El sonido dulce y
melodioso del txistu se escucha en Tafalla desde hace más de 500 años. Así, cabe
destacar que este instrumento es el más antiguo de la localidad. La larga
tradición del txistu en el municipio es uno de los motivos que han llevado a
Ramón Esquíroz a decorar el cohete anunciador de las fiestas dedicándolo al
grupo de txistularis.
Las primeras
referencias escritas el uso de este instrumento en Tafalla datan del año 1507,
cuando se hace mención, según consta en los archivos municipales, a un tal
Pedro El Tamboril, quien fue contratado por el consistorio para animar con su música
los festejos en honor a San Sebastián. Según el historiador José ª Esparza, en
el libro de cuentas del municipio ya consta que en las fiestas de 1530 se pagó
“a un tamboril y tabalero por tañer en
las procesiones de Nuestra Señora y San Sebastián”. El 19 de enero de 1574
ya se recogen datos más precisos y se menciona a Pedro de Beruete Tamboril de
Pueyo, que fue contratado “para legrar la
víspera de San Sebastián”.
También en 1576, se
contrató a otro amborilero, Juan de Lumbier. El 17 de enero de 1586 también se
deja constancia de que “el día de San Antón
se da una colación y se hace el pregón de la feria y de los festejos de San
Sebastián, animados con tamborines, atabales y trompetas” contratando para
la ocasión a Juan de Urrías y a Carlos Huarte, lo que demuestra que estos
músicos, que generalmente acompañaban a bailadores y dantzaris, eran vecinos de
diferentes localidades de la comarca y que utilizaban para la animación festiva
instrumentos propios del lugar, y resulta también curiosa la denominación
antigua de txuntxuneros para referirse a quienes desde el siglo XX se conocen
ya como txistularis, aunque en algunos lugares también se les ha conocido como tamborinos.
Así, en el siglo XIX el txistu vive momentos de auge impulsado por la
Asociación Euskara y por la Sociedad Vascongada de Amigos del País y sus
melodías se convierten en las más animadas de las fiestas.
En la primera
fotografía de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Tafalla en su estreno en
1919, las figuras y los portadores posan en la plaza de toros acompañados de un
grupo de txistularis, aunque años más tarde han sido los gaiteros. A raíz de la
Guerra Civil, el uso del txistu llegó a estar perseguido y castigado, hasta que
en 1953 un grupo de jóvenes tafalleses,
entre los que estaban José Luis Olcoz, Félix Goldaracena, Javier Vides, Gabriel
Guirguet, Juan Carlos Lorente, Francisco Iradier o Luís Abínzano, se
propusieron recuperarlo y llegaron a formar el grupo Alaitasuna. En una crónica
del 5 de mayo de 1953 se felicitaban al decir que “hay que celebrar la conquista de Tafalla por nuestros típicos bailes,
de nuestros propios instrumentos de música vasca. En Tafalla hay una buena
banda que alegra las calles y los jóvenes están aprendiendo con gusto a bailar
las purrusaldas, el fandango vasco, el arin-arin o la jota, en una zona en la que
casi se había olvidado”. En los años sesenta la música del txistu continúa en auge gracias a precursores y entusiastas de este
instrumento como Koldo Cereceda y Andoni
Cortijo, que es el más veterano de cuantos componen el grupo en la actualidad.
A mediados de esa década también se creó en Tafalla el grupo Chiquilandia, por iniciativa
de los entonces sacerdotes Javier Murillo y Pedro Mª Flamarique. Alrededor de este grupo juvenil e infantil surgieron diferentes grupos musicales de dantzaris y joteros y unos de esos grupos fue la academia de txistularis que durante varios años dirigió Fernando Asa.
En las fiestas de
1970, un 16 de agosto se celebró en Tafalla el primer Gran Alarde de Txistularis que contó con la participación de más
de un centenar de instrumentistas
pertenecientes a la Asociación de Txistularis del País Vasco. Desde entonces, este concierto permanece fijo en el programa oficial de las fiestas y este año se convocará en su 43ª edición. En los 80 surgió el grupo de
txistularis Ezkanda, con la utilización de
txistus, txirulas, silbotes, tamboriles
y atabales y con sus melodías eran quienes
acompañaban a los dantzaris en los desfiles en los que precedían a la
Corporación en sus traslados hasta la iglesia de Santa María. En el año 2000, por iniciativa, entre otros, de Koldo Cereceda, se formó la asociación Mugarik Gabe Txuntxuneroak-Txistularis Sin Fronteras con la pretensión de animar
con los txistus los pueblos en fiestas
de Euskal Herria. Desde sus inicios
mantienen la cita de acudir a Tafalla
en el domingo de las ferias de
febrero. En estos momentos el grupo
de txistularis está integrado por
cerca de una treintena de instrumentistas. Al igual que hace 505 años, los txistularis volverán a
amenizar con sus melodías los momentos más importantes de las jornadas festivas
de Tafalla.
Carmelo Armendáriz, en Diario de Noticias
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