El año 2014 ha comenzado con esperanzas renovadas en las posibilidades de avanzar en el camino de consolidar la paz y la convivencia. El pasado 28 de diciembre el EPPK hizo público un comunicado en el que asume las recomendaciones hechas desde el Foro Social y muestra su disposición a hablar y a consensuar los pasos necesarios para su reintegración. La inmensa mayoría de partidos, organizaciones sociales y medios de comunicación valoraron este comunicado como positivo en la medida en que abre nuevas oportunidades en el proceso de paz.
Al mismo tiempo, se daba por descontado que, pese al cambio producido en las propuestas del colectivo de personas presas, el Gobierno de España no iba a hacer nada ni para humanizar la política penitenciaria ni para promover la reintegración. Desafortunadamente, su posición desde el final de la violencia de ETA ha consistido en no contribuir activamente al proceso de paz y de convivencia, desoyendo incluso las peticiones del Gobierno Vasco y, en definitiva, haciendo una grave dejación de la responsabilidad que tiene con la sociedad vasca de ayudarnos en esta importante tarea.
Ahora, solo unos días después del mencionado comunicado del EPPK, hemos conocido su respuesta en forma de detención de algunas de las personas que constituyen el grupo de interlocutores del colectivo de personas presas. Es una respuesta destructiva que no pretende más que detener la esperanza en una pronta consolidación del proceso de paz.
Es por ello que desde Lokarri queremos insistir en dos mensajes:
- el primero dirigido al Gobierno de España: su responsabilidad es ayudar a la sociedad vasca. Si no está dispuesto a contribuir al proceso de paz, será más difícil construir la convivencia pero, al menos, lo mínimo exigible es que no añada nuevas dificultades.
- el segundo dirigido a la sociedad vasca: no podemos dejar que se detenga la esperanza. Consolidar la paz y la convivencia es nuestra oportunidad y nuestra responsabilidad. La sociedad vasca ya ha superado importantes dificultades en el pasado hasta llegar hasta aquí. Siendo determinantes y pacientes se podrá conseguir el objetivo.
Finalmente, Lokarri reclama la libertad de las personas detenidas. La labor que han hecho hasta la fecha podrá ser más o menos criticable políticamente, pero nunca un delito. Es más, durante estos últimos meses se ha podido comprobar que su labor ha sido clave para facilitar que el colectivo de personas presas haya tomado las recientes decisiones hechas públicas. En definitiva, por respeto a sus derechos y por ser una pieza importante para la consolidación del proceso de paz, pedimos su puesta en libertad.
LOKARRI
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