Es probable que Leire Urroz Zubiri no olvide la fecha del martes 29 de junio de 2010, ni la hora, 8'30 de la tarde, ni el lugar, la Placeta de las Pulgas de su pueblo, Tafalla, pues ese día tuvo su puesta de largo en la actuación prevista dentro de los actos organizados con motivo de la Semana de la Juventud. En esa fecha, en ese día y a esa hora, esta joven cantautora tafallesa presentó las canciones que lleva componiendo desde que era una adolescente, las que le sirven de vehículo de transmisión de sentimientos, vivencias y sensaciones, y que esa noche no dudó en compartir con el público allí congregado, amigos y familiares que ya la conocían y otras personas que la escuchaban por primera vez.
¿Por qué cantar tus propias canciones? ¿Qué te lleva a componer?
Es algo natural en mí, es la manera que tengo de expresarme y comunicarme con los demás. El hecho de que esta expresión sea en forma de canciones es porque sin darme cuenta a todo le pongo una melodía.
¿Entonces has compuesto desde siempre?
Desde siempre no, cuando eres niña te faltan los recursos, pero sí se podría decir que desde siempre. He estudiado seis años en la Escuela de Música de Tafalla, dos de armonía, uno de formación musical y nueve años de acordeón, o sea que se puede decir que siempre la música ha formado parte de mi vida. Pero es verdad que el detonante para empezar a componer fue un curso de verano de guitarra que hice con el profesor de la escuela Javier Ibáñez. Fue coger la guitarra, aprender ritmos y acordes y empezar a brotar melodías. El ponerles letras y cantarlas vino solo.
¿Recuerdas tu primera canción?
Sí, tendría trece años y fue El llanto de los niños, una canción a las víctimas más vulnerables en cualquier conflicto. No recuerdo qué conflicto o situación concreta la habría motivado pero fue esa y en esta línea me muevo, porque son las historias cotidianas, las vivencias de cada día, sucesos que me impresionan, temáticas sociales, el material que forma mis canciones.
¿Entonces tendrás muchísimas canciones?
Sí, tengo decenas y decenas de canciones, tantas que se me olvidan, pero esto no quiere decir que todas sean buenas o sean válidas para cantar a otros, la mayoría no han visto la luz, ni creo que lleguen a hacerlo. Simplemente, yo las hago porque no lo puedo evitar y ahí van quedando, unas decido cantarlas a los demás y otras las voy guardando en el ordenador, porque todas son expresión de mi sentimiento y las quiero, esperando el día que las recupere, las reactualice o simplemente las sustituya por otras.
¿Y tu primera actuación en formato concierto?
La primera vez que canté ante otras personas que no fueran mi casa y mi cuadrilla, fue en Benegorri, la nochevieja de 2005, en casa de mi tío, el músico y percusionista del grupo Alkora, Carlos Urroz. Fue una actuación ante numerosas personas, aunque fuera en ese ámbito familiar, y para mí supuso un paso adelante y el pensar que lo que hasta ahora había sido un acto personal e íntimo podía tener otro carácter. Fue, quizás, la primera vez que se me pasó por la cabeza el que podía dedicarme a esto o que me dije a mí misma: "soy cantante o cantautora" o "me gustaría cantar". A partir de esa torma de consciencia, han venido otras actuaciones como la del pub Imagine en noviembre de 2009, la de Olite el 8 de marzo de este año con motivo de la presentación de una asociación de mujeres de esta localidad y la del concierto solidario con Haití en el pub Informal. Y ahora esta de la Semana de la Juventud, claro.
¿Te has planteado tocar con un grupo o apuestas por una carrera en solidario?
Después de este concierto de la Semana de la Juventud en la que he tocado acompañada por Nora Lekunberri del grupo Parada Solicitada en la percusión y por las voces, en algunos temas, de Odette Ongay, Ananda Larrea y María Ciriza, no descarto el animarme a contactar con otras personas y formar un grupo. Sería otra experiencia y además no me asusta porque el hacer arreglos de las canciones que interpreto se me da bien.
¿Y de dedicarte a cantar, te gustaría grabar?
De momento no, sé que es un mundo muy difícil y tengo los pies en la tierra. Estoy estudiando en la UPNA, he acabado el tercer curso de la doble licenciatura de ADE y Derecho, y mi objetivo más inmediato es acabar la carrera y buscar trabajo. La música es sobre todo mi válvula de escape, me permite distensionar la cuerda, para mí es totalmente relajante.
¿Tanto como dar patadas a un balón con el equipo femenino de la Peña Sport?
Pues sí, para mí no hay nada más antiestrés y más liberador que los entrenamientos y los partidos de fútbol semanales, tanto como la música. Creo que tengo suerte de tener estas dos grandes aficiones. También en el fútbol empecé desde pequeña, en la escuela, en los campeonatos interescolares. Llevo seis temporadas en la Peña Sport y este año, además, nos hemos quedado campeonas en nuestra categoría de Navarra. Esto ha sido un revulsivo total, todavía estamos saboreando las mieles del triunfo.
¿Te presentarías a concursos y castings tipo Operación Triunfo? ¿O a los que organiza el Gobierno de Navarra en busca de nuevos valores, etc.?
Me parece que son una buena salida y un buen escaparate para alguien que tenga claro querer dedicarse a esto. Pero, personalmente, lo de los castings tipo Operación Triunfo no. No me gusta cómo se han devaluado y en qué han derivado, donde es más importante lo que genera y mueve alrededor que los propios jóvenes que aspiran a ser cantantes y que quieren aprovechar la oportunidad brindada.
Leire coge la guitarra, pulsa las cuerdas, desliza el pulgar por el traste y sueña con una nueva melodía a la que poner letra y voz. Mientras tanto confía en recuperar en estos días la asignatura de la carrera que le ha quedado en la convocatoria de mayo-junio, antes de zambullirse en el verano de sus veintiun años de canciones por hacer, de estudios de administración, finanzas y leyes, y de preparar su próxima temporada con sus compañeras de fútbol en la Peña Sport.
A. Berrio (en La Voz de la Merindad)
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