaría por sorpresa a los partidos de la oposición. Todos han
presentado ya a sus candidatos a lehendakari y algunos, como el PNV, han
ultimado todos los aspectos referidos a la campaña. Desde Sabin Etxea admiten
haber pisado el acelerador en las últimas semanas ante la posibilidad de que
López convoque las elecciones para el 25 de octubre. "Hemos sacado las fotos de
la campaña, hemos preparado los diseños de la cartelería, y el día 20 de julio
cerramos prácticamente el programa", detallan.
Los partidos comenzaron a considerar seriamente la posibilidad del adelanto
cuando el PP rompió su alianza con el PSE. Las formaciones exigieron al
socialista que convocara elecciones anticipadas para poner fin a su situación de
flagrante minoría, y se prepararon para tal escenario, que se tornaba cada vez
más cercano. De hecho, después de que el Parlamento bloqueara su Ley de
Juventud, y después de que desfigurara el proyecto sobre las cajas vascas, el
lehendakari se enfrentaba a la posibilidad real de que sus propuestas fueran
vetadas sistemáticamente por la oposición, lo que no haría sino ahondar en su
desgaste. Ante esa disyuntiva, parecía más que probable que el PSE se decantara
por interrumpir su agonía y por convocar un adelanto. Los datos sobre el paro y
los elevados niveles de deuda de la CAV no hicieron sino abonar esa tesis.
En ese contexto, todos los partidos, incluido el socialista, activaron su
maquinaria electoral. Muchos reservaron vallas para octubre y noviembre, e
incrementaron sus apariciones públicas, mientras el Boletín Oficial del País
Vasco publicaba el concurso para la confección de las papeletas y los sobres
electorales. Cuando todo parecía decidido, la política de recortes del Gobierno
de Rajoy ofreció una inesperada munición al socialismo.
Con unos tijeretazos que hacían palidecer a los ajustes de Zapatero
o del propio PSE, Lakua se aferró a su discurso social y se presentó como el
reducto contra las políticas antisociales. Apostó por no aplicar las medidas de
Madrid en la CAV, y defendió la necesidad de recurrir los recortes del PP.
Cuando anunció que no renunciaría a aprobar unos presupuestos para 2013 y que
buscaría apoyos a tal efecto, comenzó a cobrar fuerza la posibilidad de que se
mantuviera al frente del Gobierno para capitalizar el rechazo a las medidas de
Rajoy. Cuanto más tiempo permaneciera en Ajuria Enea, mayor sería su margen para
movilizar a su electorado.
El escenario comenzó a complicarse después de que el Constitucional admitiera
el recurso de Madrid contra el decreto de Lakua, que buscaba desactivar el
copago. López admitió, además, que quizás se vería obligado a aplicar el recorte
a la paga de los funcionarios.
Noticias de Gipuzkoa
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