Apenas quedan cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas de mayo y, lejos de remitir, se han recrudecido las presiones internas para que José Luis Rodríguez Zapatero anuncie ya que no optará a la reelección en las generales del 2012, según confirman a La Vanguardia en el Gobierno y en el PSOE.
“La presión de los barones es muy fuerte para que Zapatero anuncie que se va antes de las elecciones de mayo”, explican en el Ejecutivo. Algunos presidentes autonómicos, alcaldes, líderes territoriales y dirigentes del PSOE están convencidos de que si Zapatero hubiera decidido concurrir a la reelección lo habría desvelado ya. Habría despejado así la incertidumbre en las filas socialistas, sin dar pie a tantas cábalas y movimientos internos. Y si no lo ha anunciado aún, piensan, es porque ha decidido no volverse a presentar. Así pues, reclaman que despeje ya la incógnita, porque creen que soltarían lastre y recuperarían oxígeno para evitar la debacle electoral que anuncian todos los sondeos para mayo, como antesala de la derrota final en las generales del 2012.
El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, volvió ayer a poner voz en público a esta demanda, que en privado comparten muchos de sus compañeros en las filas socialistas: “Si yo pudiera elegir, que lo dijera antes, sería bueno y aclararía muchas cosas y no convertiría las elecciones municipales y autonómicas en un plebiscito sobre Zapatero sí o Zapatero no”.
Esta idea de convertir las elecciones de mayo en un plebiscito sobre Zapatero es justamente lo que en el Gobierno y en el PSOE aseguran que pretende el PP. “Los barones creen que si Zapatero anunciara ya que se va, el PP no podría insistir en ese discurso de pedir elecciones anticipadas todos los días y el debate electoral se podría centrar en los candidatos municipales y autonómicos”, dicen en el Gobierno.
Algunos de estos barones y dirigentes del PSOE esgrimen incluso el ejemplo del primer secretario del PSC, José Montilla, que ya ha anunciado su salida y piensan que así ha permitido a los socialistas catalanes centrar el debate en las elecciones municipales, singularmente en Barcelona. “La diferencia –dicen quienes defienden a Zapatero– es que Montilla anunció su decisión después de haber perdido sus elecciones, que es muy diferente”.
Otros piensan, no obstante, que si Zapatero se decide ya a anunciar su decisión, el debate sucesorio que abriría eclipsaría cualquier otra cuestión, incluidas las elecciones de mayo. Muchos en el PSOE y el Gobierno piensan que Zapatero no optará a la reelección. Fuentes próximas a Zapatero en el Ejecutivo creen que todavía no ha decidido si anunciarlo antes o después de las municipales y autonómicas, y de ahí que la presión siga en aumento.
Impulsada, también, por el ex presidente del Gobierno Felipe González, cuyo aviso de que la decisión de Zapatero de irse sería personal, pero que la de quedarse dependería del PSOE, llegó muy nítido al propio aludido y su entorno. Todas estas presiones, eso sí, diseñan el mismo escenario de futuro: Alfredo Pérez Rubalcaba sería el próximo candidato del PSOE. Dirigentes socialistas confirman que necesitan “un revulsivo” para evitar la debacle electoral, y muchos atribuyen este papel al actual vicepresidente. Zapatero, entre tanto, no ha vuelto a emitir señales, y todo el mundo en el Gobierno y el PSOE sigue expectante. Vara lo definió muy gráficamente: “Es una persona bastante indescifrable y muy difícil de, mirándole a la cara, saber lo que está pensando hacer”.
“Zapatero –zanjan sus próximos– pondrá encima de la mesa los pros y los contras y hará lo mejor para el PSOE aunque no sea lo mejor para él. Él ya ha demostrado que está dispuesto a inmolarse. Si resta se irá y si suma se quedará”. Lo que pocos defienden ahora es que aún sume.
La Vanguardia
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