El CRANA es una de las ocho fundaciones públicas que van a desaparecer, según acordó ayer el Gobierno foral, que determinó que en este caso las funciones serán asumidas por el citado departamento.
En un comunicado, los trabajadores reconocen que la decisión que les fue comunicada por su gerente ha sido un "auténtico jarro de agua fría", algo "inesperado" de lo que no habían tenido información previa y que se ha decidido "de forma unilateral, sin consulta e incumpliendo los principios básicos de la transparencia" y por la que han trabajado y colaborado.
Respecto al ahorro económico que el Ejecutivo foral argumenta que va a supone el cierre, apuntan que a través de proyectos europeos, el CRANA ha conseguido traer a Navarra más de tres millones y medio de euros.
Por cada 100 euros invertidos en el CRANA, según dicen, han conseguido 90 euros de los fondos europeos y han logrado que el centro se autofinancie, además, en un 45 % a lo largo de estos once años, cifra que ha aumentado a más del 50 % en los tres últimos años.
A eso añaden la generación de empleo para profesionales y consultoras ambientales a través de estos proyectos.
"El cierre supone un mazazo a una década de intenso trabajo del CRANA, de la que sus técnicos y profesionales nos sentimos orgullosos, un golpe a un servicio público de educación ambiental que ha acercado el conocimiento del medio ambiente a la sociedad, impulsando la participación ciudadana y contribuyendo a la integración de los criterios de sostenibiidad en las políticas públicas", remarcan.
Tras recordar que ofrecen servicios a diferentes sectores sociales, trabajando en proyectos innovadores relacionados con eficiencia energética, la movilidad sostenible, el cambio climático, el consumo responsables, la gestión del agua y de los ríos, la reducción y reciclaje de residuos o la Responsabilidad Social Empresarial, subrayan que se han convertido en "un centro de referencia".
En este sentido indican que han contribuido a generar procesos de participación pública de calidad en diversos campos y que son una referencia en materia ambiental para numerosos sectores de la sociedad navarra: ayuntamientos, universidades, centros escolares, empresas, colegios profesionales, organizaciones sociales y público en general. Como ejemplo citan que en 2013 han llegado a 30.000 grupos y personas.
Por todo ello creen que es inviable que el departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local pueda asumir sus funciones.
Los trabajadores enmarcan este cierre en "un proceso de desmantelamiento de las políticas ambientales en Navarra: reducciones drásticas de los presupuestos de la dirección de Medio Ambiente y Agua, desmantelamiento de equipos técnicos de otras empresas públicas, y olvido de las prioridades ambientales".
Por eso anuncian que van a solicitar apoyos, "no sólo para mantener abierto el CRANA, sino también para recuperar y potenciar una política ambiental respetuosa con nuestros recursos y acorde con los retos actuales y la crisis que nos toca afrontar".
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