martes, 14 de enero de 2014

HAITÍ, UNA AGONÍA DE CUATRO AÑOS

 A las 16.53 horas del domingo se cumplieron cuatro años de la sacudida del devastador terremoto que en enero de 2010 dejó en Haití a más de un millón y medio de personas sin hogar, que fueron desplazadas a campos y de las que en la actualidad han logrado volver a sus barrios de origen el 90%. El Gobierno declaró el día de recuerdo y reflexión en el país caribeño, el más pobre del hemisferio occidental, mientras la bandera ondeó a media asta. El presidente haitiano, Michel Martelly, encabezó los actos de conmemoración que incluyeron una ceremonia religiosa ecuménica en el lugar de la más grande fosa común con restos de víctimas de la catástrofe.

Cuatro años después del sismo, que provocó una de las mayores catástrofes de la historia reciente, con unos 300.000 muertos y miles de heridos, quedan todavía 146.464 personas en situación de extrema vulnerabilidad en 271 campos de desplazados, donde viven en pésimas condiciones que empeoran cada día. Si el terremoto obligó a 1.500.000 personas a refugiarse en 1.555 campos de desplazados, en la actualidad 39.000 familias (146.464 personas) continúan en 271 campos, y de ellas el 51% son mujeres, según los últimos datos disponibles (octubre 2013) de la Organización Internacional para las Migraciones.

Los números reflejan que la mayoría de las personas, el 90%, han conseguido salir de los campos de desplazados, que también se han reducido en un 83%. No obstante, las 146.464 personas que quedan son las más vulnerables y viven en la pobreza extrema. Estas subsisten en tiendas de campaña hechas para durar seis meses y, sin embargo, llevan allí años. Muchas letrinas ya no funcionan y apenas hay servicios básicos.

Igualmente, se encuentran en riesgo de sufrir violencia, especialmente sexual o el desalojo forzoso y, muchas, además de quedar sin hogar en el seísmo, perdieron su empleo por alguna discapacidad que, tras la desgracia, les impide ejercer el oficio que antes desempeñaban. Según la información facilitada por la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) de la Comisión Europea, hay 16.377 familias en 52 campos en riesgo de sufrir un desalojo forzoso por parte de las autoridades, y no tendrían adónde ir.

Las mismas fuentes aseguran que "se estima que 177 campos fueron cerrados así desde 2010, y 16.000 familias fueron expulsadas mediante el uso de la violencia y sin recibir ningún tipo de ayuda". Esto sucede cuando los campos están en terreno público y el Gobierno quiere utilizarlo para otros fines, o cuando están en terreno privado y el propietario exige que se le devuelva. Una encuesta realizada por la Dirección General de Agua Potable (DINEPA) en 65 campos de desplazados concluyó que el 92% de los campos que quedan sufren inundaciones recurrentes y que el 88% están sin tratamiento de desechos.

El apoyo humanitario internacional ha estado muy presente en Haití tras el terremoto que asoló el país en enero de 2010. De hecho, este es el mayor receptor de asistencia humanitaria europea en toda América Latina y la ayuda enviada por la Unión Europea llegó a uno de cada dos ciudadanos, según un balance de la Comisión Europea cuatro años después del desastre difundido la semana pasada. La asistencia europea contribuyó a salvar vidas, proporcionar refugios, repartir alimentos, facilitar servicios sanitarios, reconstruir carreteras, escuelas y hospitales, además de apoyar a las autoridades haitianas en el proceso de reconstrucción.

En este sentido, la UE mantiene la financiación y su presencia en el país porque "las necesidades humanitarias persisten y no se puede abandonar a su suerte a las poblaciones más vulnerables", señalan fuentes de la ECHO. La comisaria de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, ha reiterado en diversas ocasiones que se hará todo lo que haga falta mientras la ayuda humanitaria europea "siga siendo necesaria".

La mayoría de las personas que vivía en campos no eran propietarios y no tenían una casa que reconstruir, por lo que al principio no tenían ningún lugar al que regresar y debían esperar a que hubiera viviendas reconstruidas para alquilar, según ECHO. Para ayudar a la gente a salir de los campos, la cooperación humanitaria europea dispone de un programa que contribuye en el pago de un año de alquiler de los desplazados, y a menudo lo completa con apoyo para las tasas escolares o para montar un pequeño negocio que proporcione al desplazado un ingreso con el que volver a empezar.

La ayuda humanitaria europea ha financiado 17.384 subsidios al alquiler. Esto ha ayudado a miles de personas a dejar los campos y mudarse a una casa decente, y está detrás del gran descenso en el número de desplazados registrado en los dos últimos años. En la región de Les Palmes, donde estuvo el epicentro del terremoto, se prevé que la reubicación de los desplazados se complete en los primeros meses de 2014.

Mercedes Zaragüeta, en Noticias de Gipuzkoa

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