La pasada tarde del día 5 a las 9 de la noche, mi madre de 91 años se cayó por las escaleras, doce peldaños.
Avisado el sistema de urgencias, acudió el servicio de urgencia desde Caparroso. Tardó media hora en llegar (desde Caparroso hay 8 kilómetros). Pero es normal dentro de lo que cabe. Es posible que el servicio estuviera atendiendo otra llamada. También llegó la ambulancia, el servicio normalmente se atiende desde Carcastillo. Atendida en el servicio de Urgencias del Hospital de Navarra, a las 4.30 del día 6 la ingresaron en observación, y a las 11.30 de la mañana le dieron el alta con la recomendación ante una caída de esta magnitud de que fuera vigilada por nosotros y por su médico de cabecera.
En el viaje de regreso se mostró mareada y estuvo somnolienta. Debido a esto llamé a primera hora del día 7 al médico de cabecera. El servicio del consultorio de Pitillas estaba atendido solo por una ATS. El médico estaba de vacaciones y no se cubrió su baja. Esta falta de servicio se daba después de tres días festivos, con el consultorio cerrado. Los días 2 y 3 de enero también estuvo atendido solo a media jornada, debido a las vacaciones del titular. Las bajas en este consultorio se cubren con más esfuerzo del resto del personal de estos centros.
El servicio de Atención Primaria de Pitillas atiende a Murillo el Cuende, Pitillas y Beire, una población con aproximadamente 900 habitantes, atendida o mejor, mal atendida, por solo un médico y una enfermera, que no se pueden coger vacaciones, y si se las cogen, no se cubren sus bajas. Al mal servicio, por falta de personal, en Murillo el Cuende se suma que el consultorio que había en el pueblo se cerró hace aproximadamente un año. Este consultorio no se atendía con más personal, sino con el personal del consultorio, que atendía unas horas dos días a la semana. Servicio muy necesario debido a la edad de la población del pueblo y a la falta de movilidad.
Todo esto sin que ningún responsable municipal ni del servicio de salud se dé por aludido. El deterioro de la atención sanitaria el nuestra comunidad está llegando a cotas imposibles y nos retrotrae a situaciones de hace muchos años.
Eduardo Abaurrea, en Diario de Noticias
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