No tuve suerte el domingo pasado, en cuanto al tiempo se refiere, ya que
salió un día lluvioso, con brumas, aunque de temperatura agradable. No obstante,
y como no puedo parar en la cama, me levanté dispuesto a hacer otra de mis rutas
domingueras. No había hecho ningún plan el sábado para la ruta del domingo, por
lo que cogí mi libro de rutas y el único condicionante que me puse es que
estuviera cerca de Tafalla. No tenía ganas de pegarme una “panzada” de
coche.
He de comentar que el eje principal de la ruta era el denominado “balcón de
Funes” o Peñalén. En
este lugar ya había estado años atrás, pero con una perspectiva diferente. Años
atrás la ruta la realicé por la parte de arriba, donde las vistas son más
espectaculares, entrando por los altos de Peralta, y dejando a la derecha la ermita
de Portegado. Una vez arriba, y asomándonos al ”balcón”, se aprecia
perfectamente la unión de los ríos Arga y Aragón, y se contempla, también,
Villafranca y alguna otra localidad.
Esta vez la ruta se desarrollo por abajo; saliendo del propio Funes (Por la margen
derecha del Arga), y la visión de la peña es más “majestuosa”, puesto que la ves
desde su base. Es una ruta para apreciar más el detalle.
No se trata de un sendero concurrido por lo que la tranquilidad está, del
todo, garantizada. En las dos horas que duró el itinerario, me encontré con un
señor de Funes que venía de coger setas (Por cierto, conocía a mucha gente de
Tafalla, estuve con él alrededor de un cuarto de hora hablando y me invitó a
almorzar), y con un coche que me adelantó a mitad de camino; probablemente
cazadores, ya que se oían tiros.
A la salida de Funes, y en el río, pude apreciar 2 o 3 garzas y bastantes
patos. La tranquilidad en esta zona hace del río un sitio idóneo para disfrutar
de su presencia. Tengo que decir que, en esos momentos, hecho de menos una buena
cámara de fotos con un buen zoom, ya que la que tengo, en cuanto haces un zoom
de acercamiento, la imagen es muy mala. Saca buenas fotos sin mover el zoom o
moviéndolo muy poco. Esta es la razón por la que no me molesto, ni siquiera, en
sacar fotos de animales.
La zona en sí (Salvo en las riberas del río), es muy árida, tan solo podemos
apreciar repoblaciones de pinos en las laderas de la peña. El resto, y como he
dicho, en las riberas del río, se aprecia todo tipo de vegetación, predominando
el chopo.
Es curioso observar, tal y como pasaba en el recorrido de Peralta, la gran
cantidad de estratos de yeso retorcidos a lo largo de muchas paredes de las
peñas. El yeso es un material constante a lo largo de todo el camino.
El recorrido que hice el domingo, es decir, el de abajo, se le llama,
también, el Barranco del rey. Este nombre se debe a que cuenta la historia que
aquí falleció, despeñado, en 1076, cuando cazaba, el rey Sancho
Garcés IV.
Una de las curiosidades de este recorrido (Ya citada en un párrafo anterior),
son los estratos de yeso que se aprecian en las paredes de las peñas. La erosión
ha dejado a la vista materiales que componen el suelo de la Ribera Navarra.
Estos materiales son de color blanquecino o pardos y están depositados en capas.
Se ven gran cantidad de limos y arcillas, intercaladas con capas de arenisca y
curiosas vetas de yeso retorcido que se asemejan a los famosos “milhojas” de la
pastelería del Buen Gusto de Tafalla (Por desgracia ya cerrada).
Una vez que hemos disfrutado de todo lo que he comentado, llegamos, sin más,
a la base de la Peña (Peñalén), y alli, durante un buen rato, y unas cuantas
fotos, permanecemos viendo la majestuosidad del “Balcón de Funes”.
Itinerarios de Patxi Olite
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