martes, 14 de agosto de 2012

CINCO SIGLOS DE TXISTU EN TAFALLA


El sonido dulce y melodioso del txistu se escucha en Tafalla desde hace más de 500 años. Así, cabe destacar que este instrumento es el más antiguo de la localidad. La larga tradición del txistu en el municipio es uno de los motivos que han llevado a Ramón Esquíroz a decorar el cohete anunciador de las fiestas dedicándolo al grupo de txistularis.
Las primeras referencias escritas el uso de este instrumento en Tafalla datan del año 1507, cuando se hace mención, según consta en los archivos municipales, a un tal Pedro El Tamboril, quien fue contratado por el consistorio para animar con su música los festejos en honor a San Sebastián. Según el historiador José ª Esparza, en el libro de cuentas del municipio ya consta que en las fiestas de 1530 se pagó “a un tamboril y tabalero por tañer en las procesiones de Nuestra Señora y San Sebastián”. El 19 de enero de 1574 ya se recogen datos más precisos y se menciona a Pedro de Beruete Tamboril de Pueyo, que fue contratado “para legrar la víspera de San Sebastián”.
También en 1576, se contrató a otro amborilero, Juan de Lumbier. El 17 de enero de 1586 también se deja constancia de que “el día de San Antón se da una colación y se hace el pregón de la feria y de los festejos de San Sebastián, animados con tamborines, atabales y trompetas” contratando para la ocasión a Juan de Urrías y a Carlos Huarte, lo que demuestra que estos músicos, que generalmente acompañaban a bailadores y dantzaris, eran vecinos de diferentes localidades de la comarca y que utilizaban para la animación festiva instrumentos propios del lugar, y resulta también curiosa la denominación antigua de txuntxuneros para referirse a quienes desde el siglo XX se conocen ya como txistularis, aunque en algunos lugares también se les ha conocido como tamborinos. Así, en el siglo XIX el txistu vive momentos de auge impulsado por la Asociación Euskara y por la Sociedad Vascongada de Amigos del País y sus melodías se convierten en las más animadas de las fiestas.
En la primera fotografía de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Tafalla en su estreno en 1919, las figuras y los portadores posan en la plaza de toros acompañados de un grupo de txistularis, aunque años más tarde han sido los gaiteros. A raíz de la Guerra Civil, el uso del txistu llegó a estar perseguido y castigado, hasta que en 1953 un grupo  de jóvenes tafalleses, entre los que estaban José Luis Olcoz, Félix Goldaracena, Javier Vides, Gabriel Guirguet, Juan Carlos Lorente, Francisco Iradier o Luís Abínzano, se propusieron recuperarlo y llegaron a formar el grupo Alaitasuna. En una crónica del 5 de mayo de 1953 se felicitaban al decir que “hay que celebrar la conquista de Tafalla por nuestros típicos bailes, de nuestros propios instrumentos de música vasca. En Tafalla hay una buena banda que alegra las calles y los jóvenes están aprendiendo con gusto a bailar las purrusaldas, el fandango vasco, el arin-arin o la jota, en una zona en la que casi se había olvidado”. En los años sesenta la música del txistu continúa en auge gracias a precursores y entusiastas de este instrumento como Koldo Cereceda y Andoni Cortijo, que es el más veterano de cuantos componen el grupo en la actualidad. A mediados de esa década también se creó en Tafalla el grupo Chiquilandia, por iniciativa de los entonces sacerdotes Javier Murillo y Pedro Mª Flamarique. Alrededor de este grupo juvenil e infantil surgieron diferentes grupos musicales de dantzaris y joteros y unos de esos grupos fue la academia de txistularis que durante varios años dirigió Fernando Asa.
En las fiestas de 1970, un 16 de agosto se celebró en Tafalla el primer Gran Alarde de Txistularis que contó con la participación de más de un centenar de instrumentistas pertenecientes a la Asociación de Txistularis del País Vasco. Desde entonces, este concierto permanece fijo en el programa oficial de las fiestas y este año se convocará en su 43ª edición. En los 80 surgió el grupo de txistularis Ezkanda, con la utilización de txistus, txirulas, silbotes, tamboriles y atabales y con sus melodías eran quienes acompañaban a los dantzaris en los desfiles en los que precedían a la Corporación en sus traslados hasta la iglesia de Santa María. En el año 2000, por iniciativa, entre otros, de Koldo Cereceda, se formó la asociación Mugarik Gabe Txuntxuneroak-Txistularis Sin Fronteras con la pretensión de animar con los txistus los pueblos en fiestas de Euskal Herria. Desde sus inicios mantienen la cita de acudir a Tafalla en el domingo de las ferias de febrero. En estos momentos el grupo de txistularis está integrado por cerca de una treintena de instrumentistas. Al igual que hace 505 años, los txistularis volverán a amenizar con sus melodías los momentos más importantes de las jornadas festivas de Tafalla.

Carmelo Armendáriz, en Diario de Noticias

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