Aralar se tienta la ropa mientras trata de recomponer el siete abierto en la relación entre su Ejecutiva y el grupo parlamentario a las puertas de una jornada de hoy que se prevé intensa y esclarecedora.
Ayer su líder, Patxi Zabaleta, mantenía ante las cámaras de ETB la estrategia de perfil bajo con la que trata de suturar la herida para que la sangre no llegue al río. "Hay margen a través del diálogo y el acuerdo" para que nadie tenga que abandonar la formación, insistió, como ya dijera el mismo viernes tras ver como el equipo que lidera Aintzane Ezenarro incumplía el mandato de la dirección y admitía "rebajar" los límites de la ponencia aceptando eliminar de ella la exigencia de que nadie -por la izquierda abertzale- quedara excluido de ella.
Su intención era reunirse ayer mismo con quien hasta esta crisis ha sido su portavoz parlamentario para ver si aún existe algún margen para mantener un trabajo coordinado en lo que queda de legislatura que no pase por su ingreso en el Grupo Mixto.
Al no celebrarse esta reunión, la Ejecutiva, reunida ayer en Donostia, anunció que pediría explicaciones a los críticos por su actuación, pero estos se adelantaron anunciando que las darán hoy públicamente desde el propio Parlamento, donde explicarán cuál será su postura. "Deben reconsiderar su actuación y los principios sobre los que se tiene que actuar" para mantener así "la coherencia y los principios de la formación", insistía en todo caso Zabaleta.
La decisión de Ezenarro -secundada por Mikel Basabe y Oxel Erostarbe- de eliminar el concepto "sin exclusiones" del texto con el que se aprobó esta ponencia constituyó para la dirección una clara ruptura de la disciplina interna, ya que incluso horas antes había transmitido su no más rotundo a lo que Ezenarro veía como una concesión menor e imprescindible para sacar adelante su proyecto. "En términos humanos nos duele su decisión", decía Zabaleta, que reiteraba además que, en términos políticos, había constituido un error que desactiva las potencialidades de la ponencia permitiendo que quienes no quieren un diálogo "digno", entre todos, "se cubran las espaldas". Sin embargo, -y a la espera de saber lo que hoy explica Ezenarro-, de sus palabras se destilaba que Aralar no actuará precipitadamente sino con tacto, ya que una petición de cargo como la que hizo a los tres parlamentarios díscolos -solo Dani Maeztu se mantuvo fiel al mandato de su Ejecutiva- "tiene que tener su maduración". Más cuando lo que está en juego es el futuro dentro del partido de un equipo, el liderado por la que ha sido la parlamentaria mejor valorada en las últimas legislaturas, cuya "valía personal" no dudó en reconocer.
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