«Hemos buscado un logo reconocible, que mantuviese las señas de
identidad del PNV, pero que al mismo tiempo reflejase capacidad de evolución de
cara a los nuevos tiempos que se han abierto en Euskadi». Estas son las líneas
maestras que han guiado a los diseñadores a la hora de crear la nueva marca del
partido jeltzale, que llevaba veinte años sin retocar su imagen corporativa, y
que ayer fue presentada por el presidente del EBB, Iñigo Urkullu.
José Ignacio Esnaola, director general de Publis, una agencia que
desde hace cuatro años trabaja con el PNV en asuntos de comunicación, explica
que las conversaciones con la dirección nacionalista sobre las características
que debían incluir la nueva 'galleta' comenzaron hace un año. El trabajo partió
de la base de que el diseño no podía suponer una «ruptura total» con el pasado
de una marca centenaria que sólo se ha visto modificada en tres ocasiones desde
1977.
El nuevo logo del PNV debía ser fácilmente identificable por la
sociedad, pero también era «importante» que ofreciese una imagen «moderna», que
mostrase «capacidad de adaptación» frente a los «grandes cambios» que está
viviendo Euskadi por el final del terrorismo de ETA y el impacto de la profunda
crisis económica.
Una vez definida la «estrategia», llegó el momento de la fase
«operativa». Los creativos de Publis han trabajado durante «unos seis meses» en
distintas alternativas. Esnaola explica que barajaron 60 diseños distintos que
se dividían en «seis o siete» grupos de modelos. Finalmente, decidieron
presentar a los burukides de Sabin Etxea un único logo, que después fue sometido
a una serie de pequeñas modificaciones hasta conseguir
la imagen definitiva que ayer presentó Iñigo Urkullu, coincidiendo con la
jornada de puertas abiertas que se celebró en la sede peneuvista en coincidencia
con su veinte aniversario.
Simplificar el diseño
¿En qué se diferencia la nueva marca respecto a las anteriores? El
único cambio sustancial entre las dos primeras 'galletas' se encuentra en que el
PNV decidió en 1992 sacar sus siglas del círculo para «hacerlas más visibles».
Ahora, en cambio, lo que se ha hecho es «simplificar» la anterior imagen
corporativa, un concepto que está estrechamente relacionado con el «mundo de las
sensaciones».
Los diseñadores han respetado la «forma del anagrama», los colores
de la ikurriña y el nombre compuesto del partido. Pero también han introducido
visibles modificaciones que han alterado buena parte de los elementos del
anterior distintivo.
Para empezar, se ha introducido una «degradación del color» en la
parte central que proporciona una «mayor sensación de volumen». Los tonos
anteriores, según explican los creadores, eran «más planos» y destacaban
especialmente en los medios de comunicación escritos. La nueva marca, en cambio,
está «más preparada para medios audiovisuales», en los que la imagen tiene un
elevado impacto.
Otra modificación «importante» ha afectado a la tipografía. Se han
optado por poner las siglas en minúscula, «más amables» para el espectador,
frente a las letras mayúsculas que aparecían hasta ahora en el logo. «Las
tipografías en mayúscula parece que gritan, son más agresivas», añade Esnaola.
Estructura diagonal
También se ha sustituido «la forma apaisada» del anterior símbolo,
donde el anagrama y las letras aparecían a la misma altura, por uno que se
estructura en diagonal. Del mismo modo, se ha introducido una ligera separación
en la posición de las siglas en euskera y castellano.
Estas son las principales características del nuevo distintivo del
PNV, que, a juicio de sus autores, puede generar «más sensación de ruptura»
porque «llevaba veinte años sin tocarse». Esnaola subraya que la mayoría de los
partidos han ido introduciendo pequeños y constantes cambios en sus logotipos
durante las últimas décadas, lo que acrecienta todavía más la sensación de
«cambio» en el diseño del partido jeltzale.
El Correo
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