"Debemos recordar que esos mismos hombres y mujeres, recibidos en Francia con tanto recelo y con tan poca consideración, se implicaron unos meses más tarde en la defensa de la República y de sus valores". Son las palabras del secretario de Estado de Defensa francés, Jean-Marie Bockel, expresadas en el cementerio de Fuencarral (Madrid) por el embajador de Francia en España, Bruno Delaye. Y es que las principales embajadas europeas reconocieron anteayer la lucha por la libertad de los brigadistas internacionales y de los republicanos un día ante la conmemoración en toda Europa del 64 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los veteranos españoles presentes en este acto lucieron sus medallas al mérito militar. Ninguna era del ejército español al que pertenecieron. Supervivientes como Emilio Caballero recordaron sus penurias en el campo de concentración y exterminio nazi de Mauthausen. "Un día, los alemanes nos llevaron como perros sólo por defender la libertad. Nos liberaron los americanos después de cinco años allí metidos", recordó ahora, a sus más de 90 años.
El mensaje francés recordó la injusticia del trato a los republicanos exiliados pero también reconoció la labor de los 50.000 españoles que sirvieron a la República francesa en las Compañías de Trabajadores y Extranjeros, y de los 8.000 miembros de las Unidades de Combatientes a partir de 1939. "Francia no ha olvidado a los gloriosos combatientes españoles de la Segunda División Blindada que entraron en París el 24 de agosto de 1944, encaramados en lo alto de tanques con nombres como Guernica, Madrid o Don Quijote", señaló el discurso enviado desde París por Bockel.
El mensaje se transformó en compromiso con el apoyo al proyecto del Museo de Rivesaltes, en el departamento de los Pirineos Orientales (Francia), cuyo fin es "restaurar la memoria y la historia del exilio, del internamiento y de la lucha" de los republicanos desde 1939 a 1944. El embajador francés reconoció que se trata del "primer reconocimiento oficial" de su Gobierno al trato injusto con el casi medio millón de españoles que pidieron refugio en el exilio. Casi 10.000 de ellos acabaron en las cárceles nazis.
Este reconocimiento supone un cambio de actitud del presidente de la República de Francia, Nicolas Sarkozy, siempre dispuesto a citar a los "resistentes españoles" en ceremonias histórico-funerarias puramente formales por televisión, pero que lo es mucho menos cuando se trata de desenterrar el aspecto más tenebroso del colaboracionismo de Vichy con la barbarie nacionalsocialista. Las autoridades regionales que planearon el centro de la memoria siempre han reclamado la implicación de París en el proyecto.
En Rivesaltes hoy sólo quedan en pie unas decenas de barracones, alambradas abandonadas, placas conmemorativas y otros murales explicativos en la punta de una carretera comarcal entre esta localidad y Salses, a unos 50 km de la frontera española.
En el Campo Foch se acumularon 20.000 refugiados españoles. Numerosos alcaldes y vecinos de la región conocida como Midi Rouge (Mediodía Rojo) se desplazaron hasta allí en 1939 para pedir su liberación. El Museo abrirá en 2012 para explicar la historia de un campo que ha sido prisión de republicanos, judíos, musulmanes y, hasta 2007, de inmigrantes indocumentados.
El PCF (Partido Comunista Francés) y los gaullistas (seguidores del general Charles De Gaulle) contactaron con los republicanos en campos como el de Rivesaltes. Allí captaron a combatientes como Ángel Álvarez, que a las órdenes del comandante Juan de Ricardo, trató sin éxito de iniciar una reconquista republicana a través del Pirineo en 1940. "Nos masacraron", recordó ayer este militar cuyos méritos al servicio del ejército de liberación de De Gaulle le valieron la condecoración de Caballero de la Legión de Honor, otorgada por la República francesa.
La responsabilidad política de ese episodio histórico que llevó a miles de republicanos a la muerte en campos nazis es ahora investigada por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno. Una denuncia admitida por este tribunal el pasado 30 de abril trata de demostrar la culpabilidad de las autoridades franquistas en la entrega de los presos a Hitler. Casi 5.000 republicanos murieron en el exterminio.
La Asociación de Descendientes del Exilio Español, organizadora del homenaje de ayer en Fuencarral, valoró positivamente esta iniciativa judicial. "Esperamos que en esta ocasión prospere al no tratarse de un juez estrella", opinó una representante del colectivo. El acto se celebró en el cementerio de Fuencarral ya que aquí están enterrados los brigadistas caídos en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil.
Los embajadores de Gran Bretaña, Italia, Rusia, Ucrania, Serbia y representantes diplomáticos de EEUU reconocieron la labor de los brigadistas voluntarios en defensa de la libertad. También estuvieron presentes representantes de varios ministerios del Gobierno español. Andrés Ortega, del Ministerio de Presidencia, recordó que "los brigadistas hicieron lo que debieron hacer sus Gobiernos".
Público
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