De sobra es conocida la afición a las apuestas por estas tierras, ese a que sí, a que no, qué te juegas, qué apostamos con el que se zanjan muchas discusiones, se inician otras o perduran reconvertidas en alguna otra cosa. En este último punto está el origen de Turrumbal, popular grupo de animación tafallés, surgido a mediados de los 80, que durante más de una década sorprendió al vecindario con sus novedosas actividades, sus alegres locuras y su sentido del humor.
Según rememoran parte de los protagonistas de aquel grupo de animación, dos amigos, Vicente Pellicer y Antonio Catalán, se apostaron una carrera en bici, la vuelta a Artajona. El día de la prueba, ante el cachondeo general a la vista de la carrera de los dos esforzados ciclistas, a otro se le ocurrió bautizarla con el nombre de "Giro de los sofocos". Lo que empezó como una broma cuajó y al año siguiente, ya como Grupo de Animación Turrumbal Herri Animazio Taldea, organizaron la primera de sus sorprendentes y originales actividades: el Giro de los Sofocos. Era junio de 1985 y entre aquel grupo de amigos y organizadores se encontraban Patxi Azkarate como presidente, Jesús Mari Arzoz como vicepresidente, César Górriz como secretario, Javier Oreja y Óscar Garro como vocales cocineros y Jesús Flamarique, Iñaki Olcoz, Pedro Herrero, José Ramón Giral, Julio Sota, Javier Ongay, Jesús Arzoz y José Antonio Arbona como vocales.
Como imaginación, juventud y ganas de juerga no les faltaba, siguieron con campeonatos de canicas, de juego de la corona, de dólar, de aviones de papel, de maratones con los ojos vendados, de ciclo cross urbano por las calles levantadas del Casco Viejo, de jota dura, de fotografías, de deporte rural, de goitiberas, de descenso del Zidakos, y en los últimos tiempos de andadura del grupo hasta organizar la cabalgata de los Reyes Magos. Los padres, y también alguna madre, de aquellas criaturas reivindican la paternidad de todas ellas, pero a la luz que da el tiempo transcurrido, si tienen que destacar alguna comienzan por la bajada de goitiberas. La de 1986, coincidiendo con la festividad de San Sebastián, fue la primera vez que una prueba de este tipo tenía lugar en Tafalla. El éxito de participación y de público fue enorme, estuvieron celebrándose hasta 1992 e incluso, recorrieron parte de la geografía navarra organizando este tipo de pruebas. De diferentes localidades navarras les llamaban para la organización del trayecto, para supervisar la seguridad, los contratos de seguros y para hacer de cronometradores y jueces. Fueron numerosos fines de semana a lo largo de varios años los que anduvieron trajinando de aquí para allá y es que su fama había trascendido fronteras, como lo demuestra que "hasta la agencia EFE se hizo eco del campeonato de aviones de papel", recuerdan entre risas.
Las exhibiciones de deporte rural, en el domingo antes de fiestas, también es otra de las actividades que recuerdan con especial cariño. El Día del Deporte Rural contó con varias ediciones desde aquella primera de 1987. Lo organizaban por suscripción popular, a modo de pegatina, que daba derecho a poder participar y luego de esta manera sufragar los gastos de la organización y de la traída de materiales (madera para cortar, sogas, hachas, sierras, txingas, trofeos, etc.). Y cómo no destacar el primer Descenso del Zidakos en ingenios náuticos de julio de 1987. Según se puede leer en la prensa de aquellos años, "el Zidakos se tornó navegable, nada menos que en pleno estío, gracias a la loca iniciativa de Turrumbal. Un total de diecisiete naves partieron de la presa de Rekarte después de entonar solemnemente más de doscientas personas, el Boga Boga. A los pocos metros, claro está, el río estaba seco y a tramos con una apariencia de ciénaga selvática y fétidos charcos, lo que hizo que los vencedores llegaran al puente de la Estación, apenas a un kilómetro, en tres cuartos de hora". Esta iniciativa tuvo un éxito enorme y hoy se congratulan de que la programación de la Semana de la Juventud la haya recuperado y convertido en uno de sus actos estrella.
Agurtzane Berrio (en La Voz de la Merindad)
Según rememoran parte de los protagonistas de aquel grupo de animación, dos amigos, Vicente Pellicer y Antonio Catalán, se apostaron una carrera en bici, la vuelta a Artajona. El día de la prueba, ante el cachondeo general a la vista de la carrera de los dos esforzados ciclistas, a otro se le ocurrió bautizarla con el nombre de "Giro de los sofocos". Lo que empezó como una broma cuajó y al año siguiente, ya como Grupo de Animación Turrumbal Herri Animazio Taldea, organizaron la primera de sus sorprendentes y originales actividades: el Giro de los Sofocos. Era junio de 1985 y entre aquel grupo de amigos y organizadores se encontraban Patxi Azkarate como presidente, Jesús Mari Arzoz como vicepresidente, César Górriz como secretario, Javier Oreja y Óscar Garro como vocales cocineros y Jesús Flamarique, Iñaki Olcoz, Pedro Herrero, José Ramón Giral, Julio Sota, Javier Ongay, Jesús Arzoz y José Antonio Arbona como vocales.
Como imaginación, juventud y ganas de juerga no les faltaba, siguieron con campeonatos de canicas, de juego de la corona, de dólar, de aviones de papel, de maratones con los ojos vendados, de ciclo cross urbano por las calles levantadas del Casco Viejo, de jota dura, de fotografías, de deporte rural, de goitiberas, de descenso del Zidakos, y en los últimos tiempos de andadura del grupo hasta organizar la cabalgata de los Reyes Magos. Los padres, y también alguna madre, de aquellas criaturas reivindican la paternidad de todas ellas, pero a la luz que da el tiempo transcurrido, si tienen que destacar alguna comienzan por la bajada de goitiberas. La de 1986, coincidiendo con la festividad de San Sebastián, fue la primera vez que una prueba de este tipo tenía lugar en Tafalla. El éxito de participación y de público fue enorme, estuvieron celebrándose hasta 1992 e incluso, recorrieron parte de la geografía navarra organizando este tipo de pruebas. De diferentes localidades navarras les llamaban para la organización del trayecto, para supervisar la seguridad, los contratos de seguros y para hacer de cronometradores y jueces. Fueron numerosos fines de semana a lo largo de varios años los que anduvieron trajinando de aquí para allá y es que su fama había trascendido fronteras, como lo demuestra que "hasta la agencia EFE se hizo eco del campeonato de aviones de papel", recuerdan entre risas.
Las exhibiciones de deporte rural, en el domingo antes de fiestas, también es otra de las actividades que recuerdan con especial cariño. El Día del Deporte Rural contó con varias ediciones desde aquella primera de 1987. Lo organizaban por suscripción popular, a modo de pegatina, que daba derecho a poder participar y luego de esta manera sufragar los gastos de la organización y de la traída de materiales (madera para cortar, sogas, hachas, sierras, txingas, trofeos, etc.). Y cómo no destacar el primer Descenso del Zidakos en ingenios náuticos de julio de 1987. Según se puede leer en la prensa de aquellos años, "el Zidakos se tornó navegable, nada menos que en pleno estío, gracias a la loca iniciativa de Turrumbal. Un total de diecisiete naves partieron de la presa de Rekarte después de entonar solemnemente más de doscientas personas, el Boga Boga. A los pocos metros, claro está, el río estaba seco y a tramos con una apariencia de ciénaga selvática y fétidos charcos, lo que hizo que los vencedores llegaran al puente de la Estación, apenas a un kilómetro, en tres cuartos de hora". Esta iniciativa tuvo un éxito enorme y hoy se congratulan de que la programación de la Semana de la Juventud la haya recuperado y convertido en uno de sus actos estrella.
Agurtzane Berrio (en La Voz de la Merindad)
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