viernes, 13 de abril de 2012

ELLAS EN LA IIª REPÚBLICA Y DESPUÉS

Quiero dar las gracias a aquellas personas, historiadoras, escritoras, directoras de cine, cantantes y movimientos que en el día a día y desde hace unos años, están incorporando en la memoria, la historia de las mujeres, reponiendo su voz y su dolor, nombrándolas, rescatándolas del olvido, dignificándolas, y mostrándonos una realidad diversa, como diversas somos las mujeres y nuestras inquietudes, ahora, en la época de la república, durante la guerra y en la represión franquista. Hablo de Matilde Huici, Julia Álvarez, Josefina Torcal, Julia Bea, Aurora Gómez, Matilde Landa, Maravillas, Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken, Federica Montseny, Rosita la dinamitera, la pasionaria, tantas y tantas como las viudas de Sartaguda , las trece rosas, la presas y asesinadas en la cárcel de Saturrarán….
Ellas estuvieron presentes durante el parto, vigencia y defensa de la II .República, apostando por transformaciones sociales y derechos que jamás hubieran soñado y que muchos de sus compañeros de ideales, no defendieron con mucho entusiasmo, cuando no se opusieron abiertamente.
Significó una transformación pública (Se puede elegir y no se acepta el linaje por sangre. Reforma agraria, obrera....) y privada, en las vidas de los hombres y de las mujeres. Más en estas, si tenemos en cuenta que la opresión y la desigualdad eran tan evidentes que el porcentaje de mujeres analfabetas rozaba el 70%. Solo el 5% accedía a la educación secundaria. La mujer era considerada un ser dependiente, sin capacidad de autonomía y necesitada de protección por el varón, especialmente las casadas.
La constitución de l 931, las convierte en ciudadanas en lo civil y lo político. Se consigue por fin, el derecho al voto, sistemáticamente negado desde la Constitución de Cádiz, en 1812. Gracias a la inmensa, intensa y extraordinaria labor de Clara Campoamor, que en una cámara compuesta por 470 personas diputadas y solo tres mujeres, consiguió con 161 votos a favor, que las mujeres adquiriésemos el derecho de ciudadanía. Ella, pago brutamente el ser fiel a sus convicciones. Las demás, logramos algo fundamental, el de ser reconocidas como sujetas de derecho.
Esa constitución y el periodo republicano, trajeron más cosas consigo: Acceso a empleos y cargos públicos por mérito y capacidad. Las 8 horas laborales, vacaciones, descanso semanal, aunque las mujeres seguían cobrando el 50% menos de salario.
El matrimonio civil, el divorcio sin necesidad de causas, la igualdad de hijos e hijas ilegítimas. Mejoras para atención a la infancia. La reclamación de paternidad. En Cataluña, el derecho al aborto. Se hablaba y practicaba el amor libre en algunos espacios. La homosexualidad y el lesbianismo no producían mayores escándalos. Las prostitutas fueron tratadas como personas y no como meros objetos sexuales.
El acceso a la educación y la cultura, dentro de la escuela pública y laica. Las mujeres rompieron con el analfabetismo. El cuerpo de Maestras fue importantísimo. Entraron a estudiar en lugares impensables, como arquitectas…
La posibilidad de participar en asociaciones de todas las tendencias (Mujeres libres, comunistas, socialistas, emakumes AMA, la sección femenina) y en partidos, aunque su representación era escasa y más en puestos de dirección. En el Gobierno, con la primera mujer ministra, Federica Montseny. En las calles con movimientos de mujeres por el pan y por derechos propios. Como mitineras e ideólogas de ese nuevo futuro.
Las mujeres siguieron estando presentes también durante la Guerra Civil. Como milicianas, aunque tenían que demostrar doblemente su valía. En la retaguardia de forma obligada por un decreto de octubre del 36. En el cuidado y mantenimiento de la vida, como cabezas de familia, en las fábricas y e el campo, en tareas de información y reconstrucción... Detenidas, violadas. En las cárceles, maltratadas doblemente, por su calidad de presas y de mujeres.
En el exilio, realizando tareas de espionaje, de cuidado y mantenimientote la resistencia, como ideólogas.
Durante la represión franquista, asesinadas, nuevamente violadas y abusadas sexualmente, encarceladas, denigradas como mujeres rapándoles el pelo y haciéndoles tomar aceite de ricino para posteriormente pasearlas por los pueblos y ciudades. Robándoles a sus hijos e hijas, negándoles medios de subsistencia para ellas y sus familias. Obligadas como viudas a resistir en la miseria. Y sobre todo intentando doblegarlas, metiéndoles el miedo en el cuerpo para que callaran y se olvidaran de la libertad y la igualdad, relegándolas de nuevo a la casa y el cuidado, bajo la bota del dominio masculino, negándoles el espacio público y político durante casi 40 años. Pero ellas resistieron, sin dejar de soñar con un mundo diferente aun en tiempos revueltos.
Y en todo este proceso, se quedaron sin nombres, como anónimas.
Pero nosotras sus hijas y nietas, conscientes de la deuda historia con todas ellas, nos apuntamos al movimiento por la recuperación de la memoria histórica, para que dejen de estar en el silencio. Lo que no se nombra, no existe y ellas existieron mirando hacía un futuro en el que prevalezcan los valores de la libertad, igualdad, solidaridad, justicia, equidad y dignidad. Y en ese camino siguen con nosotras por hacer real la igualdad formal.
Camino en el que la Monarquía no tiene cabida, no solo por significar privilegio de unas personas sobre otras, por el hecho de nacer en una cuna con linaje y sangre azul. O por su cuestionamiento del derecho a decidir, en la medida que es impuesta en este caso por franco. También porque no es de recibo los miles de millones que nos cuesta a la ciudadanía aún en tiempos de crisis (para ella solo el 2% de recorte del presupuesto oficial. Hay mucho dinero que recibe, que no se contabiliza en sus cuentas). Porque dentro de su filas se permita la corrupción chulesca y el enseñar a las criaturas a matar.
En este camino hacia la igualdad entre las personas, hombres y mujeres, no tiene cabida una institución que da primacía al varón sobe la mujer, y la monarquía, lo hace. .¡Vaya ejemplo!!
Tere Sáez, técnica de Igualdad

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