La historia de los concursos de adjudicación de frecuencias de radio comercial FM es la crónica de un empecinamiento político por privar de licencia a Euskalerria Irratia. Una obstinación que se resolvió con un reparto arbitrario de las licencias. Durante quince años, el Gobierno de UPN ha hecho caso omiso de las dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (2005 y 2009), que anularon los concursos celebrados en 1998 y 2006 al observar irregularidades en la concesión de frecuencias a Net 21 y Radio Universidad de Navarra. Tampoco ha escuchado las peticiones del Consejo de Europa, el Parlamento foral, el Congreso de los Diputados o el Defensor del Pueblo, que le han exigido que cumpla las sentencias judiciales y retire las licencias a las radios que incumplen las condiciones de concesión. Al contrario. En 2010, un obstinado UPN recurrió, con el dinero de todos los contribuyentes, el último fallo al Supremo, que ayer por fin habló. Y lo hizo en los mismos términos que el tribunal navarro: declarando nulo el segundo proceso de adjudicación, de 2006, y retrotrayendo el proceso quince años atrás, para que sea la misma mesa de contratación la que analice los proyectos y conceda de forma limpia las dos famosas licencias.
CONCURSO 1998-FALLO 2005: El TSJN ve irregular la actuación de Sanz Barea
El culebrón comenzó en julio de 1998 momento en el que el Gobierno foral adjudicó las dos licencias de radio del área de la Comarca de Pamplona a Net 21 y Radio Universidad de Navarra, en detrimento de Euskalerria Irratia, la única emisora que ofrece toda su programación en euskera. En aquel concurso, según denunció, la mesa de contratación sólo puntuó la mitad del baremo que debía evaluar y en el resto se hicieron comentarios valorativos, pero no se calificaron. Fue el entonces director general de Transportes y Telecomunicaciones, Ángel Sanz Barea, con el aval del exconsejero José Ignacio Palacios, quien se encargó de poner las notas. Esta intervención decantó la balanza hacia las dos emisoras beneficiarias, dejando fuera a Euskalerria Irratia que lideraba el concurso en la parte técnica.
La intervención de Sanz Barea fue calificada de "inapropiada, inadecuada e inocua" por el TSJN en su primera sentencia, dictada en 2005. Este tribunal consideró que tenía que haber sido la mesa de contratación, como órgano colegiado, y no su presidente, a la sazón director general del Gobierno foral, quien valorase los cuatro aspectos del baremo que puntuó Sanz Barea: carácter de la programación, fomento de los valores culturales históricos y sociales de la Comunidad, viabilidad económica y técnica y solvencia de los profesionales.
Estas irregularidades constatadas por la justicia fueron percibidas años antes por el Parlamento foral, donde en 1999 se constituyó una comisión de investigación que exigió la dimisión de Palacios y anuló el concurso.
CONCURSO 2006-SENTENCIA 2009: Segunda llamada de atención a UPN, que recurre al TS
Empujado por la Justicia, el Gobierno foral convocó un nuevoconcurso en 2006, que finalizó con el mismo resultado: las licencias fueron para Net 21 y Radio Universidad de Navarra y Euskalerria Irratia se quedó fuera. En este caso fue una empresa externa, Doxa Consulting, la que realizó la baremación de las emisoras. La emisora euskaldun recurrió el proceso por segunda vez ante el TSJN y éste, en diciembre de 2009, le dio nuevamente la razón. Esta sentencia obligaba al Gobierno foral a retrotraer el proceso de adjudicación a 1998 e instaba a la mesa de contratación a "formular la oportuna respuesta valorando de manera completa y detallada las diferentes propuestas dando la oportuna y concreta puntuación a todos los criterios establecidos". Según el fallo, UPN "incumplió" los mandatos judiciales anteriores y carecía de potestad para encargar la labor a otra empresa.
Pero el Gobierno foral tampoco entró en razón tras la segunda sentencia. En su empeño por defender un proceso que hacía aguas por todos los lados, UPN presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que ayer se pronunció en los mismos términos que sus colegas del TSJN. Así las cosas, a UPN no le queda más remedio que volver a repetir el concurso de adjudicación de esas dos licencias. Solo queda esperar que esta vez cumpla con la legalidad y sea la mesa de contratación quien puntúe todos los aspectos del baremo, dejando a un lado la actuación arbitraria de los últimos años.
Han sido quince años de batallas judiciales en las que el Gobierno foral ha sido el único perdedor. Pero la realidad es que ha conseguido dilatar el proceso y privar de una posible licencia a una radio, Euskalerria Irratia, que lleva más de 25 años emitiendo de manera alegal.
María Olazarán, en Diario de Noticias
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