martes, 16 de agosto de 2011

EL INTEGRISMO DE RATZINGER, EL OPUS E INTERECONOMÍA

Declara el clérigo Evaristo de Vicente, director de Contenidos Religiosos de Intereconomía, según publicamos en elplural.com, lo siguiente: “Para esta casa, en concreto, como muchas de las cosas que dice el Papa forman parte del ideario de Intereconomía, es como reforzar ese ideario a la hora de seguir nosotros trabajando en la misma línea”. Más claro, el agua. Ninguna sorpresa. La ideología integrista de Joseph Ratzinger es igual, o similar básicamente, a la del holding que preside Julio Ariza.

El tal De Vicente fue ahormado en la Universidad de Navarra doctor en Derecho canónico y también consiguió ser doctor de Derecho Civil por la Universidad de Valencia. Pertenece también a la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma. Es además capellán de Periodismo y Comunicación del Centro Universitario de Villanueva (Madrid). Su vinculación con Intereconomía –que, entre otros productos reaccionarios, edita el semanario ultracatólico Alba- viene de lejos. Ha colaborado también en Popular Televisión y en la COPE. Participó asimismo en Letras de Monterols, en Barcelona.

Pues bien, salvo al parecer el doctorado de la Universidad de Valencia, el resto de su curriculum académico se ha desarrollado, y se desarrolla en la actualidad -de un modo u otro-, en la órbita de la Prelatura del Opus Dei. Puede afirmarse, por tanto, que la influencia del Opus, a través como mínimo del cura Evaristo de Vicente, en Intereconomía es inequívoca y muy relevante. El jefe religioso, que controla “los contenidos religiosos” del Grupo, es un sacerdote de la Obra de Dios, fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer. Sin embargo, resulta por lo demás ilustrativo que Pedro Juan Vilarich, vicepresidente del Grupo Intereconomía, sea también miembro supernumerario del Opus Dei.

Pero lo más significativo, sin duda, respecto a este asunto es el reconocimiento evidente por parte del clérigo De Vicente de la mezcla del ideario de Intereconomía con “muchas de las cosas que dice el Papa.” Tal como subrayamos nosotros, desde ELPLURAL.COM, no cabe en este sentido “ninguna sorpresa.” El integrismo religioso es amparado y potenciado desde el integrismo mediático. Y en el integrismo religioso hay que incluir tanto a Juan Pablo II como a Benedicto XVI. Del mismo modo que debe incluirse –salvo algunas pocas excepciones- al Opus Dei. Ni Juan XXIII sobre todo, ni Pablo VI, ni el fugaz Juan Pablo I, fueron Papas queridos por el Opus y, en general, por otros movimientos del catolicismo de orientación retrógada.

¿Por qué el Opus, que siempre asegura que defiende la libertad, sólo ha tenido ministros, y muy poderosos, en los Gobiernos del dictador Francisco Franco y en los Gobiernos de Aznar? ¿Por qué los tuvo también en los Gobiernos del dictador chileno, el general Pinochet, a quien Juan Pablo II en persona le dio urbi et orbe la comunión en una de sus visitas multitudinarias? ¿Por qué el asesinado obispo de San Salvador Óscar Romero fue matado cuando, una vez más, defendía en su homilía semanal a los más pobres salvadoreños y este mártir todavía no ha sido subido a los altares, debido a que el Vaticano, el de Juan Pablo II y el de Benedicto XVI, mira hacia otro lado? Lo mismo debería decirse del jesuita Ellacuría y algunos compañeros, todos ellos practicantes de la Teología de la Liberación, perseguida por la cúpula de la Iglesia.

Intereconomía es sinónimo de derecha extrema, o extrema derecha, en el ámbito mediático. Es sinónimo, por otra parte, del Tea Party norteamericano y, desde luego, tiene numerosos puntos de coincidencia con la derechona o el PP, que viene a ser lo mismo. Por eso no asombra su relación estrecha con el Opus Dei y su apoyo desbordante primero a uan Pablo II y, actualmente, a Benedicto XVI. A la Iglesia tradicional, conservadora, más cercana a la derecha que, con frecuencia, a Dios, le va muy bien el Grupo Intereconomía, volcado en los mítines más o menos disfrazados de oratorios -que ahora llaman JMJ- de Joseph Ratzinger en Madrid. Y todo esto, tan poco evangélico y tan de política ultramontana, acontece a unos tres meses de las elecciones generales. ¿Quo vadis, Benedicto?

Enric Sopena, en El Plural

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