Han regresado de Guatemala hace poco tras vivir una experiencia muy especial. Seis jóvenes navarras han pasado un mes colaborando como voluntarias con la ONGD ONAY en proyectos médicos y educativos y conviviendo con familias de la zona. Unas vacaciones solidarias y una oportunidad para conocer de primera mano el latido de otra cultura. "Es una experiencia superbonita", afirma Isabel Ayechu Díaz, de 21 años y que en septiembre empezará 4º de Medicina en la Universidad de Navarra. "La gente es muy abierta, te acoge de forma increíble y, aunque sea un tópico decirlo, es una pasada lo que aprendes de ellos y lo que disfrutas", añade esta joven, inmersa ahora en las fiestas de su pueblo, Carcastillo, al igual que su compañera de viaje Garazi Igal Garrido, que ha cursado 1º de Magisterio Infantil en la UPNA.
Los mismos estudios que ha realizado Aislinn García Doherti, mientras que Idoia Sánchez Martínez, Cristina Arrizabalga Arriazu y Joana de Miguel Landiríbar estudian Medicina en la UN. Todas ellas, además, han estado viviendo con familias beneficiarias de varios proyectos apoyados por ONAY en el departamentos de Quetzaltenango, desarrollados allí por la ONG local FUNDAP. En concreto, las estudiantes de Medicina colaboraron en proyectos de salud a través de clínicas médicas y educación en salud. Isabel Ayechu explica, por ejemplo, cómo participaron en una iniciativa denominada "Voluntarias en salud". "Ibamos por las aldeas para formar a mujeres en primeros auxilios, sobre malaria, sida, etc.", cuenta. "Cuando terminan se les daba un diploma y ellas, que estaban muy interesadas, se ocupan luego de transmitir lo aprendido a sus vecinos". Por su parte, las estudiantes de Magisterio Infantil apoyaron un proyecto de calidad educativa que se desarrolla en más de 150 escuelas. Aislinn García, de 18 años y vecina de Cirauqui, cuenta que por las mañanas daban clase en Primaria y por las tardes ayudaron en formación de maestras. "Me ha encantado y ya estoy deseando repetir", asegura. Para Isabel Ayechu, con experencia primero en El Salvador y Kenia y ahora en Guatemala, "los pobres son pobres en todas partes", aunque "cada lugar es diferente". Confiesa que espera todo el año a que llegue julio para irse e incluso está pensando en dedicar dos meses en vez de uno "porque se queda demasiado corto". Eso sí, reconoce que no paran. "Se trabaja duro, a tope. Nos levantábamos a las cinco de la mañana", comenta. "Pero la gente es tan maja y lo haces tan a gusto que no te da tiempo ni a sentir cansancio", afirma. La vivencia con familias es otro de los puntos fuertes. "Es una forma de conocer todo desde dentro", dice. En total, este verano colaboran 6 chicos y 27 chicas, oriundos de Navarra o que estudian o han estudiado aquí Derecho, Económicas, Enfermería, Farmacia, etc. Asimismo, 23 han sido destinados a Guatemala, 6 a Kenia y 4 a El Salvador. Ya han regresado 12, siguen allí 19 y faltan por viajar otros dos.
Diario de Navarra
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