miércoles, 1 de enero de 2014

EL DESMANTELAMIENTO DE LA SANIDAD PÚBLICA EN GRECIA

Los recortes presupuestarios masivos de la sanidad pública en Grecia están actuando como un auténtico terremoto que amenaza con quebrar los cimientos y hundir el sistema sanitario. Ante esta situación, ha surgido en todo el país una red de 40 clínicas dirigidas por profesionales de la sanidad voluntarios, autogestionadas por ellos mismos, abastecidas por la solidaridad ciudadana y dirigidas a ofrecer tratamiento gratuito a los millones de griegos que, al haber perdido su trabajo, han sido expulsados del sistema de salud público.

El médico Giorgos Vichas, fundador de la Clínica de la Comunidad Metropolitana de Helliniko, en Atenas, para griegos necesitados sin seguro de salud relataba recientemente a la BBC cómo “la crisis en Grecia ha provocado una crisis humanitaria en términos del sector de la salud. Nunca imaginé que tendríamos que establecer clínicas sociales y trabajar de forma voluntaria”. 

El recorte en el sistema de salud público griego alcanza ya el 30%. No es sólo que los recortes hayan supuesto, por ejemplo, la reducción del 40% de las camas hospitalarias, que haya que pagar entre 700 y 1.200 euros para parir o que en los hospitales públicos no haya vendas o medicamentos básicos como la aspirina, sino que decenas de miles de ciudadanos inválidos, enfermos o con enfermedades raras se ven condenados a una muerte segura a corto plazo debido a su expulsión del sistema público y la supresión de los subsidios a los medicamentos.

El 27% de la población desempleada no tiene derecho a la asistencia sanitaria, pues al finalizar el seguro de desempleo de un año de duración se quedan sin atención médica. La mayoría de médicos del Hospital General Evangelismos, uno de los más grandes del país en el centro de Atenas, practican la desobediencia civil y violan la ley cada día al negarse a pedir el seguro a ningún paciente. Para evitar el colapso del hospital, las enfermeras a veces deben trabajar tres semanas seguidas sin un día de descanso, pues en paralelo se ha producido una migración masiva al sistema público de salud de ciudadanos -normalmente funcionarios y propietarios de pequeños negocios- que antes podían costearse un seguro médico privado. 

Sólo en la primera mitad del 2011 ha habido un aumento del 52% en casos de SIDA tras los recortes del gobierno en los programas de prevención. En la región de Laconia, en el extremo sur del país, el rebrote de enfermedades como la malaria ha hecho aparecer a Grecia en la lista de países donde la enfermedad es endémica. En la isla de Creta, la tasa de suicidios ha aumentado en un 80% entre 2010 y 2012. La malnutrición hace estragos entre los niños de la escuela primaria y el hambre empieza a manifestarse en las grandes ciudades del país, cuyos puntos neurálgicos se encuentran ocupados por decenas de miles de personas sin techo, hambrientas y en harapos.

En 2012, año de su fundación, la Clínica de la Comunidad Metropolitana de Helliniko trató  más de 1.000 casos. El mismo número que ahora tratan en un solo mes. En ella trabajan de forma voluntaria -y gratuita, pues nadie gana dinero ni se aceptan donativos personales- un amplio equipo de médicos de distintas especialidades (pediatras, ginecólogos, cardiólogos), farmacéuticos, enfermeras, personal sanitario,... Particulares, empresas farmacéuticas y médicos jubilados donan las medicinas y el material médico. Retiran maquinaria de hospitales y centros de salud que renuevan material. Desde hace poco, como mucha gente que quería apoyar no tenía otra forma de hacerlo que donando dinero, han pasado a aceptar aportaciones sin hacer mención del donante. 

En la clínica, además de la atención básica, se suministran medicamentos gratis (bajo receta) a enfermos crónicos, cuyos recursos familiares a menudo ni siquiera alcanzan para alimentarse. También atienden a 200 familias que reciben ayudas por maternidad con recursos básicos como leche y pañales donados por particulares.

La política de intervención y saqueo de la troika ha conducido al hundimiento de la economía y de la población griega en una recesión y un marasmo cada vez más grande, amenazando con desatar una auténtica catástrofe humanitaria en tiempos de paz. Y no se trata sólo de Grecia. Porque lo mismo, con distinta intensidad, puede empezar a ocurrir en Portugal, España, Irlanda, Italia… y en todos los lugares donde la aplicación de estos planes de austeridad draconianos conducen al mismo resultado.

De Verdad Digital

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