Queridos familiares, vecinos y amigos de los asesinados :
Este año se cumplen 75 años de los últimos asesinatos a vecinos de nuestro pueblo tras la sublevación militar en contra del Gobierno democráticamente constituido.
35 personas fueron arrancadas de vuestras casas y posteriormente asesinadas. Concurrieron muchas circunstancias agravantes, se les detuvo de noche, a más de uno se le arrancó de la cama, a otros se les liberó en la cárcel para asesinarlos . Sin juicio previo, sin defensa jurídica se les fusiló brutalmente, dándoles incluso el tiro de gracia, y se les enterró en cunetas y laderas.
También sufrieron humillación algunas mujeres a las que se les cortó el pelo y se las paseó por las calles del pueblo. Las muchas familias que se les condenó al hambre y a la miseria confiscándoles sus modestas cosechas. A los que se suicidaron por no aguantar la incertidumbre y la presión. Los vecinos a los que se les impusieron considerables multas o condenas de cárcel. Los obligados a abandonar el pueblo dejando sus cosechas y enseres por ser de izquierda y por tanto indeseables. Los que tuvieron que marcharse por miedo a ser asesinados
Estaban del lado de la legalidad u orden establecido democráticamente en unas elecciones generales. Y no buscaban más que mejorar las condiciones de vida , cambiar una situación que en muchos aspectos tenía poco de humana. Luchaban, como ellos decían, por el pan de su familia, por la supresión de las desigualdades económicas y políticas.
¿ Cual fue su delito ?, construir un matadero, duplicar el número de maestros, querer construir una nueva escuela, repartir con equidad los terrenos comunales, la creación de la Bolsa de trabajo y de los Jurados mixtos de trabajo, las 8 horas de trabajo diarias, creación de colectividades… querer hacer un Caparroso para todos sus vecinos, sin distinciones ni privilegios.
¿Quienes cometieron estas barbaridades ?. Vecinos. Vecinos como ellos. Vecinos que veían cómo perdían un poder heredado generación tras generación. Los sacerdotes, en una sociedad laica, que no pararon o no quisieron parar la locura, cuando no la alentaron. Labradores cómodos con un reparto injusto del comunal que les favorecía, Y, por último, jornaleros que por miedo o por obedecer al patrón cometían todas las tropelías y aún más de las que les mandaban.
El pueblo de Caparroso se fracturó, por un lado los vencedores, dueños y señores del pueblo, y por otro lado los vencidos con el miedo en su cuerpo y alma y sin ningún tipo de derecho, a merced de las arbitrariedades de los vencedores.
La guerra, una guerra fratricida, en nuestro pueblo hermano contra hermano. Vecinos de izquierdas enrolados con los sublevados para salvar su vida o la de su padre. Varios vecinos perdieron la vida luchando en el bando republicano, otros en la resistencia francesa contra los nazis. Los que tuvieron que pasar largos años de exilio con su esposa e hijos en el pueblo, casi sin saber de ellos.
El miedo, el hambre, la miseria conformaron la posguerra en la vida de muchos vecinos que no tenía ninguna esperanza de mejorar su vida pues no les dejaban ni abandonar el pueblo para no quedarse sin jornaleros. El racionamiento, aún más escaso para enriquecerse los de siempre. Años callando, aguantando, con todo en contra, la asfixia de la dictadura, el poder de los de siempre, pero ahora crecidos con ganas de revancha.
Vuelta a trabajar de sol a sol. Vuelta a mandar a las tabernas. Salario de miseria. Trabajar como burros para que te vuelvan a escoger al día siguiente. Niñeras por la merienda. Niños por poco más. Criadas por casi nada, en muchos casos por la comida. Triste vida la de nuestros vecinos.
27 viudas y 1 viudo que perdieron a su compañero a manos de sus convecinos, ¿con qué ojos miraban a aquellos que habían desecho su vida, que en la mayoría de los casos tuvieron que trabajar de sol a sol para sacar a sus hijos adelante en algunos casos para los que habían matado a sus esposos. Sufrimiento.
78 huérfanos alguno de ellos recién nacido. Eran tan buenos los nuevos dirigentes que crearon el Auxilio social, donde les daban la comida después de cantar el Cara al sol, lentejas con piedricas o piedricas con lentejas. Señalados por muchos, insultados – hijo de cunetero – tuvieron que comenzar a trabajar tan pronto como podían para ayudar a sus madres. Tan triste que alguno llegó a odiar a su padre por la vida que llevaban.
Han pasado 75 años y han muerto muchos de los actores de aquellos hechos. ¿ Se ha hecho justicia ?, ¿ Hay alguna intención de hacer justicia ? . ¿ Ha pedido alguien perdón ? Muchos de los asesinos han muerto en la cama. También muchos de los familiares.
Pocos quedáis. Por eso la necesidad de haceos un homenaje. Un reconocimiento a todo lo que pasasteis y aún estáis pasando. Por vuestra generosidad, pues supisteis perdonar aún sin pedíroslo. Por el miedo que tuvisteis y aún seguís teniéndolo. Que no vuelva otra vez, repetís. Pero para que no se repita hace falta conocerlo, sacarlo a la luz, que todo el mundo sepa lo qué sucedió, incluso los por qué. Es obligatorio y necesario.
A ellos, a los que perdieron su vida el mayor reconocimiento que les podemos hacer es mantener sus ideales vivos, no solo en nuestro corazón si no en nuestra vida.
Gracias a todos los familiares y a todos por asistir a este homenaje.
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