Parodiando al gran humorista Chumi Chumez, podríamos preguntarnos si este nuevo gobierno de Navarra es de regalo o de verdad. Es algo que sólo el tiempo lo dirá, pero viendo su andadura en estos últimos meses (sobre todo y fundamentalmente por parte del PSOE-PSN), surgen negros nubarrones sobre su futuro.
Se suele decir que “obras son amores y no buenas razones”, y las obras realizadas por el PSN antes, durante y después de las elecciones han dejado mucho que desear. Ya nada más saberse el resultado, y con la excusa de formar un gobierno de “progreso” (como si no lo hubiésemos tenido en los 4 últimos años y en el que reiteradamente se negó a entrar), pidió la alcaldía de Iruña, la presidencia del parlamento, y por supuesto la presidencia del gobierno de Navarra. Y todo eso con apenas 11 parlamentarios, mientras el cuatripartito, a pesar del gran bajón fundamentalmente debido a la previsible debacle de PODEMOS, tenía 19. Y siguió llenándose la boca con la palabra de “gobierno de progreso”, pero no tuvo ningún escrúpulo para regalar a Navarra + la alcaldía de Iruña, de Lizarra-Estella, de Huarte (para sí mismo, metiéndose en un barrizal al que le llevó su falta de escrúpulos y ambición política, y del que ha salido como ha podido: seguramente no será el último), del valle de Egües, de Barañain etc. e incluso intentó la de Tafalla. Alcaldías que en buena lógica y dado que pretendía formar dicho gobierno de progreso debieran de haber correspondido a Bildu o Geroa Bai. Y en todo este esperpento, Esporrin ha hecho y sigue haciendo el triste papel tragicómico que en su día le hicieron representar a Puras, llegando incluso a decir la necedad de que si en Iruña había un alcalde de derechas era por culpa de Bildu. Por supuesto Ábalos se encargó de dejar claro que si Maya era el nuevo alcalde había sido por decisión del PSOE (y el PSN a obedecer).
Y ya con la mayoría de los grandes municipios de Navarra, incluida la capital, en manos de Navarra+, llegamos a la mesa del parlamento y su presidencia, donde el comportamiento del PSN hasta prácticamente el final no fue precisamente muy leal hacia sus futuros socios de gobierno, donde sólo accedió a ceder la presidencia a Geroa Bai en el último minuto (algún día alguien nos contará los trapicheos y zancadillas habidas).
Por lo demás ha seguido con su juego incongruente y estúpido (también peligroso), de mandar a Bildu al rincón castigado sin hablarle cual niño malo, cuando a la vista está que sin su abstención nunca hubiese salido Chivite presidenta.
.- El nuevo PSOE nació en el congreso de Surennes (Francia) celebrado en 1974, con fuerte apoyo y financiación de la socialdemocracia alemana. Tenia, entre otros objetivos, el de intentar suplantar y quitarle la hegemonía que en aquel momento ejercía el PC dentro del movimiento obrero. Ante la proximidad de la muerte del dictador Franco había mucho miedo al PC entre la oligarquía, y se necesitaba un partido socialista dócil, para contener las reivindicaciones populares que se avecinaban. Durante 40 años ha cumplido fielmente la labor encomendada, y el dúo PP-PSOE se han alternado en el gobierno (según intereses del poder único). Como ha dicho hace poco creo que Zapatero, cuando la derecha está en el gobierno hace políticas de derecha, y cuando está la izquierda también.
Las nuevas políticas del PSOE también se dejaron sentir en Navarra. Los socialistas de Navarra estaban integrados dentro del PSE (Partido Socialista de Euskadi), pero en diciembre de 1981 en una reunión en Tafalla se materializó la segregación del PSN del PSE. Una persona muy allegada a mí estuvo como invitada a esa reunión, y al parecer fue tal el grado de desprecio de los representantes navarros alli presentes hacia sus colegas de la Comunidad Autónoma Vasca, que incluso Maturana (presente en representación del PSE) le pidió perdón reiteradamente a esta persona! Al parecer era el nuevo papel asignado al PSN desde Madrid: evitar que el sentimiento vasco (versus navarro) fuese aumentando en Navarra. La ikurriña que por decisión de los respectivos ayuntamientos (incluidos los concejales del futuro PSN) ondeaba en todas las grandes ciudades de Navarra, excepto Tudela, fue poco a poco desapareciendo. A través de mociones de censura, el nuevo PSE contribuyó a ir quitando de ciudades y pueblos, allá donde pudo, el símbolo que hacía unos pocos años había ayudado a colocar. De no haber habido esta involución del PSN, seguramente la Ikurriña hoy en día estaría ondeando en aquellos ayuntamientos que así lo hubiesen votado, y sería un tema ya normalizado y olvidado.
A su vez como me contó esta persona, le daba pena cada vez que iba a la sede del partido ver cómo iban quitando de la dirección a todos los que además de ser socialistas se sentían vascos (versus navarros). De las declaraciones de Urralburu (que más tarde sería presidente de Navarra) a finales de los 70: “Navarra no se entiende sin el resto de Euskalerria, y Euskalerría no se entiende sin Navarra”, se pasó a perseguir y expulsar a los que así pensaban. Y lo que es peor, a nadie se le dio una explicación de un giro de 180o tan brusco. En la nueva alma del PSN no cabía la raíz vasca de Navarra, y como luego veríamos, tampoco las políticas de izquierdas, con su seguidismo a UPN. El PSN se estaba deslizando hacia la irrelevancia política (en las elecciones de 2015 fue la quinta fuerza política), y para el era casi de vida o muerte en estas últimas elecciones primero, atraer al electorado que se le había ido a Podemos (hay que reconocer que éste se lo puso en bandeja), y después intentar liderar-formar un gobierno, si los números le daban (como así ha sido).
.- El PSN ha estado diciendo que no iba a hablar ni con Navarra+ ni con Bildu (en un intento de teatralizar su supuesto cambio de look político que lo tendrá que demostrar), y que se había mantenido fiel a esta premisa. Sin embargo y nuevamente mirando a los hechos y no a las palabras, se puede decir que ha hablado con los dos y bien claro. Ha regalado a Navarra+ todo el poder municipal que ha podido arrebatar tanto a Bildu como a Geroa Bai, y resulta un contrasentido de lo más preocupante que haya hecho esto con el que iba a ser su socio de gobierno (Geroa Bai), y con Bildu cuya abstención era necesaria para la formación de dicho gobierno.
En esta chiquillada política de “te ajunto no te ajunto” hay que decir que la postura de Bildu ha sido mucho más coherente y honrada con sus postulados de izquierdas que la mantenida por el PSN, que con su actitud ha parecido que estuviese buscando que el gobierno nunca llegara a formarse.
En todo este a veces grotesco lío político, Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida deberían haber presionado más por mantener el cuatripartito unido, y haberle exigido más contundentemente al PSE el negociar con los cuatro. Supongo que habrá habido sus planteamientos tácticos (quitar excusas a la formación del gobierno progresista), pero a la larga esa cuña que el PSN ha conseguido meter en el cuatripartito, a la larga repito seguramente traerá más de un problema.
Con más suspense del que debiera de haber tenido, por fin hemos vuelto a tener otro gobierno progresista. Bienvenido sea, pero las dudas siguen ahí, y no sobran motivos para ello: .- Bildu cuya abstención era absolutamente necesaria, paradójicamente esta en la oposición, porque ahí le han mandado las “cabezas pensantes” (por llamarles algo) del PSOE-PSN, que decidieron que “ahora” no hay que hablar con ellos (aunque sea mentira, como los hechos tozudamente van demostrando). .- Aunque tarde, muy tarde, el PSN (o una parte de el) parece se ha dado cuenta (forzado por la situación), de que hay que convivir, que hay que respetar las distintas sensibilidades socio-políticas que coexisten en Navarra, pero habrá que esperar a ver hasta dónde es capaz de llegar para que esa convivencia sea posible, y si es capaz de romper amarras con la derechona. Por ahora apenas hay juicio de intenciones y bastante ambigüedad. .- Nada más saberse el resultado electoral el PSN ya anunció que lucharía contra las “políticas identitarias”, pero está claro que esta frase hecha es un cajón de sastre, que puede servir de excusa para apoyar o rechazar cualquier tipo de políticas, y avivar nuevas luchas artificiales que tanto daño han hecho en Navarra. Todos hacen/hacemos políticas identitarias (aunque no se quieran reconocer como tales), y habrá que exigirle al PSN que clarifique este término, y que nos diga si luchar por la defensa de la cultura euskalduna de Navarra entra dentro de su concepto de “política identitaria”. .- El PSN da por hecho que el haber obtenido la presidencia de Navarra y haber conformado un gobierno en el que es mayoritario, es prueba suficiente para decir que estamos ante un gobierno progresista, pero esto lo tendrá que demostrar en la práctica. Son muchos años de no solo haber impedido la formación de gobiernos de progreso cuando ha habido posibilidades de hacerlos, sino de haber demostrado, en otros casos, un seguidismo y subordinación a los intereses de la derecha Navarra, rayanos en el más puro servilismo. .- Poco antes de la formación del gobierno, Chivite llegó a decir que la abstención necesaria podía venir (además de Bildu) de otra parte. Y esa otra parte solo podía ser Navarra+. No pareció muy acertada esa afirmación, y aparte de rifi-rafes y declaraciones altisonantes que más parecen de cara a la galería, el PSN (a través del gobierno) va dando una de cal y otra de arena, como si no se atreviese a romper definitivamente con la derecha, a la que tan unida ha estado en estos últimos años. .- Prácticamente el poder municipal más importante está en manos de Navarra+ (en parte porque así lo quiso el PSN). En el Valle de Egües e Iruña ya ha habido desencuentros importantes entre PSN y los partidos del cuatripartito, y especialmente en Iruña el alcalde Maya actúa con total prepotencia como si tuviese mayoría absoluta, y al parecer sin ningún temor a que el PSN (que le regaló la alcaldía) presente una moción de censura. .- Ante la sentencia contra la ley foral del 2016 que regula el uso del euskara en la función pública (que según los expertos es más política que jurídica, aunque no hace falta ser experto para darse cuenta de ello), el Gobierno de Navarra (por la negativa del PSN) no se ha atrevido a recurrirla, lo cual parecía lógico hacerlo. .- Ante este panorama: cuando saltará la sorpresa? Ojala nunca, pero los datos ahí están, y habrá que ver si el PSN, con la derechona descolocada y desbocada, es capaz de aguantar todos los ataques que a buen seguro se intensificarán con el paso del tiempo.
Son otros tiempos que ya empezaron hace algunos años, incluso antes del último gobierno, pero en Navarra la resaca postfranquista ha retrasado todo lo que ha podido que la política, el gobierno, se adapte a las exigencias de la sociedad civil. Seguramente esta legislatura, como continuadora de las políticas progresistas iniciadas en la anterior va a tener una gran trascendencia en el futuro socio-político-económico de Navarra, para conseguir esa ansiada “normalización” de la sociedad, tan deseada por la amplia mayoría. Todos los partidos van a tener que ponerse las pilas, pero seguramente van a ser PSN y UPN los que más cambios van a experimentar en esta legislatura.
El izquierdismo del PSOE ha estado en función de la derecha correspondiente a cada zona-provincia. En Navarra el PSN siempre ha estado bastante escorado a la derecha, pues enfrente tenía a una de las derechas más recalcitrantes y retrógradas de todo el estado. El PSN navarro actualmente lo podríamos dividir en dos sectores: los listos, y los menos listos (para ser amable).
Los listos (los que quieren volver a funcionar como PSN), parece, repito parece, que le han visto las orejas al lobo, y que se han dado cuenta que con sus políticas seguidistas de la gran derechona, iban camino de la irrelevancia política, como en cierto modo pudieron constatar en la anterior legislatura, donde vieron con impotencia que los números daban para formar un gobierno progresista sin ellos (aunque habría sido de agradecer que hubiesen participado en él). Este sector, liderado por la nueva presidenta Chivite ha tardado 40 años en enterarse que Navarra es una comunidad plural, diversa, y que eso no solo no es malo, sino que es un gran valor.
El sector de los menos listos (como muestra ahí están Lizarbe y Roberto Jiménez, los dos abogados que se sienten orgullosos del recurso y posterior sentencia contra la ley del euskara del 2016 para la función pública), se contentan con seguir siendo P, donde lo de socialista y navarro en la práctica es algo superfluo. Los de este sector (los que se encontraban en la dirección) estaban cómodos con sus gobiernos con la derechona (la Navarra de los quesitos), pero no sus electores, que han ido disminuyendo en las sucesivas votaciones.
La impresión es que ahora mismo hay confrontación entre ambos sectores, y habrá que ver si Chivite y su gobierno aguantan tanto las divergencias dentro del partido, como los embates de la derecha que ha decidido irse al monte, y que a buen seguro irán a más.
Según la presidenta Chivite su gobierno esta comprometido con “una Navarra foral, innovadora, igualitaria, y en convivencia dentro de la pluralidad”, y aunque ya se empezaron a dar los primeros pasos en la última legislatura, en esta toca seguir profundizando la labor iniciada en sanidad, políticas sociales, una tributación más progresista, trabajo, educación., y si de verdad se quiere una sociedad igualitaria y plural la zonificación lingüística debe desaparecer. Es una aberración que en pleno siglo XXI, contra un idioma originario de una zona (en este caso el euskara), minorizado después de siglos de prohibiciones y marginación de la enseñanza pública, se dicte una sentencia política (difícil por no decir imposible entenderlo de otra manera) que lo quiera valorar menos que otros idiomas extranjeros (en este caso comunitarios) en partes de esa zonificación, que nunca debió de existir.
Por su parte UPN no se quiere enterar, o no admite lo mismo da, que estamos en otros tiempos, que la gente en Navarra está más informada (internet), que tenemos que convivir derechas e izquierdas, navarros que como tal nos sentimos vascos y los que no, y que basar casi toda su estrategia política en el tema de la ikurriña y el euskara, como elementos de confrontación, es repudiado cada vez por mas gente, incluso dentro del propio partido. Ya no cuela “...ribero quieren que aprendas euskara y olvides el castellano, y cómo hablarás con tus vecinos de Aragón y la Rioja? (panfletos como este se distribuyeron por mi pueblo, Carcastillo, y otros de la Ribera a principios de los 80), pues la gente ha constatado en la realidad que eso era y es una gran mentira. El lenguaje ha cambiado, pero siguen con el mismo mensaje: ataque constante al idioma originario de Navarra, y en su afán de intentar diferenciarse de sus otros dos socios (PP y Cs), aparecer como más español que nadie. Las dos palabras mágicas son: imposición y discriminación. No importa que en este caso sean palabras vacías de contenido y sin ningún sentido: tienen una gran fuerza semántica, y siempre habrá gente dispuesta a aceptarlo, aunque no sepa el porqué.
Tampoco son conscientes que ya no controlan masivamente los medios de comunicación, y airean constantemente que el cuatripartito ha tenido un gran retroceso en estas últimas elecciones (cierto, sobre todo por el varapalo de Podemos), pero ocultan cuidadosamente que a pesar de ese retroceso ha superado a Navarra + en más de 10000 votos. Está claro que en un proceso de “normalización” de Navarra un partido como UPN en su versión actual no tiene ningún sentido, y tendrá que “reinventarse” si no quiere ir directamente al basurero de la historia
Para terminar, como he apuntado antes, creo hay una tarea que debe de asumir y zanjar de una vez por todas este gobierno, y no es otra que acabar con la zonificación del euskara (que creó 3 clases de ciudadanos navarros), tal como existe en la Comunidad Autónoma Vasca donde no hay distinciones respecto al euskara. Toda la ciudadanía navarra debe de tener el mismo tratamiento hacia el euskara, y tener el derecho a conocerlo, viva en la zona que viva. Por lógica, después se utilizará más donde ahora está más vivo, pero todos los navarros/navarras tienen derecho a poder recuperar, usar su idioma originario que no solo se fue perdiendo por un efecto de diglosia (ante un idioma mayoritario en el estado y con todo el apoyo de dicho estado), sino principalmente a partir de la implantación del sistema de enseñanza obligatoria hacia finales del siglo XVIIIl donde solo se podía enseñar el castellano, y desde entonces arreciaron las prohibiciones de utilizar el idioma, palizas a los niños/as que lo hablasen, y amenazas a los maestros si lo enseñaban (hay mucha información al respecto publicada).
En aquel tiempo más de la mitad de los navarros/as lo hablaban y utilizaban mayormente como único vehículo de comunicación. Si la ley del euskara de 1986 (aún con el handicap de la estúpida zonificación) se hubiese hecho 100 años antes, seguramente nadie se habría atrevido a plantear el tema de la zonificación (está claro que en el 86 se hizo para entorpecer la difusión del idioma, aparte que la relación de fuerzas era la que era), pues el idioma estaba todavía vivo en la Valdorba, o Puente la Reina/Gares, o el Roncal, utilizándose también mucho en la capital según dicen crónicas de la época, pero si se hubiese tardado 50 años más en hacer dicha ley, tal vez ni hubiese hecho falta, pues el euskara estaría prácticamente muerto o apenas sin relevancia.
La zonificación no solo está trayendo problemas donde no debiera de haberlos, y como botón de muestra ahí está el aludido recurso sobre la ley foral del euskara del 2016, que con su aberrante sentencia ha creado más incertidumbres de las que trataba de aclarar: la valoración en la zona mixta y castellana de los idiomas comunitarios que nadie habla en Navarra (otra cuestión es que algunos los conozcamos), por encima del propio euskara (que sí hay mucha gente que los habla en dichas zonas), y sobre todo que alguien que viva en la zona euskalduna, si va a la capital Iruña/Pamplona (donde están concentrados la mayoría de los servicios al ciudadano) no va a poder expresarse en su idioma, con lo que se conculcarían sus derechos lingüísticos.
Es hora de que los dos idiomas de la Alta Navarra (euskara y castellano) tengan el mismo status, y se acabe ya con esa utilización torticera a la que tan acostumbrados nos tiene la derecha, que con sus declaraciones salidas de tono y contra el euskara, parece que vivieran en cualquier lugar menos en Navarra, y el PSN tendrá que deshojar su particular margarita sobre este tema.
En 1983, estando con la peña Beterri de Tudela en Mauleón (hermanado con Tudela), le oímos al alcalde de aquel tiempo Pérez Sola (PSN) decir desde la tribuna: “aquí estamos los de la provincia más grande de Euskalerria, juntos con los de la más pequeña”. Pues eso, que nos quedamos todos tan asombrados, que nos pellizcábamos para saber si lo oído era real o soñado.
Desde Turquía.
Jose Eladio-Josela